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El actor regresa a la televisión después de muchos años en el teatro.
«Estaba  pensando  en jubilarme»

«Estaba pensando en jubilarme»

Jesús Bonilla vuelve a meterse en faena y protagoniza 'El chiringuito de Pepe' (Telecinco), el fenómeno de la temporada

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO

Lunes, 30 de junio 2014, 03:03

Ya sea cortando jamón en la taberna de 'Los Serrano' o poniendo espetos de sardina en 'El Chiringuito de Pepe' (Telecinco, esta noche, a las 22.30 horas) cada vez que Jesús Bonilla (Madrid, 1955) se pone detrás de una barra, las audiencias suben como la espuma. Y eso que el actor se planteó seriamente su retirada antes de que le enseñaran el guión de la serie. Pero no: «Me gustó tanto que me convencieron».

Se ha hecho de rogar.

Estaba desentrenado, pero una vez en marcha me lo he pasado muy bien. He tenido que estudiar y que madrugar pero ha merecido la pena. Me he divertido y eso que tengo bastantes malas pulgas.

¿Estaba esperando una oferta de este tipo?

No, yo pensaba retirarme ya e irme a vivir a algún sitio que me gustara, cerca del mar.

¿Quería jubilarse?

Pensaba que ya había trabajado bastante. Estaba haciendo teatro cuando me llamaron y vino David Troncoso, el productor, a plantearme la serie y le puse un montón de pegas. Pero luego me dieron el guión y me gustó tanto que me convencieron.

De la taberna de 'Los Serrano' al chiringuito.

A poner espetos. ¡No salimos de ahí! Además, no me había dado cuenta de que todas las series que he hecho han sido en Telecinco.

¿Le pedía el público el regreso?

La última función de teatro que hice, que fue más dramática que cómica, la gente me decía que echaba de menos verme en la tele. ¡Hasta venían niños de 10 años a pedirme autógrafos! ¡Si no habían nacido cuando 'Los Serrano! Me estaban viendo en las reposiciones.

¿No se le hace un poco raro llevar peluquín?

Es la primera vez que me han convencido para ponerme algo encima. En la vida real me van saliendo las canas, las ojeras y lo tengo muy asumido. Pero curiosamente pensaba que no iba a soportar un peluquín, y fue ponérmelo el primer día y ningún problema. A partir de ahora que me lo pongan en cada serie.

¿Qué tal con Santi Millán?

Nunca había trabajado con él y he descubierto que es un gran profesional y un gran compañero, y desde ahora un amigo. Yo a los grandes actores los valoro por su humildad, y él es así.

Tiene a 'El Langui' de hijo.

Es un monstruo, tiene una capacidad de superación increíble. Le he visto hacer secuencias nadando sin flotador y tiene tanta vitalidad que te hace pensar: '¿De qué me quejo yo?'. Me gastó una broma, me dijo que me llamaban para hacer un anuncio de gallinas y lo hizo tan bien que ya estaba preguntando por el caché y todo.

Ensaladilla para los Reyes

Hay posible romance con el personaje de Blanca Portillo.

La admiro desde hace muchos años y no había coincidido con ella. Por esa idea que yo tenía de ella estaba nervioso el día anterior y se lo dije: 'Si me equivoco no te enfades' (risas). Pero luego la vi beberse dos cervezas y dije: 'Esta es de las mías'. Hemos tenido unas secuencias preciosas juntos.

¿Se les sube el éxito a la cabeza a los actores jóvenes?

No lo noto y a quien se le suba se le da una colleja. Lo que pasa es que cualquier cosa que hagan tiene mayor proyección, hasta si se sacan un moco. Yo eso no lo tengo tan asumido, lo de las redes sociales, la comunicación. Esta profesión es una carrera continua de obstáculos, los jóvenes se dan cuenta de que tienen que empezar de cero con cada personaje.

¿Qué le serviría a los nuevos monarcas en el chiringuito?

Yo les pondría un plato combinado. Que tenga su ensaladilla rusa, sus calamares, sus huevos fritos para coronarlos y un poquito de perejil para que tenga verde.

¿Qué hace cuando no trabaja?

Con esta serie me he dado cuenta lo que echaba de menos ir al plató. Cuando pillaba un fin de semana sin rodar se me hacía larguísimo.

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