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Alberto de Mónaco visita el Aquarium de San Sebastián y el Museo Balenciaga
Visita real a gipuzkoa

Alberto de Mónaco visita el Aquarium de San Sebastián y el Museo Balenciaga

El príncipe monegasco ha bromeado en su visita al Aquarium, donde ha recibido peluches de regalo. En el Museo Balenciaga, se ha comprometido a donar más trajes de su madre a este centro.

SAN SEBASTIÁN , EFE

Viernes, 25 de noviembre 2011, 19:57

El príncipe Alberto II de Mónaco ha visitado esta mañana el Aquarium de San Sebastián para rendir un "sentido homenaje" a los precursores de la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa, entre los que se encuentra su tatarabuelo Alberto I, cuya aportación hace más de 100 años fue, a su juicio, "visionaria".

El soberano monegasco ha hecho estas declaraciones durante el discurso que ha pronunciado en el auditorio del Palacio del Mar, al que ha llegado sobre las 11:40 horas, sin su esposa, la princesa Charlene Wittstock, y acompañado en todo momento por el máximo responsable del Aquarium, Vicente Zaragüeta.

Vestido con un traje de chaqueta oscuro, camisa blanca y una corbata azul a rayas, Alberto II de Mónaco ha sido recibido con un 'aurresku' de honor en el oceanario donostiarra, donde se encontraban, entre otros, el delegado del Gobierno en Euskadi, Mikel Cabieces, el subdelegado del Gobierno en Gipuzkoa, Pedro Luis Río, la consejera vasca de Cultura, Blanca Urgell, y el portavoz del Ayuntamiento de San Sebastián, Josu Ruiz.

Bromas entre peceras

El príncipe, quien no ha perdido la sonrisa en toda la visita y ha bromeado incluso metiendo el dedo en alguna de las peceras, ha recibido de manos de Zaragüeta una 'makila' (bastón) con la que ha sido nombrado presidente del Aquarium por un día.

Tras el descubrimiento de una placa conmemorativa en el vestíbulo, la comitiva se ha dirigido al interior, donde ha tenido lugar una ofrenda floral ante un retrato al óleo de Alberto I de Mónaco que él mismo regaló en 1913 a la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa como agradecimiento por su nombramiento como Alto Protector de la misma.

Una marcha fúnebre ha sonado durante todo el homenaje, tras el cual Alberto II de Mónaco ha firmado una dedicatoria en francés en el libro de honor, en el que ha querido dejar constancia de los "lazos de trabajo y amistad" que unen a su dinastía con el Aquarium.

Peluches para futuros hijos

El intercambio de regalos ha sido uno de los momentos que más expectación ha suscitado, especialmente cuando el príncipe ha recogido una canastilla con dos camisetas de bebé y numerosos peluches que el Palacio del Mar ha querido entregarle "por si estuviera esperando un niño", ante los rumores que circulan en los últimos tiempos, o pudiera tenerlo en el futuro.

El príncipe no se ha pronunciado al respecto, aunque ha posado amablemente ante los focos de los informadores gráficos mientras sujetaba una de las camisetas de color azul cielo.

Un cartel publicitario original del Aquarium de 1929, un cuadro de la serie 'El cementerio marino' de Alfredo Bikondoa y una maqueta de un barco han sido otros de los presentes entregados al soberano, que a su vez ha regalado al museo marino donostiarra un libro numerado sobre las investigaciones de su tatarabuelo.

El acto se ha trasladado después al auditorio, donde Alberto II ha recordado los "lazos históricos y centenarios" que nacieron tras las "valiosas colaboraciones" entre la Sociedad Oceanográfica de Gipuzkoa y su tatarabuelo, que "contribuyeron al nacimiento y al desarrollo, así como a la toma de conciencia, del necesario conocimiento del mundo marino".

Preocupación por el medio ambiente

A su juicio, "en este momento, cuando las preocupaciones medioambientales han demostrado gran importancia en un contexto del desarrollo permanente y armonioso de nuestras sociedades", hay que "reconocer que su aportación fue visionaria".

"Estoy aquí para rendir un sentido homenaje a estos precursores que trazaron el inicio de un trabajo que nosotros nos esforzamos en continuar hoy en día", ha añadido.

Alberto II de Mónaco ha continuado después su visita por las peceras que se distribuyen por el Palacio del Mar, donde ha podido ver millones de peces, entre ellos los dos tiburones toro y las anchoas que, por primera vez en Europa, crecen en el Aquarium de San Sebastián en cautividad.

Tras esta visita, Alberto II se ha desplazado al Museo Balenciaga para contemplar cuatro trajes que el prestigioso diseñador guipuzcoano confeccionó para su madre, la princesa Grace Kelly, y que fueron cedidos por la Casa Real Monegasca en 2003.

Más trajes para el museo

Fuentes de este museo han explicado que el príncipe de Mónaco se ha comprometido a donar más trajes de su madre a este centro, donde ha firmado en el libro de visitas para expresar su alegría por estar en un espacio dedicado a un "arquitecto de la moda" al que Grace Kelly "admiraba tanto".

El príncipe ha dicho a los periodistas que ha sido una visita "muy emotiva", ya que "se acordaba" de algunos de los trajes de su madre allí expuestos, que son dos vestidos, uno en tafetán de lana beige y otro de raso duquesa de seda color marfil, y dos conjuntos, uno de traje y capa realizado en cheviot de lana gris y otro de chaqueta y falda en cloqué de plata azul, gris y amarillo.

Alberto de Mónaco ha prestado especial atención a estos vestidos, así como al de boda de la reina Fabiola de Bélgica, una de las piezas estrella de la colección que ha "gustado mucho" al soberano.

Después, Alberto de Mónaco se ha dirigido de nuevo al aeropuerto de Hondarribia para regresar lo antes posible a su país tras permanecer apenas cuatro horas en Gipuzkoa.

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