Secciones
Servicios
Destacamos
A. ALDAZ
Domingo, 29 de abril 2012, 11:04
El sida es una de las enfermedades más investigadas en todo el mundo, sobre la que se publican cada año multitud de estudios que prometen hallazgos reveladores. El descubrimiento de un equipo de científicos catalanes del Instituto de Investigación del sida Irsi Caixa, publicado esta semana en la revista internacional Plos Biology, no corre el riesgo de acabar perdido entre esa extensa bibliografía porque ha dado en la diana de uno de los misterios que aún envuelven al VIH:cómo se propaga el virus desde que entra al organismo hasta que ya destruye todo el sistema inmunitario.
El estudio ha demostrado que el virus del VIH tiene en su cubierta unas moléculas llamadas gangliósidos, que utiliza para penetrar en células dendríticas. Este tipo de células son las responsables de capturar y trocear los virus, para transportarlos hasta los ganglios donde empieza a actuar el sistema inmunológico que crea sustancias para acabar con la infección. Sin embargo, como si fuera un Caballo de Troya, el virus invade el organismo camuflado en esas células que, en lugar de aniquilarlo, le abren el camino para transportarlo directamente hacia su objetivo. «El mecanismo del VIH es diabólico», subraya Daniel Zulaika, coordinador del Plan del Sida que califica de «paso de gigante» el descubrimiento porque supone una «nueva arma» para frenar la acción del virus a través de nuevas estrategias terapéuticas.
«Cuando el VIH entra en el organismo traduce el experto se encuentra perdido en ese universo y necesita de una nave espacial, en este caso las células dentríticas, para llegar hasta los linfocitos CD4, que luego ataca de forma progresiva hasta dejar al cuerpo sin defensas». El hallazgo ha encontrado «la llave» que abre la puerta de ese vehículo, porque ha identificado las moléculas gangliósidos que tienen un papel determinante en la infección ya que son las que permiten la propagación del virus. Los científicos han demostrado además que si se eliminan esas moléculas del VIH se evita también que las células dendríticas puedan «internizarlo» y, por lo tanto, se lograría frenar la acción del virus.
«Con este hallazgo hemos logrado acotar la interacción molecular entre el VIH y las células dendríticas», ha explicado esta semana el coordinador del estudio, Javier Martínez-Picado, que es el investigador de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (Icrea) y del IrsiCaixa.
Rastreo de nuevos fármacos
El siguiente paso en el que ya se trabaja gracias a esta nueva diana terapéutica, añade Zulaika, son las fórmulas para crear fármacos que bloqueen esa puerta por la que se cuela el virus. Además de los ensayos clínicos, se rastrea en la batería de medicamentos que ya existen y que podrían ser válidos para esa función, como ya ocurrió con el AZT (zidovudina), un medicamento originalmente ideado para tratar el cáncer, que fue archivado después de haberse demostrado ineficaz en los ensayos clínicos. Sin embargo, en 1987 se aprobó su comercialización como un fármaco indicado para personas infectadas por el VIH convirtiéndose en el primer antirretroviral, recuerda Zulaika.
El director de IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, ha augurado que estos nuevos fármacos serían más eficaces y estables que los tratamientos actuales porque serían menos vulnerables a las mutaciones del virus, una esperanza que refuerza Zulaika: «No hay que olvidar dice el médico guipuzcoano que ahora mismo existen alrededor de 30 medicamentos de seis familias antirretrovirales distintas. Pero el paciente puede desarrollar resistencia a alguno de estos fármacos, porque siempre hay que buscar algún recambio terapéutico». En este sentido, el hallazgo «abre la vía a una nueva familia de antirretrovirales», vaticina.
También ha vuelto a despertar el sueño de la vacuna para erradicar la enfermedad, un hito de momento imposible, aunque se sigue trabajando en ello. Los tratamientos actuales con antirretrovirales han conseguido cronificar la enfermedad, pero no destruir la acción del VIH, porque se hace resistente en el cuerpo humano. «Hay que recordar que de las más de 500 enfermedades infecciosas que existen, sólo 15 tienen vacuna. Teniendo en cuenta el mecanismo diabólico del VIH, encontrar una está siendo una tarea muy muy difícil», sintetiza Zulaika, que sí espera resultados de las investigaciones en geles microbicidas, en las que se están invirtiendo esfuerzos y recursos financiados, entre otros mecenas, por la fundación Bill y Melinda Gates. «Estos geles serán clave para frenar el sida», augura Zulaika, «porque tendrán todas las ventajas del preservativo pero sin sus inconvenientes».
Otro de los misterios de la enfermedad es el de un pequeño número de prostitutas de Nairobi (Kenia) que parecen ser resistentes al VIH, a pesar de que tener relaciones sexuales con hombres infectados. Conocer qué mecanismos impiden a estas mujeres resistir al virus es el objetivo en el que trabajan desde hace años grupos de investigadores en un proyecto de vacunación antisida. «Descubrir ese misterio sería otro paso de gigante para erradicar la enfermedad», desea Zulaika.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.