Protocolo de convivencia y de intermediación

Lo cierto es, que guste o no, nos encontramos ante un nuevo modo de organizar el tiempo de ocio de la juventud, que ha hallado en los locales de jóvenes un espacio referencial de encuentro con sus amistades. Según el Observatorio Vasco de la Juventud, dos de cada diez de entre 15 y 29 años tienen un local en el que se reúnen para jugar a la consola o, simplemente, estar con la cuadrilla. Es un fenómeno cada vez más extendido, que también ha calado en Oñati.

«No hay duda de que el fenómeno de los locales exige una nueva forma de entendimiento de la convivencia entre la juventud y el vecindario en cuanto a sus relaciones. Por consiguiente, y con el objeto de dar algunas de las pautas que podrían mejorar esa convivencia, se ha diseñado una guía, en la que hemos tratado de equilibrar los intereses de todas las partes -explican desde el consistorio-. Además se ha configurado un 'protocolo de convivencia' , para mediar en los conflictos que define el procedimiento para regularizarlos».

La ordenanza recoge en su capítulo 11 que «en primer lugar se dará prioridad al diálogo entre las partes. En la medida en que se repita la situación, las personas residentes podrán registrar una queja escrita al ayuntamiento, y las personas usuarias y las propietarias del local recibirán notificación escrita. Al registrarse una segunda queja se convocará a la 'mesa de convivencia' que analizará el problema existente y buscará soluciones, creando un espacio de intermediación entre las partes. Si los esfuerzos por lograr una solución consensuada no dieran frutos, los incumplimientos se repiten o son perjudiciales para la convivencia general, se aplicará el procedimiento disciplinario pertinente». Puede leerse: «Las sanciones van desde el apercibimiento o advertencia, la clausura temporal de las instalaciones o el cierre definitivo de locales con multas que van desde 100 euros en las infracciones más leves, a los 3.000 que pueden imponerse en las infracciones muy graves».