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BORJA OLAZABAL
Miércoles, 19 de noviembre 2014, 00:14
En el mundo del deporte es fácil hablar del pasado y hacerlo del futuro es un mero ejercicio de videncia con el que difícilmente se suele acertar. Por ello, hoy vamos a hablar de presente. Solo de presente. Y eso, cuando las cosas van mal, es lo más crudo. Hace dos meses, cuando comenzó la temporada, el único objetivo era el del ascenso a la Liga Asobal, pero a día de hoy, después de ocho jornadas, el Bidasoa-Irun no es equipo para el ascenso.
La afirmación tiene base tirando de datos y de sensaciones. Empecemos por lo objetivo, lo que refleja la clasificación después de la penosa imagen ofrecida en el derbi ante el Amenabar Zarautz.
La derrota en el Aritzbatalde fue de esas que hay que guardar en DVD para volver a ver y aprender de las cosas que no hay que a hacer. El Bidasoa-Irun no puede encajar treinta goles si quiere ganar un partido. Menos aun, si veinte de esos treinta llegan en la segunda parte. No puede remontar un partido en el que va perdiendo por siete y no culminar cuando se cuenta con un equipo plagado de jugadores veteranos.
Pero vayamos a los datos, que después de lo del sábado en Zarautz es demasiado fácil desviarse. El conjunto amarillo solo ha conseguido tres victorias en los ocho encuentros disputados. Además de un empate y cuatro derrotas. Los irundarras no saben lo que es ganar a domicilio y es en Artaleku donde han logrado todos los puntos menos uno, que se sumó con el empate en Valladolid de la segunda jornada.
Las cuentas son fáciles y los bidasotarras tienen en su casillero solo siete puntos de dieciséis posibles. Ocupan la décima posición y están a cuatro puntos del quinto clasificado, un Balonmano Nava que marca la zona de play-off. Pero habría que recordar que el objetivo era más ambicioso que acabar entre los cinco primeros. El objetivo marcado en septiembre fue el de lograr el ascenso directo y para eso hay que acabar la temporada en primera posición. El líder es el Teucro con pleno de victorias y dieciséis puntos, nueve más que el Bidasoa.
Y a la escasez de puntos cosechados habría que sumar la poca eficacia defensiva de un equipo confeccionado, precisamente, para ser un muro defensivo.
Queda mucha liga por delante y no hay duda de que Fernando Bolea tiene entre sus manos un equipo que debería dar mucho más de sí, pero la reacción debe ser inmediata. Hace dos temporadas, cuando los de Irun disputaron el play-off de ascenso a la Asobal, acabaron la primera vuelta con solo once puntos y terminaron en tercera posición. Es lo único a lo que nos podemos agarrar visto lo visto.
Ni puntos ni sensaciones
Lo que marca la clasificación no se puede discutir, pero hay veces en las que los equipos transmiten más de lo que dice una tabla. Por desgracia, no es el caso del Bidasoa-Irun. El balonmano que está practicando el cuadro de Artaleku no se acerca al de un equipo que quiere luchar por la primera posición. La derrota en Zarautz, es el claro ejemplo de lo que estamos comentando.
La única manera de empezar a remediar esto es ganando el sábado en Irun al Antequera. Y a partir de ahí crecer. ¡Aupa Bidasoa!
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