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El Diario Vasco
Miércoles, 29 de octubre 2014, 07:48
El prisma de Tabakalera estaba llamado a convertirse en el emblema significativo del nuevo edificio. Sin embargo, la estructura se ha convertido en objeto de polémica. Numerosos ciudadanos se han dirigido en las últimas semanas a este periódico para mostrar su disconformidad con esta intervención arquitectónica. Las dimensiones y el aspecto exterior centran la mayoría de las críticas.
La lectora Onintze Sánchez comentaba el pasado 21 de octubre en la sección Sirimiri de la edición impresa de El Diario Vasco que «Algo que, según el proyecto, era un atractivo prisma acristalado, luminoso y futurista sobre la fachada de piedra, lo han cubierto en su mayor parte con una especie de malla sólida e impactante, de estética horrorosa, sin incorporar ninguna modernidad, lo que rompe con la belleza del edificio de piedra de principios de siglo pasado. Tan solo han dejado acristalado una pequeña parte baja del citado prisma sobre la fachada. ¿Cómo han podido incorporar semejante cambio los arquitectos de la obra? Alguien desde el Ayuntamiento debería de pedir explicaciones para que, por favor, den una solución a ese levante, que en principio iba a ser acristalado, y que ha quedado comprimido en esa estructura sólida enorme y de tan poco gusto que se ve desde buena parte de la ciudad».
Por su parte, la lectora Mercedes Fuentes Sagardia mostraba su disconformidad en su escrito en el Sirimiri del día 18 de octubre. «La persona que haya autorizado el levante en el edificio de la Tabakalera merece una denuncia en toda regla. Es un atentado contra la estetica».
Gerardo por su parte consideraba en la misma sección el día 16 de este mes que «el elegante edificio de la antigua Tabacalera resultaba imponente contemplado desde el paseo del río o desde el paseo del Duque de Mandas. Estas perspectivas desaparecieron para siempre con el levante de cristal que alguien ideó. Con el posterior recubrimiento metálico el efecto estético es aún peor. Pienso que este engendro, concebido en la etapa Elorza y realizado en la etapa Izagirre, significa un paso más en la vulgarización estética de nuestra ciudad. Opiniones estéticas aparte, que siempre son subjetivas, no sé si el gasto energético necesario para calentar ese espacio en invierno y enfriarlo en verano es muy ecológico, ahora que la ecología, al menos en teoría, está tan de moda. Me pregunto si los actuales responsables del Ayuntamiento permitirían una actuación semejante en un edificio privado».
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