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MARIO GARCÍA
Domingo, 29 de mayo 2016, 19:26
Dice que ha sido «como un milagro» el rescate de la figura histórica de Juan de Tolosa, fundador de la ciudad mexicana de Zacatecas. Un descubrimiento que el técnico de telecomunicaciones Alberto Apodaca Garaigordobil (San Sebastián, 1955) realizó en el transcurso de su licenciatura en Historia, que cursó en la Uned ya pasados los cincuenta años.
En el momento en el que tuvo noticia de este personaje, Apodaca consideró que, a pesar de que no había demasiados datos biográficos, lo poco que se conocía de su vida, ya en su etapa final, justificaba una labor divulgativa como la que ha iniciado en su novela 'Juan de Tolosa, un corazón entre dos mundos'. «He intentado rescatar a un personaje guipuzcoano que la historiografía tenía en el olvido», destaca.
El autor no ha encontrado datos del linaje de su protagonista ni de la casa donde nació ni de su vida hasta llegar al nuevo mundo. Pero se dan históricamente por ciertos tres hechos en torno a esta figura: se casó con una hija indígena de Hernán Cortés, descubrió unas minas de plata que proporcionaron riqueza al imperio español durante los siglos XVI, XVII y XVIII y fundó la ciudad mexicana de Zacatecas, que hoy cuenta con un millón y medio de habitantes.
«Me parecía asombroso que un hombre con este peso histórico hubiera pasado tan inadvertido para los historiadores», señala Apodaca. Así que no dudó en convertirlo en el personaje central de una trama literaria en un contexto histórico real. Y así, el autor transforma a Juan de Tolosa en ficticio estudiante de la Universidad de Salamanca, le lleva al escenario de la guerra de los comuneros de Castilla y le imagina en una huida casi épica del cerco de Toledo por las tropas de Carlos V. «Le he hecho salir de Tolosa para darle una vida de aventura en la que lucha al lado de los comuneros porque su amante resulta ser la propia hija de Pedro Maldonado». Y tras la huida de Toledo, «el último bastión insurrecto», llega a Sevilla. Allí se hospeda en el palacio del primer marqués de Tarifa, «un hombre de espíritu renacentista», y estudia en la Casa de Contratación, «auténtica universidad del mar de la época, donde llegaban estudiantes de toda Europa para formarse como pilotos de barcos». Esta decisión le permitirá cumplir el sueño de su vida.
La segunda parte de la novela de Apodaca recoge la vida aventuresca de Juan de Tolosa como capitán de una nao y como expedicionario a las órdenes de Hernán Cortés, a quien por cierto en la trama ficticia le llega a salvar la vida. «Este es un pasaje que incluyo con la intención de reflejar el perfil más débil de un hombre tan poderoso como fue Hernán Cortés, el gran conquistador del Imperio Mexica».
De Elcano a Hernán Cortés
El autor donostiarra aprovecha la trama ficticia de su personaje para relacionarlo con las principales figuras históricas de la época y lo hace sin apartarse del rigor cronológico. Y así, por ejemplo, hace que Juan de Tolosa se reúna con Juan Sebastián Elcano, a poco de completar éste la circunvalación de la Tierra, y que caiga prisionero de Juan Florín, corsario al servicio de Francisco I de Francia, «una figura histórica que descubrió la ruta del oro de Hernán Cortés». También son reales dos capitanes con los que Juan de Tolosa descubre las minas de plata de Zacatecas, los también vascos Cristóbal de Oñate, que llegó a ser virrey, y Miguel de Ibarra, el primer alcalde de la Guadalajara mexicana. Los tres aparecen en la novela como amigos de juventud que incluso realizan juntos el primer viaje de su vida.
Alberto Apodaca ha coeditado esta primera novela, cuyo eco ha llegado a las costas mexicanas. «Estoy muy satisfecho porque el Instituto Zacatecano de Cultura se ha interesado en la novela y ha editado 500 ejemplares para distribuirlos por las universidades de aquel país y una editorial mexicana me ha propuesto la distribución comercial de la obra por todo el continente americano, desde Estados Unidos a Argentina», asegura el escritor donostiarra. La novela basada en Juan de Tolosa es la tercera obra de Alberto Apodaca. Las dos anteriores fueron ensayos, el primero también basado en la conquista de América en el siglo XVI y el otro en torno a la Iglesia de la Edad Media.
Apodaca terminó la novela hace año y medio y durante el tiempo transcurrido hasta su publicación, hace unos días, lo ha dedicado a «pulir» la obra, ya que la primera versión sobrepasaba las 600 páginas. «Me recomendaron sacrificar, con gran dolor, algunos pasajes históricos y estoy un poco arrepentido», matiza. Pero ya está pensando en un nuevo proyecto. Será una novela ambientada en Córdoba que, como Juan de Tolosa, también tendrá un protagonista olvidado por los historiadores.
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