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M.A.I.
Jueves, 24 de septiembre 2015, 00:50
El grupo municipal Sí se Puede Irun, ante el anuncio del Gobierno municipal de que el Ayuntamiento volverá a repetir este año un proceso de presupuestos participativos, señalaba ayer que éste tendrá lugar «sin hacernos partícipes al resto de formaciones políticas, y mucho menos a los movimientos sociales y a las AAVV». Para SPI, «los presupuestos participativos, para ser así considerados, deben disponer de un autorreglamento: una regulación elaborada en igualdad de oportunidades por un grupo promotor (AAVV y movimientos sociales) y los agentes políticos de la ciudad. Sin este paso, el proceso nace viciado».
La formación destacó otras carencias que aprecia en el proceso irunés. «Unos presupuestos participativos deben contar con un espacio deliberativo. No es el caso aquí, donde el proceso juvenil no ofrece ninguna oportunidad ni telemática, ni presencial, para debatir las propuestas. También deben contar con mecanismos de control y vigilancia del grupo promotor (AAVV y movimientos sociales) en la fase de ejecución de los proyectos, para que se hagan tal y como solicitó la ciudadanía». Por eso, concluía SPI que «unos presupuestos participativos necesitan seriedad. No se trata de marketing político».
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