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efe
Jueves, 24 de septiembre 2015, 16:39
El último largometraje de Joachim Lafosse, 'Les chevaliers blancs', está basado en el escándalo de las adopciones irregulares en Chad que salpicó a la ONG francesa 'Arca de Zoé' en 2007. El realizador belga ha trasladado a la ficción una crónica sobre la solidaridad, la mentira y las buenas intenciones.
Esta película, una coproducción franco-belga, compite por la Concha de Oro en el 63 Festival de San Sebastián, hoy ya en su séptima y antepenúltima jornada.
Vincent Lindon encabeza un reparto del que también forman parte Louise Bourgoin, Valérie Donzelli y Reda Kateb. Solo la primera actriz ha participado junto al director en la presentación del filme en el certamen donostiarra.
La historia se desarrolla íntegramente en África. En este caso, la ONG se llama Sud Secours y al frente de ella está Jacques Arnault (Lindon), cuya misión es sacar de Chad a 300 huérfanos víctimas de la guerra civil para darlos en adopción a familias francesas.
Sin embargo, no será esa su versión oficial, pues hacen creer a los nativos que contratan para ayudarles que quieren reunir a huérfanos menores de 5 años para criarlos, alimentarlos y educarlos en el mismo Chad hasta que cumplan la mayoría de edad.
A partir de ahí, se inicia un proceso en el que pronto empezarán a surgir grietas logísticas y fisuras personales entre el equipo de voluntarios que se ha desplazado a Chad para colaborar en la operación movido por las buenas intenciones.
Son gente que actúa, según el director, por "una lógica de narcisismo", porque "saben antes que nadie lo que es bueno para los demás" y "se dejan llevar por las ganas de salvar al mundo", hasta el punto de ejercer, como uno de los personajes, de "ayatolá de lo humanitario".
Historia novelada
Lafosse ha advertido de que, aunque esté inspirada en un hecho real, una película "siempre es falsa".
"Yo soy un artista, trabajo la ficción y la realidad me importa poco", ha destacado el realizador belga, quien ha explicado que trabajó tres años escribiendo un guión que acabó siendo "una historia novelada".
"Pueden aparecer verdades en la película, pero eso me importa un bledo. Lo que quiero es que los espectadores se enfrenten al dilema, que piensen si ellos habrían actuado así", ha agregado.
Pero ha asegurado que con este trabajo también pretende entretener, "hacer disfrutar del placer del cine".
"Cuando leía la información de la prensa sobre el caso, vi que existía un auténtico 'thriller', que hacía que te preguntaras cuándo se traspasan los límites y se llega al fiasco", ha añadido.
El tono narrativo neutro del filme, que no da lugar a sentimentalismos, está premeditadamente buscado porque a su autor el "cine romántico" le parece "asqueroso". "Más bien creo que es cruel", ha apostillado.
Ha dicho que para preparar su película no ha seguido a ninguna ONG y que no deseaba pronunciarse sobre la labor de estas organizaciones porque es "un mundo" que no conoce.
No cuestiona su tarea, solo coloca al público ante "el uso de la mentira" que esta ONG de ficción usa "para justificar su propia acción, sin medir las consecuencias de todo ello". "Eso es lo que intento mostrar", ha recalcado.
"Si un africano fuera a Francia para reunir niños franceses a escondidas y llevarlos a su continente, habríamos observado las cosas de manera distinta. Y eso ha sido un motor muy bueno para hacer la película", ha subrayado.
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