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Jokin Etxabe, en Bergara, donde pasa unos días antes de regresar a Estados Unidos.
La aventura americana de un ciclista de Bergara
CICLISMO

La aventura americana de un ciclista de Bergara

Jokin Etxabe ha vuelto unos días a su pueblo desde Estados Unidos, donde este año debuta como profesional en el equipo Aevolo

IÑAKI IZQUIERDO

Viernes, 19 de mayo 2017, 17:43

Jokin Etxabe (Bergara, 23 años) acaba de volver a casa desde Estados Unidos, donde esta temporada debuta en el profesionalismo enrolado en el equipo Continental Aevolo. Vive en Milwaukee, a orillas del lago Michigan y cerca de Chicago. Allí no se llama Jokin. Allí es 'Joker'. «El director y los compañeros me llaman así». Esta es, pues, la aventura americana de Joker.

«La primera concentración fue en enero en Las Vegas. La idea era ir haciendo grupo. Hasta mediados de febrero no volví a casa y pocos días después regresé a Estados Unidos. He estado allí hasta ahora». Jokin Etxabe pasará tres semanas en Bergara «recargando pilas» antes de afrontar un calendario exigente en junio, que incluye tres vueltas en Canadá.

Jokin Etxabe, que corría en el Seguros Bilbao junto a su gemelo Beñat, se embarcó en esta aventura cuando recibió la propuesta del Aevolo, una especie de filial del Cannondale del World Tour. «En febrero estuve en Malibú (California) concentrado veinte días con el equipo. Después, fui a visitar la sede del equipo en Colorado Springs, un sitio espectacular por sus montañas, pero enseguida regresé a mi casa fija en Estados Unidos, que está en Milwaukee (Wisconsin). Me entreno mucho por los alrededores del lago Michigan».

Allí le ha abierto las puertas uno de los responsables del equipo. «Vivo en la casa del señor Jones, que me ha hecho estar como en casa. No me ha faltado absolutamente de nada y me he integrado en su familia como un miembro más, a pesar de estar muy lejos de Euskadi».

Tras una nueva concentración en California, «donde metimos mucha intensidad», viajó a Arkansas para la primera carrera de la temporada, el Tour of Joe Martin. «Disfruté un montón, cogía mi sitio en el pelotón fácil y aunque las etapas no eran idóneas para mí, hice de último lanzador del sprinter. Rocé mi primer top 15. Allí la mentalidad no es haces tu trabajo y te dejas ir. Allí, sigues apretando hasta la meta. Para el equipo es importante meter gente delante en la clasificación».

Tras la primera carrera y el consiguiente vuelo de vuelta a 'casa' en Milwaukee, Etxabe se subió en otro avión rumbo a «Mount Lemmon, en Tucson (Arizona), para una nueva concentración, trece días en una zona desértica, con calor y altitud».

La carrera más importante que ha disputado el corredor de Bergara en esta primera fase de calendario ha sido el Tour de Gila, en Nuevo México. «Tiene mucho prestigio y para el equipo era muy importante. En la etapa más dura estaba con los ocho mejores en el momento decisivo, pero tocó esperar para ayudar a un compañero que venía en un segundo grupo. Vaciarte y aún así hacer un top 15 fue muy bonito. Acabé con muy buen sabor de boca».

La última prueba que ha disputado fue en California, el Tour de Redlands, donde el Aevolo estrenó su palmarés con Gage Hecht en la cuarta etapa. «Cada día daba un paso más y pintaba muy bien la última etapa. Era un circuito estrecho con un puerto al que había que dar doce vueltas. A falta de vuelta y media dije por el pinganillo que iba con buenas sensaciones y que quería probar en la última subida. Empezó una gran tormenta, con lluvia y granizo, y al empezar la subida pinché la rueda trasera y me quedé fuera de carrera. Fue una gran pena».

'Loco race'

Jokin Etxabe está encantado con su experiencia en Estados Unidos. «El ciclismo de allí es bonito. Tiene de todo: carreras llanas, al sprint, y unas pruebas en circuito a las que llaman 'loco race', que son muy técnicas y explosivas. También hay muchas contrarrelojes individuales y carreras largas de media montaña. Creo que como ciclista te haces más completo, ya que te obliga a trabajar cada día diferentes modalidades si quieres estar en carrera».

Las dimensiones del país hacen que los desplazamientos sean larguísimos. «Se viaja mucho en avión. Muchas veces te agota, porque son verdaderas palizas pero no queda otra. La organización diaria cambia bastante respecto a lo que conocemos aquí. Por ejemplo, el equipo no se concentra en un hotel para las carreras, sino que alquila uno o varios chalets para staff y corredores. Allí se hace todo, dormir, las charlas técnicas, masaje... Escribimos en un cuaderno lo que necesitamos para comer y cada mañana lo recoge un auxiliar. Normalmente, esa misma tarde o por la mañana siguiente tenemos en la cocina todo lo que hemos pedido. Nos dividimos en dos grupos, y unos cocinan y otros recogen. Así se hace mucho grupo. La verdad es que estamos muy bien cuidados y no nos falta de nada, ni en carrera ni tampoco en las concentraciones».

A nivel deportivo, «somos un equipo joven, casi todos neoprofesionales. Hay algunos incluso que han subido directamente de juveniles. Y estamos compitiendo en las mejores carreras del UCI América Tour con equipos de toda América».

«Nuestro director, Mike Creed, tiene muy buena visión de carrera y uno de mis trabajos suele ser organizar a los compañeros, ya que aunque sea neoprofesional llegas de aquí con un bagaje». En esas reuniones surgió el apodo. «Al final de las charlas el director preguntaba si alguien tenía dudas . Yo siempre tenía algo que no había entendido y le decía 'a question, Mike'. Este ultimo mes y medio, Creed dice 'the Joker did not have questions' (el Joker no tiene preguntas), y eso es buena señal», sonríe Etxabe.

Está feliz en América -«es donde me han dado la oportunidad»- aunque admite que como en casa no se está en ningún lado.

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