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IRATXE DE ARANTZIBIA
Jueves, 18 de agosto 2016, 08:02
Chillida Leku abrió de nuevo sus puertas ayer noche para la presentación de 'Arratsberan, García Lorca gogoan', concierto realizado con motivo del 80 aniversario del fusilamiento del poeta granadino y enmarcado dentro de los Encuentros de Zabalaga. Con el aforo completo, doscientas personas pudieron disfrutar de una velada intimista que construyó un puente entre las culturas vasca y andaluza, representadas ambas a través de dos literatos ajustici'ados por el bando franquista -Federico García Lorca y Esteban Urkiaga, 'Lauaxeta'-.
Pocos minutos después de las 20.00 horas, el bertsolari Jon Maia dio la bienvenida a los asistentes congregados en torno a la escultura 'Homenaje a Jorge Guillén' de Eduardo Chillida, con unos versos en euskera. Posteriormente y ya en la pieza 'Besarkada', Alba Carmona recitó el poema 'Alma ausente' de Lorca, como paso previo a aposentarse el público en el interior del caserío Zabalaga. Los acordes de la guitarra de Jesús Prieto, 'Pitti', caldearon el ambiente con 'Recuerdos de la Alhambra'.
El concepto de diálogo constantemente sobrevoló la propuesta. De esta manera, el acordeón de Gorka Hermosa entabló una conversación con el instrumento de 'Pitti', en una suerte de fandango 'flamenquizado'. Tras ello, Ignacio Chillida dirigió unas palabras a los espectadores en las que recordó a Lorca y a 'Lauaxeta'. Desde el público, un asistente recordó que «no murieron; los mataron». Continuó el recital con 'Tiró, tiré' en la voz de Alba Carmona, ejerciendo en todo momento Jon Maia de maestro de ceremonias, al llevar el hilo cantante en el transcurrir del concierto.
Entregada interpretación
La admiración de 'Lauaxeta' por la obra de Lorca quedó resaltada por una carta que el vizcaíno dirigió al granadino. Queda la incógnita de si pudieron conocerse en persona cuando el escritor presentó 'Bodas de sangre' en el Teatro Arriaga de Bilbao. De forma figurada, la propuesta inicia un diálogo entre la obra de ambos, alternando euskera y castellano. El acento flamenco volvió de la mano de Carmona con 'La leyenda del tiempo', para dar paso a 'Azken oihua', últimas palabras del poeta vasco la víspera de fusilamiento en Vitoria. Especialmente conmovedora resultó la entregada interpretación de Gorka Hermosa de 'Gernika, 26/4/1937', ante el silencio sepulcral y respetuoso del público asistente.
Jon Maia contó con gran ternura la historia de su abuela María Luisa, inmigrante afincada en Euskadi, y cómo al fallecer, quería escribirle unos versos y sólo lo consiguió haciéndolo en castellano e inspirándose precisamente en la obra lorquiana.
La emoción destilada por 'Las coplas de la abuela' arrancó bravos de los espectadores. Tras la última exhibición de Hermosa al acordeón junto a la voz de Carmona, se dio por finalizado el recital. Sin embargo y a petición del público, hubo un bis con 'La tarara', que aun siendo una canción popular castellana, inmortalizó Lorca. Alternando ambas lenguas, la 'cantaora' flamenca y el bertsolari de Urretxu consiguieron que los asistentes finalizaran cantando estas conocidas letras.
Con una duración de noventa minutos, 'Arratsberan, García Lorca gogoan' fue una velada intimista que aunó poesía, música, flamenco y cultura vasca, y que deleitó a los espectadores quienes no dudaron en ponerse en pie para gratificar con una cálida salva de aplausos.
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