Secciones
Servicios
Destacamos
JORGE CAMPANILLAS
Martes, 28 de enero 2014, 10:11
Cada 28 de enero, desde hace 8 años se celebra el Día de la Protección de Datos en Europa. La elección del 28 de enero no es casual, el Comité de Ministros del Consejo de Europa estableció este día como efeméride para festejar el Día de la Protección de Datos en Europa, en conmemoración del aniversario de la firma del Convenio 108 de 1981, piedra angular de la protección de datos en nuestro continente. Las autoridades europeas de protección de datos utilizan este día para concienciar más si cabe a la ciudadanía sobre este derecho fundamental y divulgar su conocimiento.
Ciertamente la protección de datos se encuentra ya arraigada en nuestra sociedad: los adelantos tecnológicos, los casos de espionajes masivos y la publicidad comportamental hacen que la ciudadanía haya sido consciente de la importancia de la protección de su privacidad, de sus datos personales, de la importancia que tiene protegerse para no verse bombardeado de todo tipo de publicidad dirigida a su persona, o para que empresas sin escrúpulos utilicen sus datos, o un largo etc. sin embargo, se da la paradoja que vivimos el momento en el cuál una gran mayoría de personas publica todo tipo de información en internet: sus fotografías, sus gustos, donde se encuentra, sus aficiones, comparte información con sus amigos de forma pública, etc. Es una sociedad sobreexpuesta que luego solicita la protección de sus datos personales.
Por ello nos encontramos en un momento crucial para el devenir de este derecho fundamental; en el seno de la Unión Europea se está debatiendo un nuevo desarrollo de la normativa de protección de datos que vendría a regular aspectos tan interesantes como el mal llamado derecho al olvido, la aplicación de la normativa europea a las grandes empresas de Silicon Valley (facebook, google, etc.),la figura del encargado de protección de datos en las empresas y la equiparación de toda la normativa a nivel europeo. Un momento crucial que está viviendo una cruenta guerra de lobbies que, por ahora, han conseguido retrasar la aprobación y publicación de esta normativa básica. A todo ello debemos sumar la convulsión generada en la sociedad por las revelaciones de las filtraciones y el espionaje masivo de datos de los ciudadanos, convulsión que ha generado otra vez el replanteamiento de la normativa y, ha puesto de manifiesto la necesidad de autoridades de control fuertes, pero no sólo ante las grandes empresas de internet sino ante los Estados que vulneran gravemente la privacidad e intimidad de sus ciudadanos. Quizá cuando se apruebe, ya no sea necesaria al encontrarnos con otros retos o hayamos sucumbido definitivamente ante la intromisión diaria en nuestra privacidad.
Ante estos 2 retos básicos en los que se encuentra la ciudadanía como son la vulneración de la privacidad tanto por los Estados como por las multinacionales, cabe recordar, para el primero de los casos, a Westin que establece que los Estados totalitarios se apoyan en el secreto respecto del régimen y la visibilidad de los grupos e individuos, mientras que la sociedad democrática descansa sobre el control del gobierno y el respeto a la privacidad de los ciudadanos; debemos ser beligerantes denunciando la vulneración de nuestra privacidad por los Estados, no está demás recordar que una de las bases de la normativa vino por el tratamiento automatizado de datos personales que comenzó ya en la II Guerra Mundial, no podemos perder la batalla entre seguridad y privacidad eligiendo la primera y obviando la segunda. Tristemente el uso de datos personales por parte de los Estados ha sido más cruento que el realizado por las empresas que normalmente la utilizan para vendernos más y mejor.
Ante el segundo de los retos, y continuando con la intención de las empresas de vendernos más y mejor, traigo una frase famosa de Neelie Kroes que dijo que los datos son el nuevo petróleo de la economía. Neelie hacía referencia especialmente a lo que ahora viene a llamarse opendata esto es a la reutilización de la información del sector público, sin embargo, por mi parte creo que existe un verdadero carburante de nuestra época: rico, potente, abundante y que no requiere una gran complejidad para su extracción, de hecho se obtiene en gran cantidad y de forma muy sencilla. Este nuevo carburante real son los datos personales. No hay día que no surgan aplicaciones como la de comprobar tu edad según lo que twitteas, publicar fotos en redes sociales o cualquier juego sencillo y fácil que sólo requiere un email; y un larguísimo etcétera. El consentimiento no es ni mucho menos el escudo que pretende cubrirnos de esa extracción de datos, por el contrario, resulta mucho más sencillo obtener estos consentimientos, que obtener otro tipo de datos públicos.
Por todo ello al encontrarnos, por una parte con las vulneraciones masivas de la privacidad de los ciudadanos y, asimismo, con los datos personales como verdadero motor de la economía digital es hora de dejar claras las reglas de juego, no más dilaciones en cuanto a su regulación europea, o a caso, un consenso global para tener unas normas claras y consensuadas que no deje a los ciudadanos simplemente en manos de las grandes de Internet o de los gobiernos sin escrúpulos. Tomemonos la privacidad en serio, y que sea el ciudadano consciente, consencuente e informado el que realmente pueda gestionar su información como considere adecuado a sus circunstancias en la sociedad del dato de nuestra era digital.
Jorge Campanillas Ciaurriz | Socio fundador Iurismatica Abogados
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El origen de la expresión 'joder la marrana' y su conexión con el vino
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.