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RAÚL MELERO
Jueves, 11 de enero 2018, 07:55
Jon Urtxulutegi, Xabi Beraza, Mikel Sanz y Asier Azpeitia son la viva imagen del optimismo, la felicidad y la ilusión. Los cuatro han debutado con el Gipuzkoa Basket -'Urtxu' lo hizo la temporada pasada en LEB Oro- y el resto lo han podido hacer en ... la Liga Endesa. La mejor competición doméstica de Europa, según dicen.
Todos ellos han sido criados y formados por las sabias manos de los entrenadores del Easo, inagotable cantera en nuestro territorio. No solo éstos. Julen Olaizola, Mikel Motos o Darío Brizuela también pasaron muchas horas entrenando con el club donostiarra antes de comenzar su vida profesional en el mundo de la canasta. El domingo pasado Azpeitia y Beraza coincidieron en pista en la monumental victoria ante el Tenerife. El primero se fue con una canasta y el segundo con cinco puntos, gracias a un triple y dos tiros libres. «Tuvimos suerte de anotar y que los dos estuviéramos en la pista», relata Azpeitia, un alero de 1,98 de estatura. El joven jugador donostiarra tuvo la suerte de debutar ante el Betis en la segunda jornada de Liga, donde repartió un pase de canasta. No pudo anotar, algo que sí hizo el domingo pasado.
Todos ellos coinciden en que «el ritmo y la fortaleza física» son las diferencias más grandes respecto a su equipo, que es el Easo Loquillo de Liga EBA. «Cuesta al principio un poco, pero poco a poco le vas cogiendo el tranquillo», asegura Mikel Sanz, también como Azpeitia con 1,98 y que llegó a hacer 77 de valoración en un partido del campeonato de España cadete. Sanz se estrenó nada menos que contra el Barça.
Jon Urtxulutegi, de 21 años, es el que les guía un poco a sus tres compañeros. Ya debutó la pasada campaña y son algunas temporadas más ayudando al primer equipo. «Conozco a Porfi del año pasado y les explico algunas cosas a los jóvenes», dice entre risas. Para 'Urtxu' «el ritmo de LEB y ACB se nota, es distinto».
Quien ha tenido la oportunidad de jugar más minutos ha sido Xabi Beraza (18 años y 1,98). Ha jugado tres partidos -Baskonia, Burgos y Tenerife- y nunca se le olvidará el día de su debut. «Tuve bastantes whatsapps ese día», reconoce entre risas. Este errenteriarra tuvo la oportunidad de estrenarse en un templo como el Buesa Arena, además, en un partido que pudo ser histórico. El Delteco perdió en la última jugada por una canasta de Beaubois. «Fue un pena», recuerda Beraza, quien además tuvo que jugar los último minutos. Por cierto que le hicieron una falta que debió ser intencionada. «No sé si era un buen negocio que fuera a la línea de tiros libres con lo que nos estábamos jugando», bromea. Si algo le sorprendió fue la presentación del Baskonia. «Se me puso la piel de gallina, echan llamaradas y te venía el calor del fuego. Fue increíble por no decir otra palabra», dice Beraza arrancando la carcajada de sus tres compañeros.
La vida les ha cambiado a estos jóvenes, que tienen la edad de Luka Doncic. «Es una pasada cómo juega», dicen sobre el esloveno. Son el espejo donde los más pequeños se fijan como les ocurrió a ellos. «Yo iba a Illunbe cuando jugaban Panko, Vidal o Baron», cuenta Mikel Sanz. «Azpeitia y yo miramos hacia arriba la primera vez que entrenamos en Illunbe y nos dijimos que hace nada estábamos sentados ahí», relata Beraza.
Muchos entrenamientos, muchas horas pero reconforta entrenar con jugadores ACB. «Lo más difícil es mantener la concentración todo el tiempo», asegura Urtxulutegi, algo en lo que coinciden sus compañeros. «Puedes hacer una buena canasta, pero muchas cuesta». Ellos son el presente y el futuro. Los últimos cuatro pasajeros del tren guipuzcoano en el baloncesto profesional.
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