La Clásica de San Sebastián podría tener un recorrido diferente

La Clásica San Sebastián quiere reinventarse, siempre y cuando la carrera termine haciéndose. Organizaciones Ciclistas Euskadi pretende darle un cambio importante al final de la prueba con el fin de realzar todavía más la presencia de Donostia en el desenlace final de clásica guipuzcoana.

Barajan dos posibles variantes de esos kilómetros decisivos en función de las gestiones que tienen en marcha. Tres miembros de OCE, José Luis Arrieta, Enrique Erentxun y Jesús Mari Iribarren han estado viendo esos posibles cambios junto a Marino Lejarreta, ganador en tres ocasiones en el Boulevard, y Txomin Perurena.

También Haimar Zubeldia y Markel Irizar han realizado en bicicleta esas dos posibilidades de cambio. La idea es dotar de mayor espectacularidad a Donostia con casi media hora de imágenes televisivas proyectadas en todo el mundo, que ya de por sí han sido siempre espectaculares. «Llevábamos tiempo barajando la posibilidad de buscar nuevas alternativas en la parte final de la Clásica y este año las queremos introducir», explica José Luis Arrieta.

El itinerario de la carrera sería el habitual hasta llegar a la meta situada en el Boulevard, que se pasaría en dos ocasiones. En el primer paso se continuaría por el paseo de La Concha para subir por la carretera del funicular, paseo del Faro, hasta el parque de atracciones de Igeldo. Desde ese punto se bajaría por el paseo de Igeldo hasta la Avenida de Tolosa para continuar desde allí hasta la rotonda de Errotaburu. El pelotón tomaría dirección al barrio de Aiete hasta la rotonda de Pío Baroja, desde donde se cogería la calle Sanserreka para bajar por Miraconcha y continuar por San Martín hasta el puente del Kursaal, donde entrarían en la recta de meta. Les quedarían 400 metros para terminar la carrera. Se suprimiría el paso por Zumarraga y el Alto de Garate. Serían en total 205 kilómetros.

Ese cambio tiene un matiz importante según Arrieta: «Necesitamos el permiso del parque de atracciones para poder transitar por su terreno, eso sí, siempre y cuando se termine haciendo la prueba. Estamos sufriendo mucho con el presupuesto, hemos realizado gestiones hasta con cuatro entidades bancarias y de momento no hemos obtenido respuesta».

Plan B

Si esa primera posibilidad de final de recorrido generase problemas, hay un plan B que pasaría por las antiguas instalaciones del Tenis de Igara, para subir por una carretera bastante pronunciada hasta el Observatorio meteorológico de Igeldo y desde allí hacer el plan previsto en la bajada.

Para Marino Lejarreta, «el cambio aporta un poco más de dureza, pero sobre todo creará más incertidumbre que el final actual, donde la suerte puede contar. Es un final más interesante», dice 'El junco de Berriz'.