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I. MORONDO
Miércoles, 13 de enero 2010, 03:33
«Es un presupuesto austero y ajustado que limita la voluntad del Gobierno», admitía la delegada de Hacienda, Goizane Álvarez, cuando ayer presentó la previsión de las cuentas municipales elaboradas por el Gobierno local.
Dijo que el trabajo para su elabroación había sido «intenso y bastante complicado», argumentando que estas circunstancias son consecuencia de «la merma de ingresos» y de que «en los datos de aportación del Fondo Foral de Financiación Municipal para 2010 se mantuvo la incertidumbre hasta finales de octubre». Teniendo en cuenta las desviaciones en los años precedentes, Álvarez dejó bastante claro que no se fía de que la previsión de aportar 37 millones que tiene el Fondo Foral de Financiación Municipal vaya a cumplirse. La cuantía, tal como está hoy, representa más de la mitad de los ingresos que el Consistorio tendrá en el presente curso.
Entre el resto de penurias recaudatorias que padecen las instituciones en general, los ayuntamientos guipuzcoanos se enfrentan a la necesidad de devolver a la Diputación la desviación entre lo entregado en los años anteriores y el resultado final; en el caso de Irun, 14 millones de euros, 5 de 2008 (a devolver entre 2009 y 2010) y 9 de 2009. Se trata de un embrollo financiero que se salda con menos margen de gasto municipal. El remate está en la congelación de los impuestos directos que dependen del Ayuntamiento «para evitar añadir más presión fiscal al ciudadano», según indicó Goizane Álvarez.
Regresión de cinco años
Atrás, muy atrás, quedan con todo esto los más de 80 millones de euros que el Ayuntamiento de Irun presupuestó para el ejercicio de 2009, por no hablar de los 86 del año anterior, que se convirtieron en un récord histórico.
Con los 69 millones que presentaba ayer, «estamos en niveles de ingresos similares a los de 2005», apuntaba la delegada de Hacienda. Lo cierto es que aquel año, se acabó aprobando un presuesto de 63 millones de euros. «Pero nuestros gastos no son los mismos, porque desde entonces se han puesto en marcha multitud de nuevos servicios y se han mejorado notablemente otros». La repercusión en el gasto corriente es obvia y dada la voluntad de «no reducir los servicios a la ciudadanía, porque aportan calidad de vida y bienestar a los irundarras», ha habido que quitar un poco de todas partes. «Tampoco se van a reducir los programas sociales, ni las políticas de empleo», ya que ambas se entienden como responsabilidades estratégicas en la actual situación de crisis. Sí se congelan, por segundo año, los salarios de los corporativos.
Salvar las inversiones
Con tantas necesidades y tantas obligaciones y con una situación económica que no invita a un endeudamiento público excesivo, entra dentro de la lógica que sea el capítulo de nuevas inversiones el que peor parado salga.
Sobre todo porque en buena medida, es un apartado que venía condicionado. Las obras de San Juan absorberan 6 millones de los casi 10 previstos. También la nueva glorieta de acceso al barrio de Ventas tenía consignado un gasto plurianual procedente de los ejercicios anteriores. Así que poco más se va a poder sumar. «Aunque ralentizada, no vamos a suspender la mejora de la administración electrónica, por la que ha apostado este Gobierno y en la que Irun es pionera», marcaba como ejemplo Goizane Álvarez.
Pero para salvar las inversiones de verdad, lo que el Gobierno quiere hacer es echar mano de fondos de otras instituciones. Así, se recurrirá al programa Merkagune del Gobierno Vasco para la reurbanización de la calle Estación y su revitalización comercial. El convenio firmado con la consejería de Vivienda del propio Ejecutivo vasco financiará el inicio de la construcción de las VPO de Oinaurre y de los apartamentos para jóvenes de Larzabal. Y se buscará una fórmula similar para arrancar, de una vez por todas, con San Miguel-Anaka. También de fondos autonómicos se esperan obtener los recursos para invertir casi 800.000 euros en mejorar los centros educativos públicos de la ciudad.
Y no se puede olvidar el Plan E, que aportará 6,5 millones. Un millón reforzará las reservas municipales para afrontar el gasto corriente. Con el resto, aunque está aún por aprobarse, está previsto que se financien, entre otras, la reordenación de la calle de Hondarribia y la ampliación de las instalaciones de Ducoreau que usa Mondragon Unibertsitatea. Al final, los proyectos que se prevén ejecutar superan con mucho los casi 17 millones que se invirtieron en aquel 2005 que recordaba Álvarez.
Cifras en euros Fuente: Área de Hacienda - Ayto. de Irun
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