Secciones
Servicios
Destacamos
PPLL
Martes, 1 de diciembre 2009, 04:49
SAN SEBASTIÁN. Todavía hay quien se sorprende cuando escucha una voz propia de una mujer en un hombre de pelo en pecho, pero los contratenores ya invaden los escenarios del mundo. Max Emanuel Cencic no es uno más; parecía estar predestinado a rememorar a los castrati cuando con sólo seis años cantó como solista delante del público y también en los años que pasó como Niño Cantor de Viena. Hoy en día es uno de los imprescindibles. Cantará con Plácido Domingo en el Liceu y hoy lo hará en Donostia junto a la agrupación Moderntimes_1800 para recordar a uno de los más famosos castrati de la época, Caffarelli.
¿Cuándo y por qué decidió ser contratenor y no cantar con otro tipo de voz?
Nunca lo decidí y de hecho, yo no quería ser cantante de ópera. Me eduqué en colegios muy conservadores y mi visión de la vida no era para nada la de un artista. Pero poco a poco, cuando vi que mi voz de soprano no variaba, me di cuenta de que no podía seguir llamándome niño soprano con 19 años, así que con 20 pasé a autodenominarme soprano masculino. Después, tras dejar de cantar durante dos años, decidí volver a hacerlo y mi voz de tenor era tan pobre que no me gustaba cantar así. Decidí trabajar mi voz más en el registro de alto (más grave) y empecé gradualmente una carrera como contratenor.
¿Cree que ser contratenor implica interpretar un repertorio concreto?
Sí, los originalmente escrito para los castrati. Éste es el único repertorio que un contratenor puede reivindicar como propio. Además está, por supuesto, la música contemporánea, en la que la voz de contratenor se ha hecho imprescindible. Y hay también varios roles que hoy en día están siendo más abordados por los contratenores como Orlowsky en El Murciélago de Strauss y otros personajes de operetas.
¿Es este tipo de repertorio su preferido?
Me encanta el barroco y el clásico. A menudo me encuentro enfrentado a comentarios como «el lied alemán no está escrito para un contratenor» o «Rossini no puede ser cantado por un contratenor». Creo que tengo fama como músico osado que rompe tabús e interpreta repertorios por los que los puristas te excomulgarían. Estoy orgulloso de haberme atrevido a cantar Rossini y de tener éxito con ello. Romper barreras es mi obsesión, mi principio de todo. Ello implica, claro está, trabajar duramente mi técnica para ser capaz de cantar muchas cosas que hasta ahora se han considerado incantables por un contratenor. Además, quiero también romper los tópicos que tiene el público sobre los contratenores.
¿Siente que la gente todavía se sorprende cuando ve a un hombre cantando con voz más propia de una mujer?
Depende de donde cantes, pero con un público cultivado y acostumbrado a escuchar a muchos intérpretes y cantantes distintos, creo que ya no se da esta sorpresa. He cantado una vez en San Sebastián con Christophe Rousset y me sentí muy cómodo ante el público, por lo que tengo muchas ganas de este concierto.
Una voz como la suya requerirá de algún tipo de cuidado especial.
Yo intento dormir ocho o nueve horas diarias, comer tres veces al día alimentos apropiados, hacer regularmente deporte y llevar una dieta sana en vitaminas y minerales. Los ejercicios vocales son también importantes e intentar eludir el stress. También me relajo haciendo yoga.
¿Cuáles son sus cantantes favoritos?
Janet Baker, Gerard Lesne, Anne Sofie von Otter, Sylvia McNair, Barbara Bonney estoy orgulloso de haber grabado con ella y Solti, Dietrich Fischer Dieskau, Nathalie Stutzmann..., la lista es larga.
¿Además de la música clásica, qué otros estilos le gustan?
La música electrónica como Underworld o Sven Väth.
En San Sebastián interpretará música de Haendel, ¿qué opina de este compositor?
Soy un gran fan. Amo su música. Este año, por su aniversario, he cantado el rol principal en una nueva grabación de Faramondo publicada por Virgin Classics y en marzo del año que viene publicaré mi próximo CD solo con arias de su ópera.
¿Sus próximos proyectos?
Grabaré Il farnace de Vivaldi para Virgin Classics, después un álbum de dúos con Philippe Jaroussky y William Christie, también para la misma discográfica. En el campo de la ópera destacan Tamerlano en el Liceu con Plácido Domingo y una nueva producción de Ruslan y Ludmila con Anna Netrebko en el Teatro Bolshoi de Moscú.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El origen de la expresión 'joder la marrana' y su conexión con el vino
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.