Dixie y los zombies tomarán el Velódromo

Dixie ya es conocida por parte del público donostiarra más joven. 'Papa soy un zombie', película de animación que retrataba la vida de una adolescente gótica que vive en una funeraria y que un buen día se convierte en muerta viviente con una meta: luchar contra el mal, se proyectó en las sesiones que el Zinemaldia ofrece a los colegios en el Velódromo. Ahora, ya convertida en una adolescente, vuelve en 'Dixie y la rebelión zombie'. Esta nueva aventura es una incógnita para todo el público porque la proyección de mañana domingo, a las 18.00 horas, también en el Velódromo Antonio Elorza, será un estreno mundial.

La película, con producción de Abra, está dirigida por los guipuzcoanos Ricardo Ramón y Beñat Beitia, de la empresa Dibulitoon, responsables de trabajos como 'el ladrón de sueños', 'Supertramps', 'Cristóbal Molón' o más recientemente 'El corazón del roble'.

Cementerios y ciénagas

Como en la primera parte, en «Dixie y la rebelión zombi» la historia transcurre entre el mundo de los vivos y el de los muertos. El primero está lleno de luz y predominan los colores fuertes, mientras en el paralelo, el de las tinieblas, abundan, como es lógico, los oscuros. En este último viven los zombies y su hábitat natural son los cementerios, las ciénagas... y sus protagonistas siguen siendo los mismos: una momia parlanchina, asustadiza y supersticiosa y Gonner, un zombie pícaro y embaucador, que fue grumete de un barco pirata.

Respecto a los nuevos personajes que se han incorporado en esta segunda entrega destaca un grupo de freakes, compañeros de clase de Dixie, que recorren los cementerios armados de una maquinaria especial para detectar espectros y muertos vivientes y que acabarán víctimas de los malos de la película que les utilizan para sus perversos propósitos porque la malvada Nigreda quiere lidera una rebelión de los zombies contra los mortales.