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El proyecto escultórico y las pinturas estuvieron paralizadas

PPLL

Domingo, 6 de septiembre 2015, 00:15

Los proyectos artísticos para decorar la fachada, la cripta y el ábside de la Basílica provocaron los mayores 'terremotos' de la 'agitada' construcción. Tanto es así que cuando se inauguró el santuario hace 60 años el proyecto escultórico y las pinturas para el interior estaban paralizados. Jorge Oteiza, tuvo que esperar hasta 1969 para colocarlos, hasta la muerte de Font i Andreu, obispo de San Sebastián, que había prohibido la obra. Peor fue el caso de Pascual de Lara, el pintor al que se le encargó el ábside. Después de hacer muchos bocetos y recibir la prohibición del episcopado, murió en octubre de 1958 sin llevar a cabo un nuevo proyecto ya perfilado. El sustituto fue Julio Muñoz, que terminó en 1962 un retablo semicircular para lo que realizó el ahora famoso grabado sobre madera. La elección de los artistas para decorar el santuario tampoco fue fácil. En 1952 los arquitectos querían a Oteiza, y a los pintores Lara y Nestor Basterretxea (que terminó de decorar la cripta en 1984 con pinturas sobre grandes paneles de madera, un retraso debido a problemas con la diócesis). Pero con el parón añadido que supuso la muerte de Lete, hasta comienzos de 1953 no les fueron encargados los trabajos, y en junio de 1955, dos meses antes de la inauguración, los proyectos se paralizaron y Basílica se inauguró sin decoración, culminada a posteriori.

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