«El conocimiento del euskera va a perder peso en las próximas oposiciones»

«No tenemos ningún problema con el euskera, lo que tenemos es un problema de recursos humanos». El Departamento de Sanidad y Consumo no va a renunciar a la euskaldunización de los profesionales del sector, pero lo hará «de forma progresiva». Rafael Bengoa mantiene que la lengua vasca tiene que ser vista por los trabajadores como una «solución» y no como un «inconveniente» a la hora de acceder a una plaza en propiedad en la mayor empresa pública de Euskadi.

En cualquier caso, reconoce que la acreditación de los perfiles lingüísticos perderá peso en la nota final al tener una «puntuación proporcional al resto de los criterios» que evalúa el tribunal. No significa necesariamente que el conocimiento de la lengua vasca vaya a puntuar menos, sino que conceptos como la antigüedad, la formación, la investigación o las publicaciones «van a contar más». Las autoridades sanitarias insisten en que el euskera «va a tener el peso que dicte el sentido común».

El equipo de Gobierno de Ibarretxe gastó 24 millones de euros en cuatro años para pagar las sustituciones de los trabajadores de Osakidetza liberados para acreditar los perfiles. De los 890 empleados que dejaron su puesto en el Servicio Vasco de Salud para aprender euskera al inicio de la pasada legislatura -con un coste para las arcas públicas cercano a los 6,5 millones de euros-, en 2008 se liberaron 366 (4,8 millones).

El número de personas que dejan su puesto para estudiar «un mínimo de cinco horas diarias en un centro homologado» ha registrado una tendencia a la baja en los últimos años, si bien es cierto que cada vez son más los profesionales que aprenden el idioma por su cuenta para presentarse a los exámenes.