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KEPA OLIDEN
ARRASATE.
Domingo, 3 de junio 2018, 00:07
La Escuela de Aprendices de la Unión Cerrajera (UCEA) tuvo una vida breve: se inauguró el 5 de octubre de 1938 y se clausuró en 1974. Pero su impronta aún perdura en el imaginario local. Las generaciones que se formaron en las aulas de esta escuela profesional reportaron prosperidad y bienestar a Mondragón y comarca. De aquellos viejos y buenos tiempos se guardan muchos gratos recuerdos y se conservan no pocas fotografías. Arrasate Zientzia Elkartea (AZE) ha realizado el esfuerzo de recabar un centenar de ellas para montar una exposición que ha titulado '¡No fue una casualidad!' y que se puede visitar en Kulturate hasta el 29 de junio (lunes a sábado 17.30-20.30)
Alfonso Donnay, miembro de AZE explicaba que «no fue una casualidad que un proyecto como la Escuela de Aprendices se materializara en Mondragón». La pujanza industrial de la villa cerrajera auspició iniciativas pedagógicas pioneras como la que nació el 5 de octubre de 1939 en un antiguo almacén de producto acabado de UCEM. Pero lo que no deja de ser casualidad es que el viejo edificio que albergó la Escuela de Aprendices haya perdurado hasta nuestros días. Sobre todo en una localidad donde el apego por conservar el patrimonio arquitectónico ha brillado por su ausencia.
Javier Bengoa y José Ángel Barrutiabengoa resaltaban el valor histórico y patrimonial de este inmueble que bien puede ser el «único vestigio que perdura de los tiempos del taller de Vergarajáuregui, Resusta y Cía», embrión del que nacería la Unión Cerrajera en 1906. El antiguo almacén reconvertido en Escuela de Aprendices «podría datar de la década de 1860 y, según los planos de la época, estaría construido sobre el emplazamiento de la antigua ferrería de Olazar», que Resusta compró al conde Monterrón para fundar su taller de cerrajería.
Indicios que apuntan en esa dirección no faltan. «Durante las obras de instalación del colector en el cauce del río aparecieron restos de lo que podría ser una antigua ferrería a la altura de Aprendices» revelaba Barrutiabengoa. Pero las excavadoras arrasaron con todo.
La piqueta también ha pendido amenazadora sobre el edificio de la antigua Escuela de Aprendices. Proyectos urbanísticos para edificar 40 viviendas o incluso un centro comercial estuvieron a punto de acabar con este bello ejemplo de arquitectura industrial.
El actual edificio corresponde a la remodelación realizada en 1944 según el diseño del delineante Goikoetxea, empleado de la Cerrajera.
Para el 25 aniversario de la escuela, en 1964, un total de 430 alumnos habían estudiado en Aprendices. Diez años más de vida le restaban a esta escuela que posteriormente se convertiría en sede de la academia de Arrasate Musikal. Ahora se mudará de piel y de nombre para renacer como Juan Arzamendi Musika Etxea.
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