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El Álvarez de Eulate más religioso
En san sebastián

El Álvarez de Eulate más religioso

Una exposición muestra catorce Santas Faces del artista franciscano. El pintor donostiarra fallecido en 2012 realizó hasta 60 cuadros de la Santa Faz, en estilos variados, desde el expresionismo al cubismo

FÉLIX IBARGUTXI , SAN SEBASTIÁN

Viernes, 14 de marzo 2014, 08:36

Arantzazuko Adiskideak y Fundación Arantzazu Gaur han organizado en la basílica de Santa María de San Sebastián una exposición de Santas Faces del pintor Xavier Álvarez de Eulate (1919-2012). Las obras, instaladas en la nave trasera del edificio, son un total de catorce, elaboradas en estilos muy diferentes a lo largo e las décadas de los 70, los 80 y los 90. La muestra permanecerá hasta el 27 de abril y hay que pagar una entrada de dos euros, como lo hacen los visitantes en general, para sufragar las obras de reforma llevadas a cabo en la basílica.

Álvarez de Eulate realizó unas 60 pinturas acerca del rostro de Cristo que se observa en la Sábana de Turín, y cuya autenticidad siempre ha sido puesta en entredicho, si bien se sabe que data por lo menos de la Edad Media. El comisario de la muestra, que es precisamente el crítico de arte y párroco de Santa María Edorta Kortadi, dijo en la presentación que «Alvarez de Eulate era un hombre apasionado, un volcán que sintonizaba bien con Oteiza y, a la vez, un hombre muy espiritual. Fui testigo de alguna comida con ambos en la mesa. Resultó explosiva. Como se ve en estos cuadros, trabajó muchos estilos. Pensaba que los cuadros más antiguos serían los figurativos, pero es al revés».

Se puede ver un cuadro que recuerda el arte africano, elaborado mediante xilografía; otro es pintura a la gota, que recuerda a Pollock; también los hay cercanos al expresionismo alemán; otro resulta fauvista, un puro canto al color; también hay un trabajo de traza cubista, y otros son muy figurativos.

Iñaki Beristain habló en nombre de los franciscanos de Arantzazu. Dijo que «Alvarez de Eulate comienza ahora a ser conocido. Su trabajo más renombrado fueron las vidrieras de la escalera de acceso al santuario. Hemos hecho el catálogo de sus trabajos en poder de los franciscanos y resultan ser unos 600. Aparte, están los cuadros que regaló a particulares. Un dentista de Olite tiene varios, porque Xavier le pagaba así por sus arreglos dentales. Y creo que también tienen cuadros algunos médicos de la zona de Tafalla y Olite, por la misma razón. Ya sabemos que hay también cuadros en restaurantes como El Portalón, de Vitoria, y Túbal, de Tafalla». Beristain retrató así al pintor: «A veces era una persona muy dulce, pero cuando se alteraba era temible. Su estado de ánimo se refleja en los cuadros; hay cuadros tranquilos y piezas con una carga grande de dramatismo».

La orden franciscana se propone dar a conocer el amplio catálogo de Alvarez de Eulate, e intentará vender algunas de las obras. El crítico Edorta Kortadi comentó que, «tras una fase en la que el arte religioso bajó su precio bastante en las subastas, ahora está volviendo a ganar en cotización».

Hijo de conserje

Xavier Álvarez de Eulate nació en San Sebastián el 26 de abril de 1919, precisamente en lo que ahora es el centro cultural Koldo Mitxelena, porque su padre era conserje de la Escuela de Artes y Oficios entonces allí enclavada. En 1930 ingresó en el colegio franciscano de Arantzazu y en 1942 fue ordenado sacerdote. A comienzos de los años 50 se trasladó a Madrid para estudiar en la Academia de Bellas Artes de San Fernando y entró a formar parte del equipo de artistas de la nueva basílica de Arantzazu al adjudicársele las vidrieras. Fue entonces cuando entabló amistad con Oteiza, y de hecho abandonó la Escuela deSan Fernando porque prefería «un aprendizaje más vital cerca de Oteiza».

Influyeron en su arte la relación con Jesús Basiano, Ignacio Zuloaga y Valentín Zubiaurre. Fue discípulo de Vázquez Díaz en pintura mural. Desde 1961 vivió en el convento franciscano de Olite, donde estableció su taller. Fue en ese convento donde se guardaba buena parte de su obra, pero al quedarse semivacío se han trasladado las piezas al santuario de Arantzazu.

Realizó grandes murales, como los de la iglesia del Sagrado Corazón del barrio donostiarra de Loiola, la parroquia de San Pedro de Lasarte, la ermita de la Magdalena en Bergara y la parroquia de San Francisco de Asís en Pamplona.

También realizó esculturas en materiales variados como la piedra y el bronce, e ilustró algunos libros, por ejemplo Arantzazu, euskal poema, de su amigo Salbatore Mitxelena.

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