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TITO IRAZUSTA
Sábado, 16 de abril 2016, 08:23
Llegó a la Real pasa sustituir a Lolo Cervantes que se fue a Murcia y dos años después, sin poder debutar porque Arconada lo jugaba todo, José Vicente Biurrun (Sao Paulo, 1959) fichó por Osasuna y llevaron al equipo por primera vez a competición europea. En una rocambolesca operación con el Barcelona, fichó por el Athletic, donde vivió sus mejores años, ya que después en el Espanyol terminó rompiendo con el entrenador. Acabó su carrera en la Real, a la que le llamó Toshack para poner veteranía en la portería, en la que debutaban Alberto y Yubero. Dejó el fútbol en 1995, después de jugar trescientos partidos en Primera División, pero sigue en él como agente de futbolistas en el despacho que fundó Miguel Santos, su gran apoyo profesional y que ahora comparte con Ibáñez, Durán y Uralde (IDUB).
- Vicente ¿representante, intermediario o agente de jugadores?
- Me gusta más agente, pero la denominación federativa ahora mismo es la de intermediario.
- ¿Y qué es ser intermediario?
- Desde mi punto de vista y lo que yo hago es ser agente del jugador es intentar lo mejor para él dentro del fútbol, el mejor contrato, el sitio más adecuado para que pueda jugar y realizarse como futbolista profesional, aunque es verdad que cada uno tiene sus prioridades.
- ¿Prima el dinero?
- Según. Lo económico es muy importante, pero también es verdad que si no juegas, el contrato se queda en un segundo plano. Lo importante es que tengas opciones de jugar y mostrarte en el campo para poder optar a un contrato mejor para el futuro.
- Muchos quisieran meterse en el mundo del fútbol, pero ¿lo suyo es difícil de llevar?
- Todas las cosas tienen su complicación. De fuera se ve todo muy bonito, los periódicos lo ponen todo muy arriba y parece que todo es fantástico, pero tiene su problemática y los que estamos detrás de los jugadores somos personas.
- ¿Cuando se pone frente a un futbolista cuál es el problema principal a tratar?
- Sobre todo su situación personal dentro del equipo. El que tiene equipo quiere jugar y muchas veces no se da. Hay veces que te llevas a un jugador donde lo quieren y todo es muy bonito, pero luego llega la temporada y si no juega, todo se va complicando y ya no era lo que se había pensado. Al jugador hay que positivarle para que no baje los brazos y pueda convencer a su entrenador para la que le ponga en el equipo.
- Hasta que llegaron los representantes, el jugador se negociaba su contrato.
- Era lo que había. Tuve la suerte de encontrarme con Miguel Santos, que me ayudó mucho en mi carrera y en mi vida. Él se lanzó a negociar mis contratos a partir del primero de la Real y además luego enfoqué mi carrera profesional en este despacho de agentes. La ayuda de Miguel fue muy importante, porque estaba en la Real campeona de la segunda Liga, pero sin jugar un solo partido en dos años. No tuvo que ser fácil que me contratara un equipo de Primera División. Le estoy muy agradecido y encantado por ayudarme después a seguir esta profesión.
- En la plantilla de la Real campeona, pero triste por no jugar.
- Luis Arconada era un número uno de verdad. Yo quería jugar. Seguramente sería la envidia de muchos por poder compartir plantilla con esos jugadores, pero lo que yo necesitaba era jugar y no era satisfactorio estar sin poder hacerlo. Aprendí mucho al lado de aquellos jugadores excepcionales y me llevé una lección muy bien aprendida. Pero mi camino iba por otro lado.
- ¿Futbolista desde niño?
- En la playa, con el Danak en el campo de Hériz, de allí al Sanse y llegué a la primera plantilla de la Real, a la espera de que pudiera llegar mi oportunidad y tuvo que ser en Pamplona, con Osasuna.
- Allí se le abrió una carrera espectacular.
- Por supuesto que sí. Llegar a la Real ya era un sueño. Nunca hubiera pensado que llegaría, pero se me convirtió en una especie de cárcel, muy bonita con un equipo campeón, pero aquello no me satisfacía. Llegué a Pamplona con Vicuña y Basauri. Jugué los seis primeros partidos y me quitaron por un mal gol que encajé en Sevilla y volví cuando se lesionó Vicuña y de ahí hasta el final.
- Como que llegaron a jugar la Copa de la UEFA.
- Imagina lo que era para Osasuna. Fue la primera vez que se consiguió. Pasamos una eliminatoria y nos eliminaron en la segunda.
- La cosa fue que le fichó el Athletic, pero a través del Barça.
- Estaba a punto de irme al Atlético de Madrid y, de repente, Ezcurra me dice que tenemos que ir a Zaragoza a negociar mi fichaje por el Athletic. Yo le dije que no quería porque estaba Zubizarreta y me podía pasar como en la Real con Arconada, que no jugara un partido. Pero allí estuvimos los tres clubes y el Barça se llevó a Zubizarreta desde Bilbao y yo entré en el Athetic.
- Y le torearon a la Real que tenía convenido llevarse la mitad de su traspaso.
- Yo ahí no tuve nada que ver. Por lo que comentaron, la Real se tenía que llevar la mitad de lo que pagara el Barça y hubo una cifra oficial de la que se deduciría la mitad para la Real y no sé nada de lo que el Barça pagó directamente a Osasuna sin ser oficial. Ya sé que la Real se quejó, pero no era mi tema.
- Así que a San Mamés.
- Fueron los mejores años de mi carrera. Es verdad que ir después de Zubizarreta tuvo su cosa. No soy del estilo de portero que ellos habían tenido, con mucho cuerpo y sobrio. Yo era bueno, pero diferente a ellos. Siempre me sentí querido y bien en Bilbao.
- Claro que habiendo nacido en Sao Paulo, Brasil...
- Cada uno nace donde le echan... Mis padres fueron a trabajar allí y nací en Brasil. No tengo más recuerdos que alguna foto que me enseñan, pero a los cinco años vine a Donosti. Ni he vuelto a Brasil.
- De Bilbao a Sarriá con Luis.
- Salí del Athletic forzado, porque aún me quedaba un año de contrato, pero cuando un club no te quiere te abre la puerta y eso me hizo el Athletic. Salí bien, pero en aquel momento no me apetecía irme. Había jugado enteras las cuatro temporadas y al menos llegó esa oportunidad. Miguel me negoció un contrato con mucho dinero y me fui al Espanyol, con Luis Aragonés de entrenador. Fue una buena experiencia, pero en la tercera temporada hubo muchos líos. Hasta discutí con Novoa y vuelta a casa.
- Acabó en la Real.
- Me llamó Toshack y me dijo que necesitaba tenerme en el equipo, porque no sé si se fiaba en aquel momento con Alberto y Yubero, pero la verdad es que luego Alberto lo hizo fenomenal y sólo jugué seis partidos.
- Por cierto, jugando con el Athletic en Atocha perdieron con un gol de Loinaz que le cabreó bastante.
- Es una jugada que me la recuerda todo el mundo. Solo diré que a los porteros se nos recuerda por los fallos y punto.
- En el 95 se retira.
- El fútbol es ilusión y ganas. En el Espanyol, que era un club muy peculiar en aquella época, se complicaron las cosas y mi cabeza ya no era la misma. Había estado en la Real, Osasuna y Athletic e ir a Sarria fue un cambio en todo. Allí cada uno era de su padre y de su madre. Los dos primeros años me fueron bien y en el tercero tuve un enfrentamiento con Novoa y ahí me abandoné.
- ¿Qué recuerdo le dejó el fútbol?
- Muy bueno. Si me preguntas por lo mejor nunca olvidaré haber estado nueve años en AFE, la asociación de jugadores. Aquello me dio mucha satisfacción.
- Defendía los derechos de los futbolistas y ahora también.
- El mundo del despacho es diferente al del futbolista y por eso no tenía claro si iba a cuajar como agente de jugadores después de haber sido jugador. Nos dimos un año para comprobarlo y ya llevo veintiuno en este oficio.
- ¿Se convierten en confesores de los futbolistas?
- Un futbolista también necesita muchas veces hablar y decir las cosas porque si no las sacas se te queman dentro. Aquí nos trasladan sus inquietudes y hablamos de todo.
- ¿Tienen muchos representados en la Real de hoy?
- No es el momento en que más tenemos, tal vez cuando menos.
- ¿Cómo ve a la Real?
- En tierra de nadie. No ha llegado a donde todos pensábamos que podía llegar con esta plantilla. Las situaciones te llevan muchas veces a hacer cosas, como el fichaje de Moyes, que parecía imposible que pudiera venir a la Real. Luego él no supo dar con la clave de la plantilla, no se adaptó al club y lo tuvo muy difícil sin querer conocer los valores que tenía la Real. Su fútbol no cuajó aquí, no valió.
- ¿De Eusebio qué me dice?
- El equipo está más ordenado, pero tampoco acaba de tener la ambición necesaria para estar más arriba. Le falta algo para motivar más a la plantilla.
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