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FERNANDO SEGURA
Viernes, 29 de noviembre 2013, 10:48
El plan de Bildu se basa en perpetuar los vertederos existentes hasta que revienten y en abrir otros nuevos». Esta es la valoración que realiza Denis Itxaso, responsable de Medio Ambiente del PSE y presidente de la Mancomunidad de San Markos, del acuerdo entre el Consorcio de Residuos y las constructoras por el que éstas recibirán indemnizaciones por la paralización de la incineradora.
- ¿Qué opina del acuerdo entre el Consorcio (GHK) y las empresas para pagar indemnizaciones y enterrar la planta de Zubieta?
- Resulta perjudicial para las arcas públicas y también para la gestión ambiental de los residuos e, incluso, para la imagen de Gipuzkoa. Esta va a ser la legislatura de las indemnizaciones. Se paga dinero por no hacer obras, como es el caso del Metro de Donostialdea, la pasarela de Mompás o las plantas de Zubieta.
- ¿Una vez firmado, la comisión promovida en las Juntas por PNV, PSE y PP para analizar el funcionamiento de GHK nace muerta?
- Tiene más sentido que nunca. Debe dilucidar las responsabilidades políticas que se pueden derivar de los desembolsos que se van a producir al meter el proyecto en un cajón. Aquí hay un elemento que es fundamental que se comprenda. Existe una norma foral que el Gobierno de Bildu no ha hecho el intento de modificar. No lo hace por debilidad aritmética y, sobre todo, por debilidad en sus planteamientos. No cumplir una norma y no intentar modificarla es hacer trampa antidemocrática evidente.
- Bildu da por bien empleado el pago de indemnizaciones, ya que ha servido para cumplir su compromiso electoral.
- Han empantanado la solución para el tratamiento de los residuos. En política es muy tentador vender algo tan demagógico y populista como parar una planta, una infraestructura que ciertamente pocos ciudadanos querrían ver cerca de su casa. Sin embargo, lo que se espera de un gobierno es que, si prescinde de un proyecto que daba respuesta integral a un problema, plantee una solución. La de Bildu pasa inevitablemente por mantener abiertos los vertederos existentes y poner en marcha otros nuevos. Les va a perseguir una pregunta durante toda la legislatura: ¿dónde y cuándo van a abrir los nuevos vertederos? Este es un modelo rechazado por la UE.
- Errazkin ha realizado un llamamiento al acuerdo, basado en desarrollar las plantas del Plan de Residuos aprobado en la pasada legislatura, excepto la incineradora. ¿Este acuerdo es viable?
- El planteamiento de Bildu es de un cinismo intolerable. No pueden pretender hacer de su capa un sayo, llevar hasta sus últimas consecuencias su programa electoral, en contra de la soberanía guipuzcoana representada en las Juntas y, después de todo esto, pedir diálogo. Los socialistas estamos dispuestos a debatir, pero no vamos a caer en la trampa de su relato. El desacuerdo es mucho mayor que el que intenta hacer ver Errazkin. El desacuerdo estriba en un elemento esencial, en cómo se va a tratar la parte de la basura que no se puede reciclar ni compostar. Bildu reduce esta parte al 20% de la basura. Sin embargo, en las sociedades más modernas llega al 30%.
- La Diputación y GHK señalan que la tendencia a una menor generación de residuos y a un incremento del reciclaje-compostaje hará innecesaria la incineradora. ¿Este diagnóstico es certero?
- Bildu ha estado dando tumbos durante toda la legislatura buscando vestir el santo. Tenían tomada la decisión desde el principio. Lo que ocurre es que en el camino, a medida que iban encontrando obstáculos a esta decisión premeditada, han ido construyendo nuevos argumentos. Llegaron incluso a decir que la Autorización Ambiental Integrada del proyecto no era válida, algo que el Gobierno Vasco desmintió. La realidad es que la fracción resto debe ser tratada de algún modo y Gipuzkoa hizo en su momento una apuesta para el vertido cero. Y este objetivo solo es posible si convertimos parte de los residuos en un recurso mediante su conversión en energía, algo plenamente aceptado en Europa, como lo demuestra la posición de los verdes alemanes.
- ¿Qué le parece que la Diputación condicione el cierre de los vertederos a que se desarrollen las instalaciones que permitan dar este paso?
- El plan aprobado en la pasada legislatura fue acordado en las Juntas y tenía como objetivo acabar con la era de los vertederos. A ello contribuyó muchísimo la presión ciudadana, fundamentalmente en el entorno del vertedero de San Markos, el mayor de Gipuzkoa. Ahora Bildu pretende perpetuar la vida de los tres vertederos que siguen abiertos, hasta que revienten. Es una muy mala noticia también desde el punto de vista de la salud pública. Deberían comunicárselo claramente a los vecinos de Zarautz, Azpeitia y Beasain, los más afectados.
- ¿Como presidente de San Markos, teme que la decisión de Bildu de prolongar la vida de los vertederos afecte al que usted preside?
- Sí. Por eso las obras de cierre comienzan el lunes. Hemos acelerado los plazos de cara a evitar en lo posible cualquier margen de maniobra de la Diputación tendente a reabrirlo. Podría darse el caso de que Zarautz, Azpeitia y Beasain, donde se encuentran los vertederos cuya clausura se ha aplazado, surjan focos de presión ciudadana que lleven al territorio a un colapso. Alguien podría tener la tentación de volver la vista hacia San Markos, el mayor vertedero de Gipuzkoa. Por eso queremos iniciar la obra lo antes posible, para evitar que se reabra.
- ¿Se ha incumplido el acuerdo que ha permitido a Donostialdea llevar la basura durante estos últimos años a Sasieta, Lapatx y Urteta, a cambio de que Donostia ubicara la incineradora?
- La Diputación, al decidir el aplazamiento del cierre, ha incumplido los acuerdos. Por tanto, ahora alguien podría decir que la reciprocidad se ha roto. La Diputación, los ayuntamientos de Zarautz, Beasain y Azpeitia, así como sus respectivas mancomunidades están gobernadas por Bildu. Ellos solos se han metido en esta salsa y tendrán que responder ante estas contradicciones. Podría ocurrir que algún alcalde, presionado por sus vecinos, no quiera seguir recibiendo la basura de Donostialdea, pero se lo tendrán que explicar a los alcaldes de Donostia o de Errenteria, también de Bildu, para ver cómo reaccionan.
- Al condicionar el cierre al desarrollo de determinadas instalaciones echan la pelota al tejado del resto de grupos, dado que estas plantas solo se podrán construir si existe un pacto amplio...
- Bildu podrá disfrazar sus decisiones como quiera y hacer el intento de desviar sus responsabilidades hacia los demás, una estrategia en la que la izquierda abertzale es experta. La realidad es que están incumpliendo la norma vigente, que se han metido en un callejón sin salida y tienen que responder qué pasa con los vertederos. No pueden pretender que el problema se lo resolvamos los demás, cuando han impuesto desde una minoría el rechazo a las plantas de Zubieta.
- ¿Ante el panorama que describe, el PSE apoyaría una moción de censura a Iñaki Errazkin?
- Seríamos partidarios de una moción contra el gobierno foral y los ayuntamientos más importantes. Esa mano está tendida al PNV desde el inicio de la legislatura. El acuerdo entre ambos permitió la moción de censura a Ainhoa Intxaurrandieta, cuando presidía San Markos. Nadie duda de que el cambio de gobierno en la mancomunidad ha permitido cumplir el compromiso de cerrar el vertedero. Ese paso se podría dar en otras instituciones, pero el PNV tiene una serie de cálculos electorales que priman sobre el interés de los guipuzcoanos.
- En esta legislatura todo parece indicar que la cuestión de los residuos quedará empantanada. ¿Cuál es el escenario de cara a la siguiente?
- Es difícil saberlo. El PSE planteará alternativas que devuelvan la esperanza a los ciudadanos.
- ¿Pero se retomará el Plan de Residuos, cabría su redimensionamiento o incluso el abandono del proyecto de la incineradora?
- Dependerá de los acuerdos que se alcancen. La experiencia nos dice que al PNV no le ha importado que se llegue a este deterioro. Ha permitido que Bildu gobernara sabiendo que tenía alternativas mucho más razonables. Si los resultados persisten, es posible que el PNV vuelva a dar la espalda a los intereses de Gipuzkoa y nos vuelva a dejar tirados.
-Al margen de lo que el PNV pueda hacer. ¿Cuál será la postura del PSE? ¿Están abiertos a reconsiderar el plan e incluso a la no construcción de la incineradora?
- La postura será la de devolver la racionalidad a la gestión de los residuos. Es decir, cumpliremos las normas que aprueben las Juntas Generales, buscando los consensos que se han perdido.
- Bildu se comprometió a no implantar el PaP en aquellas localidades donde la oposición vecinal fuera consistente. ¿Ha cumplido?
- Nadie duda de que con el PaP Bildu ha naufragado. Se le ha visto el plumero. Más allá de los datos sobre este sistema de recogida, su actitud de imposición ha hecho que se cayeran muchos mitos sobre la forma de gobernar de la coalición. Se evidencia ese "tic" autoritario que desbarata cualquier otro resultado.
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