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ALBERTO ECHALUCE
Sábado, 17 de octubre 2009, 03:41
DV. La Policía Municipal piensa hacer un control del destino que seguirá la comunidad rumana que fue desalojada ayer de Txonta. El Ayuntamiento ordenó su desalojo, en base a la declaración de ruina inminente del inmueble en el que se habían asentado estas familias en Eibar. Un dispositivo de la Ertzaintza, en colaboración con la Policía Municipal, procedió durante la mañana al desalojo de esta comunidad, originara de Rumanía. Esta determinación fue tomada tras llevarse a cabo un estudio estructural del inmueble, por el que se recomendaba el desalojo al no reunir el edificio las necesarias condiciones de seguridad. Igualmente, a lo largo del último año se habían recibido numerosas quejas del conjunto de los vecinos de la zona por el deterioro de la convivencia que había supuesto su presencia.
Vigilancia
Cerca de 30 personas habían ocupado un inmueble situado cerca de la antigua serrería, en la curva del barrio, desde agosto del 2008. El Ayuntamiento tuvo que hacer arduas gestiones para conseguir el desalojo, en base a un informe de los técnicos sobre el mal estado del edificio.
El jefe de la Policía Municipal, José Miguel Calle, apuntó que «se les ha ordenado abandonar el inmueble en base a la ruina que padecía. Al final, ha sido la vía más rápida para que estas personas abandonasen el edificio». Con el apoyo de una excavadora se procedió al derribo en el que estaban alojados estos okupas.
Una fuerte dispositivo de la Ertzaintza y de la Policía Municipal se personó por la mañana en el asentamiento, formado por varias familias que ya fueron expulsadas de otros municipios. El Ayuntamiento había mostrado su disposición de desalojar a estas familias, pero se requería un método rápido y efectivo, en lugar de afrontar la vía judicial con la que se hubiera dilatado su desalojo. «Vamos a estar vigilantes para que esta comunidad no ocupe ningún otro edificio abandonado de Eibar y vamos a tratar de vigilar a dónde se marchan ahora», señaló el jefe de la Policía Municipal, José Miguel Calle.
Fuentes del Ayuntamiento aseguraron que «este asunto ha sido motivo de preocupación en los últimos meses pero se requería contar con la declaración de ruina inminente. Estas personas estaban generando problemas de convivencia desde que ocuparon un edificio abandonado, reconocían fuentes de la Ayuntamiento. De hecho, los vecinos de Txonta se habían dirigido a , para mostrar su malestar por la utilización que hacían estos originarios de Rumanía del parque y de la fuente de Txonta, para su propio aseo,
Por su parte, el Ayuntamiento había mantenido contactos, a lo largo de los últimos meses, con la policía autónoma vasca, con objeto de garantizar el orden público y la seguridad ciudadana en el entorno, según fuentes municipales quienes se han mostrado cautos a la hora de afrontar la situación creada. «Son situaciones difíciles porque los desalojos sólo pueden hacerse ante el propietario del mismo quien es el que tiene que tramitar.
En base al mal estado del edificio se ha conseguido sacar a estas familias del inmueble», han indicado, pese a reconocer que dicho desalojo «no solucionaría el problema, sino que se trasladaría a otro municipio o permanecen en Eibar».
Este asentamiento de rumanos, compuesto por una treintena de ciudadanos, llegó a Eibar en agosto del 2008. Esta colonia rumana había sido desalojada también en Alzola y Deba, para asentarse en el edificio abandonado de Txonta.
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