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MARIAN GONZÁLEZ
Domingo, 6 de diciembre 2015, 00:18
Hay árboles que son auténticos monumentos con raíces. Es el caso del pronto centenario Gernika oñatiarra, retoño original del histórico símbolo de las libertades del pueblo vasco.
Acuerdo municipal.
El 27 de enero de 1917 el pleno del Ayuntamiento acordaba transplantar un retoño del árbol de Gernika en los jardines de la Plaza.
Plantación.
Pocos días después, el 2 de febrero, se celebraba el acto con la asistencia «de todas las autoridades religiosas y civiles, colegios y escuelas y numeroso público».
Y aprovechando que Iparragirre, autor del 'Gernikako Arbola' visitó ayer, teatralmente hablando, Oñati de la mano de la asociación cultural Olaitturri, hemos querido acercarnos a la historia del vetusto roble de los jardines de la plaza. Un árbol que dentro de poco más de un año, el 2 de febrero de 2017 celebrará su centenario.
Hace casi un siglo, el 27 de enero de 1917 el pleno del Ayuntamiento acordaba trasplantar un retoño del árbol de Gernika en el área ajardinda de la Plaza, y pocos días después, el 2 febrero, festividad de la Candelaria, se celebraba la citada plantación tras la misa mayor con asistencia, según las crónicas de la época, «de todas las autoridades religiosas y civiles, colegios y escuelas y numeroso público».
Fue una fiesta por todo lo alto que tuvo a dos niños como protagonistas: José Mari Gomendio y Ángel Ortiz, encargados de plantar con sus manos el ahora para muchos desconocido 'Árbol de Gernika oñatiarra', que fue bendecido por el entonces párroco Ladislao Sagastizabal.
El objeto de la plantación era «simbolizar el respeto de los oñatiarras a los Fueros y al árbol donde se juraban los mismos». Diez décadas después, a poco más de un año del centenario, hay quien opina que el Gernika pasa desapercibido, sobre todo entre las nuevas generaciones, e incluso hay quienes piden una placa indicando su procedencia y significado histórico.
«La veneración de los vizcaínos y vascos en general por el Árbol de Gernika es inmemorial cuenta la bibliografía consultada-. El árbol simboliza las esencias más profundas del alma política de esta tierra, que se materializa en su afán de autogobierno. Los señores de Bizkaia habían de jurar bajo el árbol, guardar y respetar los usos y costumbres de los vizcaínos, es decir, los Fueros. Solamente después de cumplimentado este requisito, los Señores de Bizkaia eran reconocidos como tales. En el siglo XIV, por razones de descendencia, se dará una unión de los títulos de Señor de Bizkaia y Rey de Castilla en una misma persona. La unión no afectará a la peculiaridad e independencia institucional del Señorío y, de esta manera, los sucesivos monarcas castellanos debían jurar bajo el árbol respeto y acatamiento a los Fueros de Bizkaia. Si alguna disposición del señor contravenía el Fuero se aplicaba el llamado pase foral por las Juntas Generales que rezaba: 'Se acata pero no se cumple'».
'Hermanos' por el mundo
El árbol de Gernika oñatiarra tiene mejor salud que muchos de sus 'hermanos' esparcidos por el mundo. Los hijos del 'árbol sagrado' están repartidos por todo Euskal Herria; pero además, obedeciendo al espíritu de la canción compuesta por J. M. Iparragirre en el siglo XIX el 'Gernikako Arbola', que en uno de sus versos dice: 'eman ta zabal zazu munduan frutua' (da y extiende tu fruto por el mundo), el árbol también ha desplegado sus raíces por lugares emblemáticos de todo el Planeta, y así podemos encontrar retoños en muchos países de Sudamérica (Argentina, Colombia, Uruguay, México, etc.), o más cerca, en Europa, en el corazón de la ciudad eterna: Roma. También hay un retoño en el campo de concentración de Gurs (Francia) como homenaje a los vascos allí recluidos tras la guerra civil, o en Nairobi, en colaboración con la premio nobel de la paz: Wangari Maathai, o incluso en la misma zona cero de Nueva York, por poner solo unos ejemplos.
Un símbolo
Los orígenes del histórico símbolo de la soberanía vasca se sitúan en el siglo XIV, y desde entonces el Árbol padre y sus descendientes han sobrevivido a todo tipo de vicisitudes, incluido el devastador bombardeo que arrasó Gernika en la guerra civil y que inspiró a Picasso en su famoso cuadro.
La tradición sitúa el siglo XIV como época de nacimiento del árbol más antiguo documentado, el llamado 'Árbol Padre'. Éste murió en 1742, y en su lugar plantaron el llamado 'Árbol Viejo', cuyo tronco puede verse aún en el recinto de la Casa de Juntas . Sin embargo, éste también fallece en 1860, y es sustituido por el 'Árbol Hijo'.
El 20 de abril de 2004 muere, y es reemplazado el 25 de febrero de 2005 por uno de sus retoños nacido en 1986. Tuvo también corta vida porque el pasado 2 de marzo fue sustituido por un árbol nacido el año 2.000 proveniente de una bellota del anterior roble. Frente a los achaques del árbol de la Casa de Juntas de Gernika, el ejemplar oñatiarra, presume de buena salud, luce magestuoso en los jardines de la plaza a las puertas de su primer siglo en Oñati. El centenario de su plantación se celebrará el 2 de febrero de 2017.
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