ESKERRIK ASKO
iraitz arrospide
Miércoles, 15 de noviembre 2017
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iraitz arrospide
Miércoles, 15 de noviembre 2017
Me han dado la oportunidad de escribir mis vivencias de la Behobia-SS para compartirlo con todos vosotros y lo hago muy agradecido. Es complicado resumir en pocas líneas lo que viví el domingo en Donostia participando en la Behobia San Sebastián. Fue una sensación que muy pocas veces una persona puede vivir en su vida. Logré algo que hace poco tiempo ni soñaba y que, de pronto, se convirtió en realidad: subir al podio de la Behobia-San Sebastián. Yo, como casi todos los participantes, soy un atleta popular que no me dedico al atletismo y sueño con superarme una y otra vez. Como el resto, empecé a correr con el reto de completar esta carrera tan especial en nuestra tierra y el domingo toqué el cielo al lograr semejante hazaña.
Fue cruzar la meta y llevarme las manos a la cabeza, sin poder creerme la posición final. Me acordé de esas personas que me ayudaron en el camino (todo ha sido muy rápido pero con mucho sacrificio), y al ver a mi madre y a mi mujer rompí a llorar por la emoción. Después me sentí en una nube. Fueron muchas entrevistas y un momento inexplicable en el podio, sintiendo que compartía algo con los mejores (aunque sigo creyendo que están a otro nivel). Aprovechamos el podio para hacernos fotos para el recuerdo con la familia y los amigos. No se creían la situación que estaban viviendo. A media tarde, cuando volvía al aeropuerto camino a Reino Unido, cogí el teléfono y vi llamadas y muchísimos mensajes felicitándome.
Ayer, de vuelta en el trabajo, continué recibiendo llamadas de los medios y una muy especial, la de Jokin Aperribay felicitándome por lo que había conseguido y haciéndome sentir muy valorado en el club que llevo desde niño en el corazón: la Real Sociedad.
Esto ha sido un sueño que se ha hecho realidad, pero no me olvido de dónde vengo, de quién soy. Las últimas horas han sido inolvidables pero vuelvo a Inglaterra, vuelvo a trabajar. Seguiré haciendo lo mismo que he hecho hasta ahora: entrenar duro para superarme y luchar por esos sueños cada vez más difíciles.
Por último, me gustaría felicitar a todos aquellos que corrieron el domingo, así como a todos aquellos que salieron a la calle a animarnos. La Behobia es especial por todos. Y entre todos me habéis ayudado a vivir este sueño. Eskerrik asko.
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