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M.G.
Martes, 12 de mayo 2015, 11:31
«Las mujeres de Penagos enseñaron a las españolas a no ser gordas, a pintarse las uñas de rojo, a fumar»... Lo dijo Edgar Neville valorando la aportación del cartelista a la vida cotidiana. El catálogo de la subasta que se celebra en Barcelona el día 14 concede tanta importancia a los afiches de Penagos que incluye un apartado monográfico sobre el genuino representante de la ilustración Art Decó. Edgar Neville explicó con trazos gruesos el universo femenino de Penagos, pero efectivamente fue una revolución y marcó tendencia en la época. La sofisticada joven del cartel de San Sebastián es un ejemplo de la visión rompedora del artista. Sus mujeres son estilizadas, fuman, lucen lujosos vestidos y empinados tacones. Aparecen con peinados y maquillajes atrevidos y en actitud desafiante. Más de ochenta acuarelas e ilustraciones de los años 20 y 30 muestran esta nueva apariencia de la mujer que terminó convirtiéndose en el modelo de la BelleÉpoque. Así lo explicaba el propio Penagos: «En la estilización se puede ir hasta el extremo; después le sobrecoge a uno la sospecha de que empieza a dejar de ser sincero consigo mismo, pero yo poseo una manera de ver y a ella me atengo». El estilo Art Decó, del que fue máximo representante en ilustración, favoreció la forma en la que Penagos propone nuevos modos de vida incorporando el lenguaje de la modernidad al devenir cotidiano. Una visión que valoró así el poeta José Hierro, según se recoge en el catálogo de la subasta: «Penagos comenzó a inventarse mujeres que no existían: llegaban oliendo a perfumes franceses, fumaban ¡santo Dios! cigarrillos turcos y egipcios; bebían cock-tais; llevaban en la mano, en lugar de barreños, raquetas de tennis (así, con dos enes se escribía); se reunían para tomar el the (así, con h intermedia, a la francesa; les deshinchó las tetas y las convirtió en senos; les cortó el pelo a lo garçon (así se escribía); las enseñó a utilizar el cuarto de baño en lugar de la jofaina. Penagos salía, cada día, a la calle dando noticia de otro mundo, otros seres, predicando su bella buena nueva, hasta que las mujeres reales comenzaron a parecerse a las soñadas por él». Toda una crónica.
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