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Andoni Aretxabaleta, con su inseparable 'Txato', está listo para volver a las canchas.
La aguja salvadora de Aretxabaleta
PELOTA

La aguja salvadora de Aretxabaleta

El de Markina reaparece mañana en su pueblo tras cuatro meses de baja

JOSEBA LEZETA

Viernes, 10 de febrero 2017, 07:15

Andoni Aretxabaleta regresa a las canchas después de cuatro meses y medio de baja por culpa de una bursitis en el hombro izquierdo que requirió una intervención quirúrgica a cargo del doctor Mikel Sánchez en Vitoria. Desde entonces ha dedicado horas y horas a una larga y dura rehabilitación que ha necesitado un empujón de última hora.

Lo relata el propio Aretxabaleta: «Nada más operarme el 3 de noviembre, todo iba bien y rápido. Creía que en un mes estaría listo para jugar. Sin embargo, las últimas semanas no observaba tanta progresión y empecé a preocuparme con unas molestias. Seguía con las sesiones de fisioterapia de Itxaso Sánchez y en los ensayos de frontón notaba que el hombro izquierdo no estaba del todo bien. Por un momento llegué a dudar de que estaría listo para participar mañana en el festival de Markina».

Ante esta situación optaron por añadir otro método al tratamiento. «La propia fisioterapeuta, Itxaso, me dijo que venía a Vitoria un especialista catalán y me citó para el lunes de la semana pasada. Me hizo una punción seca. Consiste en introducirte una aguja en el punto donde sientes las molestias. Me lo aplicó a través del omoplato en un músculo para soltarlo. Aunque fue doloroso, a los dos días estaba como nuevo, con el hombro a pleno rendimiento. La rehabilitación había ido muy bien, pero el músculo estaba tocado».

El miércoles ensayó en el Beotibar «sin nada de dolor. Completé un partidillo de parejas en el que participó Beñat Urretabizkaia, que está a punto de debutar con Asegarce. Voy al frontón desde navidades para calentar dentro del cuatro. Estoy listo para saltar a la cancha. Después de cuatro meses y medio parado me hace falta rodaje para adquirir juego. Me falta colocación. Cuestión de tiempo».

Parado desde octubre

Si bien su intervención quirúrgica se desarrolló el 3 de noviembre, Aretxabaleta lleva más tiempo parado. «Disputé mi último partido el 30 de septiembre en Zalla, con Mikel Urrutikoetxea de compañero frente a Aimar Olaizola e Ibai Zabala. Arrastraba el problema en el hombro y vi que no estaba bien. Había dos opciones: infiltrar u operar. Probamos primero con la infiltración, pero no mejoré nada. Había que esperar a que se me pasara el efecto antes de operar y se me escapó un mes. De todas maneras, prefieres evitar el quirófano y había que agotar esa oportunidad».

El zaguero de Markina, de 24 años, cuenta que «cuando jugué aquel partido en Zalla el médico me dijo que había algo en el hombro. Apreciaron un quiste redondo en la resonancia magnética. Sin embargo, cuando Mikel Sánchez abrió para operarme, metieron dentro la cámara y no encontraban el bulto. Empezaron a tocar otros puntos y por fin encontraron una bolsa sinovial entre un tendón y un hueso. Era una bursitis que los pellizcaba y me provocaba dolor. Lo limpiaron, a los pocos días inicié la recuperación y todo ha marchado según los plazos previstos».

Durante este tiempo Andoni Aretxabaleta no ha suspendido sus habituales visitas a Zumarraga, al barrio de Eitzaga, para ver a su abuela y compartir un rato con su familia materna. «Estuve el domingo».

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