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MAIALEN MANGAS
Sábado, 19 de marzo 2016, 08:34
Una instalación sonora de seis altavoces que suenan a litoral vasco acampa desde ayer en una la sala diáfana del Aquarium, donde se puede contemplar el mar escuchando infinitos sonidos de la costa cantábrica. Se trata de 'Waves' -olas, en inglés-, la obra que Edu Comelles, creador sonoro, músico y gestor cultural catalán, ha realizado durante su residencia artística en el Aquarium, a través del programa 'Labore' de la Capital Europea de la Cultura 2016.
Instalación sonora
Seis altavoces que emiten sonidos de la costa vasca a través de un software.
Autor
Edu Comelles.
Lugar
Aquarium.
Involucrado desde hace tiempo en proyectos que entran en relación con la creación sonora contemporánea, el paisaje sonoro o la música experimental, Comelles ha inventado «expresamente para el Aquarium» un sistema informático que analiza datos de twitter alrededor de una serie de palabras clave relacionadas con el mar Cantábrico, la meteorología, el clima y el estado de las mareas.
«Este sistema de recogida de datos es el corazón que da vida a una composición sonora aleatoria y cambiante -en función de twitter- y creada a partir de infinidad de paisajes sonoros del litoral vasco», explicó el creador en la presentación de su proyecto final. En busca de sonidos que registrar, el artista ha visitado varios enclaves de la costa guipuzcoana y parte de la vizcaína, como acantilados y puertos de Orio, Zarautz, Getaria, Zumaia, Deba, Mutriku, Lekeitio, Pasaia o Donostia.
«El trabajo en el Aquarium y concretamente en la sala de exposiciones ha sido muy gratificante, ya que su localización, frente al mar, y sus instalaciones son espacios fantásticos para desarrollar un proyecto de estas características», sostuvo agradecido.
Trabajo con alumnos de sonido
«El proceso de gestación ha consistido en el desarrollo de un software capaz de realizar la búsqueda de sonidos y sobre todo un seguido de campañas de grabaciones de paisajes sonoros en la Costa Vasca», contó Comelles.
En el camino le ha acompañado y ayudado un grupo de alumnos de sonido de la Escuela de Cine de Andoain. «Nos hemos visto en tres ocasiones. Hemos hablado del paisaje sonoro y del sonido como herramienta creativa. Hemos salido a grabar sonidos e incluso hemos hecho un pequeño taller de construcción de micrófonos caseros», informó el catalán, quien se lleva una «buena sensación» por haber dejado a los estudiantes «una puerta abierta a un mundo creativo con el sonido que de otra forma quizás no hubiesen descubierto».
La inmersión en el paisaje, en la naturaleza y en la vida costera vasca ha sido para Comelles «una experiencia sensorial en todos los sentidos». Y, a pesar de que le hubiese gustado abarcar también los sonidos de Iparralde, resumió que la «experiencia en 'Labore' ha sido excelente y de muy buena sintonía».
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