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NEREA AZURMENDI
Domingo, 22 de noviembre 2009, 05:16
DV. En un artículo sobre la novela policiaca, el profesor de literatura Ricardo Landeira recordaba que «a lo largo del desarrollo de la narrativa policiaca, la mujer empezó siendo la víctima ineludible, pasó luego a cómplice, después a culpable y, por fin, culminó su papel en el de detective femenino». O forense, o escritora, o periodista, o guardia civil, o inspectora de policía, o ertzaina... Porque, sea cual sea su oficio, son cada vez más las mujeres de ficción que se enfrentan al crimen y resuelven sus casos a entera satisfacción del lector, demostrando de paso que se puede ser una investigadora muy eficaz mientras se cuida de los niños, se arrastra un embarazo de ocho meses o se elucubra con el mismo grado de concentración sobre el móvil de un asesinato y la razón, no menos misteriosa, por la que los sujetadores blancos, en contacto con la lavadora, se convierten en grises. En esta aproximación a las mujeres que investigan no están, evidentemente, todas las que son, pero todas las que están pertecen a la nómina cada más amplia de mujeres que no se conforman con ser la muerta, la tonta o la mala.
Las clásicas. Han pasado casi 70 años desde que, en 1930, Agatha Christie dio su primer caso -- a Jane Marple, Miss Marple para los millones de fans de las doce novelas en las que intervino la sagaz -y, por qué no decirlo, muy cotilla- detective aficionada de St. Mary Mead. El carácter de las mujeres que investigan crímenes se ha alejado bastante del de la engañosamente ingenua anciana británica, pero no se le puede negar el puesto de pionera. Por los años que llevan en el tajo y los millones de libros que han vendido, en este apartado de clásicas se tienen que encontrar como en casa la elegante, sofisticada y muy científica forense Kay Scarpeta, creada por Patricia Cornwell que, desde que en 1990 se publicó ha protagonizado otros catorce libros. Le ayuda con frecuencia su sobrina Lucy, a la que los seguidores de Scarpetta han visto crecer y convertirse en agente del FBI con singulares dotes para la tecnología. (2008) y (2009) son sus últimas novelas, todavía inéditas en castellano. Aviso a sus seguidores; en Kay se casa, por fin, con el esquivo y guadianesco Benton Wesley.
No menos clásica pero mucho más desastrada -presume de cortarse ella misma el pelo con una tijera de uñas, sólo tiene un vestido y su frigorífico es pura desolación, casi como su vida sentimental- es la investigadora privada Kinsey Millhone, creada en 1983 por Sue Grafton. Desde entonces está empeñada en llenar el alfabeto de crímenes. Ya ha resuelto -con un peculiar estilo que no siempre destaca por su sutileza y sin recurrir a mucho artificio tecnológico, porque sigue viviendo en los años 80-, los correspondientes a las veinte primeras letras del abecedario. Tusquets anuncia para diciembre la traducción al castellano de Merece hacer compañía a esta pareja la detective privada de Chicago Vic Warshavski, creada por la escritora Sara Paretsky, que desde 1982 ha protagonizado doce libros, traducidos de manera bastante anárquica al castellano.
Las 'made in Spain'. Aunque sorprendería a la mayoría descubrir cuántas escritoras españolas han creado mujeres que investigan crímenes, la reina indiscutible es Petra Delicado, inspectora de Policía destinada en Barcelona que, en compañía de su inseparable y a veces díscolo subinspector Fermín Garzón, resuelve los casos que le ha puesto en bandeja a lo largo de ocho libros la escritora que la creó en 1996, Alicia Giménez-Bartlett. «Quería un personaje que fuera mujer y que tuviera protagonismo. Porque la mujer en la novela negra o es la víctima, o aparece muerta en la primera página o es la ayudante de alguien», dice también ella al referirse a Petra Delicado, una mujer con mando en plaza a la que a menudo le cuesta lo suyo ejercerlo. Al igual que otras muchas mujeres de este club, y a diferencia de la mayoría de sus colegas masculinos, Petra se preocupa por su vida personal, que ha sido bastante movida hasta que, aparentemente, ha encontrado la estabilidad junto a un arquitecto que se parece bastante al hombre perfecto.
La que no es jefa, sino subordinada, es la número de la Guardia Civil Virginia Chamorro, ayudante del sargento del cuerpo Rubén Bevilacqua,para todos aquellos que no son capaces de pronunciar su apellido; es decir, casi todos. La coprotagonista de las cuatro novelas de la serie puesta en marcha en 1998 por Lorenzo Silva con tendría más posibilidades de ganar el título de Miss Espíritu Marcial que el de Miss Simpatía, pero también hace sus aportaciones cuando está de servicio. Hace unas semanas, Lorenzo Silva -o alguien que se hacía pasar por él...- anunció en un foro que el quinto caso de la pareja, que lleva sin trabajar desde 2007, se titulará y se presentará en febrero de 2010. Más concretamente, el 23-F.
Las más cercanas. Las letras vascas también tienen sus investigadoras, aunque en número están a siglos luz de lo que se constata, por ejemplo, en la literatura catalana, prolija en este tipo de personajes. En realidad, tan sólo son dos. En euskera, la detective suletina Amaia Ezpeldoi, creada por Itxaro Borda en 1994, que ha protagonizado cuatro novelas -la última es , que se publicó en 2007 tras una larga ausencia- en las que, además de llevar a cabo su trabajo, ha recorrido Euskal Herria, ha permitido a los lectores conocer distintos matices del euskera y ha ido sacando a la luz cuestiones que van más allá de la trama detectivesca, como su propia orientación sexual. La que se presentó desde el principio como lesbiana es Felicidad Olaizola que, tras estudiar Derecho en Deusto, ingresó en la Ertzaintza. Esta ertzaina políglota que tiene su propio blog (), creada por Javier Otaola en 2003, resolvió su primer caso en y acaba de regresar con .
Las nórdicas. En la avalancha de novela policiaca escandinava, en la que abundan las autoras, no podían faltar las mujeres. El precursor del posterior desembarco masivo de autores escandinavos, Henning Mankell, ha anunciado que con jubila a Kurt Wallander. Pero Wallander deja heredera, su hija Linda, también policía, que tuvo su bautismo profesional en 2006 en. Y, aunque por su complejidad es difícil definir al personaje con una sola etiqueta, también reúne méritos para pertenecer a este grupo en expansión la Lisbeth Salander de la saga , de Stieg Larsson. Otra Larsson, Äsa, no aporta un solo miembro al grupo de mujeres que se desenvuelven perfectamente en el lado oscuro de la sociedad, sino dos: la abogada Rebecka Martinsson, urbanita un tanto estirada que cuida mucho su aspecto, y la inspectora jefe Anna-Maria Mella, chaparra, no muy agraciada y, en -la única novela de la sueca Ässa Larsson publicada hasta la fecha en castellano-, considerablemente embarazada. En enero saldrá en España la segunda novela de Larsson, , escrita en 2004. Desde entonces ya ha publicado otras dos.Otra autora sueca de éxito, Camilla Läckberg, también concede protagonismo a una mujer, Erica Falk, escritora que en conocimos soltera; embarazada de ocho meses -el padre de la criatura es el detective Patrik Hedström, que confía mucho en la opinión de su mujer- en y madre de una niña en . En pareja trabajan también los personales creados por la noruega Anne Holt: el policía Yngvar Stubo y la criminóloga Inger Johanne Vik. En castellano están disponibles tres de las cuatro novelas que ha dedicado Holt a la pareja. Y, novedad, acaba de publicarse en castellano la primera novela de las ocho que protagoniza otra investigadora creada por Anne Holt: la policía de Oslo Hanne Wilhelmsen.
Las exóticas. Y si, además de disfrutar con las tramas policiacas le gusta recorrer mundo, las mujeres que investigan le pueden llevar muy lejos. Puede regresar a la Rusia post-soviética gracias a una clásica, la comandante Nastia Kaménskaya, creada por Alexandra Marinina. Puede viajar a Botsuana acompañando a la primera detective de aquel país, la divertidísima, oronda y emprendedora Precious Ramotswe, criatura de Alexander McCall Smith. Para el viaje a China puede confiar en Diane Wei Liang, cuya detective Mei Wang protagoniza y . Y si prefiere la India, acaba de llegar con su novela la detective Lalli, creada por Kalpana Swaminathan.
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