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PILAR ARANGUREN
Lunes, 7 de diciembre 2009, 10:29
Asentó sus cimientos sobre los terrenos de un campo de aviación, pero su vocación no fue la de echar a volar, sino la de rodar por la carretera. Sus neumáticos han dejado huella en el asfalto pero también en la realidad socieconómica guipuzcoana. No en vano, la multinacional Michelin eligió las localidades de Lasarte-Oria y Usurbil para instalar hace ya 75 años su primera fábrica de neumáticos en la península. Durante su larga trayectoria ha sido motor económico de la comarca.
Lasarte-Oria, que era sede de un circuito automovilístico de renombre mundial, fue el lugar elegido por su situación estratégica cerca de la frontera francesa, en la carretera Irún-Madrid y próxima a San Sebastián, en aquella época centro de turismo internacional.
No obstante, la presencia de Michelin en España se remonta a un siglo atrás, en concreto a enero de 1909, cuando creó en Madrid la Sociedad Anónima del Neumático Michelin, que generó durante años un tejido comercial sólido que posicionó a la multinacional francesa como líder en el mercado.
Sin embargo, el desarrollo de la industria del automóvil en España en el primer cuarto del siglo pasado hizo que aumentasen las necesidades de neumáticos, por lo que en 1932 Michelin fundó la Sociedad Anónima para la Fabricación en España de Neumáticos (Safen) y se decidió a montar la primera factoría en Lasarte-Oria.
La fábrica guipuzcoana nació con la pretensión de calzar los 189.000 vehículos que circulaban por las carreteras españolas en esa época.
Así, hace 75 años salía el primer neumático Michelin de Lasarte-Oria. Era el 24 de enero de 1934 y se trataba de un modelo tipo Confort, para coche en la dimensión 4,75x18.
La nueva fábrica fue muy bien recibida dada la difícil situación laboral del momento. Discurrián los primeros años de la II República. Era la España de los primeros vuelos comerciales, de las incipientes emisiones de radio, de la Vuelta Ciclista a España... Y el coche de moda en aquella época era el Ford A.
Pero la Guerra Civil primero y la II Guerra Mundial después, dificultaron el normal desarrollo de la planta. La fábrica fue militarizada y se producía de forma intermitente por falta de suministros. La empresa, para hacer frente a la precaria situación económica y a la carencia de alimentos cedió a sus trabajadores pequeñas parcelas de terreno destinadas a huertas.
Gasógenos
Durante la postguerra, ante la escasez de gasolina que paralizaba el transporte por carretera, Michelin reaccionó preparando en Lasarte-Oria un taller para construir gasógenos, dispositivos de combustión de carbón que, aplicados a los automóviles, los hacían funcionar con el gas generado. Los vehículos podían alcanzar los 100 kilómetros por hora.
En la fábrica de Lasarte-Oria se fabricaron dos modelos de gasógenos: el Gasauto, para camiones y autobuses, y el Gasturist, para turismos.
En aquellos años de la escasez, del estraperlo o de la Cartilla de Racionamiento uno de los coches más populares era el Fiat Balilla.
A los gasógenos les siguieron los remolques de bicicletas, estupendo vehículo para aquellos tiempos difíciles que costaban 460 pesetas y cuya carga útil era de 100 kilogramos.
Pero aunque parezca increíble también se produjeron en la factoría de Lasarte-Oria otros productos que no tenían nada que ver con el transporte, como abarcas, pelotas de goma y algunos componentes para fábricas de calzado.
Superada la postguerra, la producción se reactivó y Michelin inició en Lasarte-Oria su obra social. Así, las colonias infantiles, la cooperativa y la sociedad deportiva hicieron que Michelin obtuviera el reconocimiento del Instituto Nacional de Previsión con el título de Empresa Modelo en la Seguridad Social. Era la década de los 50 y el coche del momento era el Renault 4CV.
La saturación de las capacidades de la fábrica de Lasarte en la mitad de los años 60, así como el aumento de las necesidades para el mercado nacional y para la exportación hicieron que la multinacional se decidiera a abrir otra planta en Vitoria.
Cénit en los 70
En los años 70, con la expansión mundial del mercado de los neumáticos radiales de Michelin y la creación de los centros de Aranda de Duero y Valladolid, la fábrica de Lasarte-Oria llega a su cénit. Se forman las personas que desarrollarán los otros centros, evolucionan los procesos de fabricación de cubiertas, automatizándose tareas que eran muy artesanales hasta entonces y de forma progresiva el trabajo se transforma de ser puramente manufacturero a poderse realizar con autómatas.
Con la entrada en la Comunidad Económia Europea, en los años 80, se abren las fronteras y las fábricas de la multinacional francesa en España, incluida la de Lasarte-Oria, comienzan un proceso de especialización, que llega hasta nuestros días. De hecho a finales del año pasado la planta guipuzcoana dejó de fabricar ruedas para turismos y se especializó en neumáticos radiales para moto de gama alta.
La producción de las ruedas de turismos se trasladó a Vitoria, que se ha especializado en este producto, mientras que en Aranda de duero se fabrican neumáticos para camión y autobús y en Valladolid se producen para el sector agrícola y de turismo de altas prestaciones, además de los neumáticos renovados Remix para camión.
El cierre de la sección de neumáticos de turismos en Lasarte-Oria supuso un redimensionamiento del espacio físico de la planta. Su plantilla también sufrió un recorte del 30% vía jubilaciones al rescindir 400 empleos. En la actualidad la planta cuenta con 700 empleados, lejos de los 3.700 que llegó a alcanzar en la década de los 70.
Desde el primer neumático Michelin made in Lasarte-Oria hasta hoy han trabajado en la factoría guipuzcoana cerca de 8.000 personas. La fábrica arrancó el 24 de enero de 1934 con doscientas personas. A principios de los 40 la plantilla era de 500 trabajadores y en los 60 ya llegaban a las 2.000. Tras alcanzar su máximo histórico en la década de los 70 las diferentes crisis económicas obligaron a la factoría a abordar diversas reestructuraciones que han ido aligerando paulatinamente su plantilla.
No obstante, los responsables de la factoría consideran que la misma tiene su futuro asegurado ya que «no sólo representa la puerta de entrada de Michelin en la península Ibérica, sino que se está convirtiendo en un centro de desarrollo mundial de los neumáticos radiales Michelín de Moto», destacan. «Somos, más que nunca, una empresa de futuro gracias a nuestra historia, a nuestras raíces y a nuestros valores compartidos», subrayan.
Y es que recuerdan que en su larga trayectoria industrial, Lasarte-Oria ha fabricado una gran variedad de productos: neumáticos de bicicleta, turismo, camión y moto; neumáticos recauchados, semiterminados para los procesos de fabricación -goma, hilos y tejidos metálicos y textiles-, útiles de fabricación, moldes de cocción, cámaras, membranas de confección y coción, parches de reparación, válvulas, disoluciones, colas o tizas de marcaje.
Todo ello bajo la atenta mirada del simpático Bibendum, denominado popularmente como muñeco Michelin, emblema del fabricante galo de neumáticos y que forma parte del paisaje guipuzcoano.
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