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RICARDO ALDARONDO
Sábado, 6 de febrero 2016, 09:23
Mientras 'Ocho apellidos catalanes', la película que escribió con Diego San José sigue en cartelera y haciendo un dineral, Borja Cobeaga (San Sebastián, 1977) esta nominado al Goya al mejor guión original por 'Negociador', una pequeña película muy personal. El atrevimiento de hablar sobre las negociaciones con ETA por parte del Gobierno en clave de comedia dramática le ha reportado «solo cosas buenas», afirma.
- ¿Por qué cree que ha sido nominado el guión, entre las diferentes posibilidades que tenía 'Negociador'?
- No tengo ni idea, la única especulación que puedo hacer es que, a pesar de haber dirigido tres largometrajes y algunos cortos, se me ve como guionista por encima de todo, por el éxito de 'Ocho apellidos vascos'. Pero no considero que el guión sea lo mejor de 'Negociador', lo más destacable me parece Ramón Barea como actor. Pero en los Feroz ya nominaron el guión y la verdad es que me sorprendió.
- ¿Le ha dado pena que no hayan nominado a Ramón Barea?
- Si algo esperaba yo de la temporada de premios era un reconocimiento para Ramón Barea. Creo que te guste o no la película, está claro que Ramón se luce, y además pocas veces ha sido protagonista. Es una película pequeña, que tuvo una distribución restringida y que se estrenó en marzo, después ya de la temporada de premios. Quizás eso haya influido. Pero al menos fue nominado a los Feroz, estuvo allí y lo disfrutó y nos llevamos el premio a la mejor comedia.
- ¿Y cree que va a ganar el Goya al mejor guión original?
- Yo creo que no, 'Truman' tiene todas las papeletas. Está maravillosamente escrita y se lo está llevando en todos los premios. Y me parecerá un justísimo ganador.
- ¿Ni siquiera va a preparar el discurso?
- Eso creo sí, porque en los Feroz no me lo esperaba salí a las bravas. Y creo que me dejé un montón de cosas en el tintero. Siempre es peor que te pille en bragas que tener que guardarte el papelito.
- Al hacer 'Negociador' se planteaba un reto, buscando una línea nueva con respecto a 'Pagafantas' y 'No controles', ¿no es así?
- Sí, trataba de buscar otra forma de hacer, más 'yo me lo guiso y yo me lo como', y lo primero que surgió fue el tono, antes incluso que el guión o lo que puedas escribir sobre el papel. Tenía claro que quería hacer una comedia dramática de este estilo.
- ¿Tiene algo de esquizofrenia el estar ahora mismo en el escaparate con dos guiones y dos formas de hacer tan distintas como las de 'Negociador' y 'Ocho apellidos catalanes'?
- A mí eso me encanta. Me parece una situación maravillosa y ojalá pueda perpetuar esa esquizofrenia. Curiosamente, el guión de 'Negociador' es el que he escrito con más facilidad de todos los que he hecho, fue tan independiente y tan fluido, que me hace gracia que la primera vez que me nominan al guión original sea con el que me ha resultado más fácil. 'Ocho apellidos catalanes' no creo que sea el mejor guión que hemos escrito Diego y yo y sin embargo es el que más oficio ha requerido, donde más músculo profesional y más trabajo hemos tenido que poner. Es la típica paradoja de esta profesión.
- ¿Otra paradoja sería que 'Negociador' es un trabajo más personal y sin embargo el público le identifica más con el humor de 'Ocho apellidos vascos'?
- Sí, a la gente le parece más personal 'Ocho apellidos vascos' porque es lo que han visto. Si consideras los 56 millones de euros que ha recaudado, y los 200.000 euros de 'Negociador', es lógico que el público piense eso. Y me parece un orgullo, de todas maneras.
- Aún no tiene un Goya, pero es su tercera nominación, tras la del corto 'La primera vez' y, como mejor director novel, con 'Pagafantas', que era una comedia más comercial. ¿Pero la considera igualmente personal?
- Es que me gusta mucho la variedad, y dentro de los registros de comedia me gusta tanto 'Zoolander' como 'Harold y Maude' por poner dos ejemplos muy distintos. Y claro que 'Pagafantas' la considero muy personal, sobre todo cuando pienso que es mi debut como guionista y director y me sigue gustando mucho. 'No controles' sí creo que es una película que podía haber hecho cualquiera, es una comedia clásica. Cada vez más, también como espectador, prefiero una película más imperfecta pero que tenga algo llamativo. Y me planteé que si también me gustaban las comedias un poco más tristonas, por qué no las estaba haciendo.
- 'Negociador' surgió casi como un experimento y sin embargo está siendo muy valorada: premio Irizar, premio Feroz, tercer puesto en las películas del año según Fotogramas, nominación al Goya...
- Sí, aun teniendo un presupuesto muy reducido y una distribución restringida, ha tenido mucho eco. Sí es verdad que me planteaba esta película como un capricho, para probar algo. Y todo lo que está pasando me refuerza en la idea de continuar ese camino. Aparte de lo que disfruto haciéndolo, porque todo lo que ha pasado con 'Negociador' es bueno, desde que se rodó hasta ahora...
- No ha dado guerra ni en el terreno político...
- En su momento tenía cierto miedo, con la tradición de polémicas que ha habido en el Festival de San Sebastián con todas las películas que tuvieran algo que ver con ETA. Claro que la situación política y social de ahora no tiene nada que ver, pero me ha sorprendido que no ha sido nada polémica. Cosa que me alegra mucho, aunque también me sorprende, si se supone que esta era una película atrevida. Yo no la veía atrevida, quizás porque no se mojaba políticamente, aunque eso también puede ser un problema. Pero en realidad es maravilloso que se pueda aceptar un película así, ficcionada a partir de hechos reales y que nadie se rasgue las vestiduras...
- Jesús Eguiguren quizás fue el primero en desactivar posibles polémicas al decir que no le parecía nada mal la película...
- Sí, y me llamó la atención que decía que el personaje más realista era el de Thierry, que hace Carlos Areces. Y ahí Jesús ha sido muy generoso.
- ¿Cree que Euskadi sigue siendo fuente de humor?
- En términos de protagonismo en las portadas de periódicos el eje ha cambiado por completo. Y en un país que tiene a Podemos, Albert Rivera, Junts Pel Si y la CUP, de repente nos hemos quedado fuera de foco. Pero en cuestiones de carácter y cultura, y de cómo somos, sigue habiendo campo para el humor. Quizás ese humor no resulte tan rompedor, porque siempre será más llamativo hacer algo con el PP de Valencia. El lado positivo es que el humor pierde pero nuestra vida cotidiana gana mucho.
- ¿Cree que el País Vasco va a seguir el mismo proceso por el que está pasando Cataluña?
- A riesgo de parecer arrogante, creo que lo que están viviendo ellos, nosotros ya lo hemos superado. Llevo un año viviendo en Barcelona y todo el tiempo me da la sensación de que esa etapa catalana de ser una 'drama queen', los vascos ya la hemos pasado.
- ¿Le molesta tener que ser gracioso todo el tiempo, se lo exigen?
- No, no siento esa presión. Cuando se estrenó 'Negociador' en el Festival me sorprendió que la gente se reía muchísimo, pero la idea de la película precisamente era descargarme de la obligación de provocar risas cada 20 segundos. Yo voy a seguir haciendo comedia, me gusta mucho. Ahora Diego San José y yo acabamos de escribir un capítulo para la serie de TVE 'El ministerio del tiempo', y es más cómico que el resto de los episodios de la serie. Pero no es algo que me impongo, me sale de manera natural.
- ¿También será comedia su participación en 'Kalebegiak', el largometraje de Donostia 2016?
- Es una comedia enloquecida, una idea de Diego San José y mía. Pero es muy cortito, como un chispazo. No puedo contar nada del argumento porque se acaba enseguida.
- ¿Y sigue escribiendo guiones?
- Sí, seguimos con 'Superlópez', que va a dirigir Javier Ruiz Caldera. Es bastante complicado hacer una película con un tío que vuela.
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