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Los planos secretos de los maestros

Manuel Iñiguez y Alberto Ustarroz, profesores de sucesivas generaciones de arquitectos, exponen su obra

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Jueves, 2 de noviembre 2017, 11:51

Representan el modelo contrario al de «arquitecto estrella», pero sus compañeros y sus alumnos los veneran como dos maestros. O precisamente les admiran por eso: porque Manuel Iñiguez (Pamplona, 1948) y Alberto Ustarroz (Pamplona, 1948) han trabajado discretamente, buscando siempre «obras al servicio de la gente» y no a la mayor grandeza de su ego, y porque se han volcado en la enseñanza. Sus proyectos han salido en The New York Times o formaron parte de exposiciones en el centro Pompidou de París, pero ellos, con humor, dicen que «esos episodios solo fueron nuestros quince minutos warholianos de fama».

Fueron fundadores de la Escuela de Arquitectura de la UPV en Donostia y maestros de sucesivas generaciones de profesionales. Esa misma Escuela acoge ahora una amplia exposición que recoge la trayectoria de dos arquitectos que siempre han trabajado juntos desde que, siendo aún adolescentes, se conocieron con el carboncillo en la mano en una academia de dibujo de Pamplona. La exposición, comisariada por sus exalumnos Imanol Iparraguirre Barbero y Aritz Díez Oronoz, permanecerá abierta en la sede de Ibaeta hasta el mes de enero, y forma parte de la Bienal de Arquitectura que se celebra en San Sebastián.

Recorrer la muestra con Iñiguez y Ustarroz supone una lección de arquitectura tamizada por su ironía. Son autores de proyectos construidos, como el centro de salud y Plaza de la Compañía del centro histórico de Pamplona (1994-98), el restaurante Erreleku en la localidad navarra de Cordobilla (1978) o la iglesia de San Juan de Mata en Salamanca (año 2000), y desde hace años desarrollan la restauración de la muralla de Hondarribia. Pero en la profesión son casi son más conocidos por sus proyectos no construidos y por sus fascinantes dibujos. «Nosotros somos de la época anterior a los ordenadores: nos hemos dejado los ojos en el estudio», dicen estos dos profesionales acostumbrados a la arquitectura a la vieja usanza y viajeros empedernidos.

La exposición

Título: Iñiguez y Ustarroz, vidas y oficios casi paralelos.

Qué: Proyectos realizados por los dos arquitectos a lo largo de más de 40 años.

Dónde: En la Escuela de Arquitectura de la UPV (campus de Ibaeta).

Fechas: Hasta el 20 de enero.

Más información: En la página web iniguezustarroz.com

La razón y la emoción

Llama la atención que sus compañeros de profesión hablen tan bien de su trabajo y de sus talantes. Y no menos curioso resulta el trabajo «a cuatro manos» desde hace décadas. «Nunca nos propusimos explícitamente trabajar juntos, pero empezamos con el primer proyecto, seguimos con otro... y hasta hoy». Dice el director de la Escuela, Juanjo Arrizabalaga, que «Manuel es la razón y Alberto la emoción», y ellos sonríen cuando lo escuchan. Residieron durante años en San Sebastián, ahora viven otra vez en Pamplona y al final de este curso se jubilarán de su trabajo como catedráticos, aunque continuarán vinculados a la universidad.

Son los últimos catedráticos en activo de aquel grupo que puso en macha la Escuela de Arquitectura. «El último consejo de ministros del Gobierno de Calvo-Sotelo, en 1982, aprobó la creación de la Escuela, y lo celebramos por todo lo alto», recuerdan.

Ellos insisten en que su labor docente ha sido «nuestra mejor obra», pero la exposición es la prueba notable de su amplio trabajo, tanto construido como proyectado. Un riguroso catálogo, con colaboraciones de Giorgio Grassi, Miguel Garai o Leon Krier, entre otros, documenta la obra de los dos creadores y reconstruye su itinerante biografía.

Un castillo en Burdeos

Pero para el visitante de la muestra son igual de estimulantes los proyectos no realizados. Como el delicioso proyecto para el Chateau Pichon Longueville-Baron, de Burdeos, un encargo del Centro Pompidou que formó parte de una exposición que itineró por París y numerosos países y fue publicado en el New York Times. También imaginaron una original facultad de Psicología para San Sebastián o un proyecto académico para la isla de Kea.

Son trabajos que muestran la línea clásica, aunque suavemente contemporánea, de dos arquitectos que el año pasado fueron invitados por la Academia Adrianea de Roma para reordenar el área de los Foros Imperiales de Roma. Es el último ejercicio de estilo que cierra una exposición que «es un completo repaso de nuestra obra... y nuestra vida».

La Bienal de Arquitectura, de la que forma parte la muestra, empieza el lunes su semana central en San Sebastián.

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