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Iker Irribarria ha confirmado sus excelentes prestaciones del año pasado en el Manomanista
El lanzacohetes sigue a pleno gas
Pelota

El lanzacohetes sigue a pleno gas

Irribarria minimiza a Artola en un Astelena lleno y jugará en semifinales contra Rezusta

joseba lezeta

Lunes, 1 de mayo 2017, 19:38

El público que llenó el frontón Astelena para darle el brillo que merece su larga historia tardó tres o cuatro tantos en comprobar que el lanzacohetes de Iker Irribarria sigue a pleno gas. Ni siquiera necesitó poner la pelota dentro de los límites reglamentarios. Aquel zurdazo que estrelló en el colchón de arriba y el que voló hacia el ancho para botar en las tablas de contracancha confirmaron que el poder del campeón manomanista más joven de las historia continúa intacto.

Artola tomó la delantera 3-5 gracias a los errores del zurdo de Arama. Lo que no consiguió nunca fue dominar de verdad un tanto. Eso correspondió en exclusiva a un Irribarria con capacidad para minimizar a rivales que parecen pegadores ante otros. No ante el pegador, el de verdad, el que el año pasado subió a la cúspide de la disciplina con tan solo 19 años. El 22-6 ante el delantero de Alegia refleja la diferencia observada sobre la cancha.

«He jugado un partido muy malo», reconoció Artola. «No he jugado lo que sé. Mis pelotazos de aire con la zurda de arriba son uno de mis puntos fuertes. Pero la pelota se me escapaba de la mano al darle en esa postura. Asimismo, he sacado pocas veces y mal».

Aunque no sintió dolores ni en el codo operado ni en el hombro izquierdo durante la eliminatoria que superó frente a Unai Laso, terminó con la zurda tocada. «He puesto más taco en esa mano, pero no es excusa. Cada vez que juego en el Astelena tengo la sensación de que la pelota se me escapa de la mano».

Quien gozó una barbaridad, de nuevo, fue Irribarria. Esa cualidad pasa quizá desapercibida ante semejantes exhibiciones de pegada, pero la posee. «He empezado con mucha prisa», reconoció tras la victoria. «He cometido fallos que no debía. He optado por ponerme más a bote, he jugado tres o cuatro buenos tantos y me han dado confianza. Me he asentado. Mis sensaciones han sido bastante mejores de lo que esperaba».

Artola explicó bien lo que sucede cuando te enfrentas a Irribarria: «En los entrenamientos y en algunos partidos tienes que defenderte de aire desde el cinco o el seis. Irribarria obliga a hacerlo desde el siete o el ocho. Es difícil contrarrestar eso. De todas maneras, he tenido oportunidad de darle un poco más a la pelota y lo he desaprovechado».

Irribarria empezó a poner la directa después del 3-5. A partir del cinco iguales jugaron varios tantos peloteados en los que el de Arama tomó el mando con claridad. Obligó de tal manera a Artola que provocó devoluciones insuficientes de volea, con los pies apoyados cerca de la raya del siete. Intercaló además una dos paredes en el 5-5, dos dejadas al txoko tras madurar los tantos (9-5 y 12-5) y un rebote impresionante en el 15-5. Siempre guarda alguno para cada actuación en el Manomanista. Botó en el ocho y medio. Ya había puesto la directa. Parecía imparable.

De vuelta a la cancha tras el descanso obligatorio del tanto doce, logró de saque cuatro de los cinco tantos siguientes. Irribarria avanzó del 12-5 al 18-6 en un periquete, en 35 pelotazos. Y eso que 20 de ellos se produjeron en el 17-6, el último tanto de Artola, autor de una respuesta de rabia y amor propio que no encontró continuidad.

El de Alegia restó de aire veinte de los veintidós saques de su contrincante. No le fueron mejor las cosas las dos veces que optó por irse atrás. No pudo devolver la pelota a buena de zurda en la primera, en el 13-5, e Irribarria resolvió con una parada de volea al ancho en la segunda, en el 21-6. El campeón cobró siete tantos de saque. Muchos. Y eso que tampoco terminó completamente satisfecho de su rendimiento en esa faceta. «He sacado mejor al inicio. Después no he conseguido poner la pelota en la pared izquierda o han cogido demasiada pared».

Irribarria desplegó su arsenal para confirmar, por si alguien lo dudaba, que no es flor de un día. Dejó las cosas en su sitio a los incrédulos. Pasa a dominar con una facilidad fuera de lo común. Como Artola tampoco cruzó sus saques, el de Arama conectó voleas enormes al resto para tomar la iniciativa de inmediato. Cuando el rival osó a abrir la pelota al ancho, contestó de derecha con la solvencia que le caracteriza, incluso de sotamano. Cuando el de Alegia pudo entrar de sotamano, apareció de nuevo su volea de zurda para no dejarse intimidad y recuperar el mando. «La pelota me ha entrado bien en la mano en mis voleas», apuntó Irribarria. Sin duda.

No jugará el domingo

Iker Irribarria arrastra algún problemilla en la zurda desde el Campeonato de Parejas y ha preferido renunciar al partido de parejas que le anunciaba Aspe el domingo en el Atano III con motivo de la despedida de Barriola. Le sustituirá Ezkurdia. Toca centrarse por completo en la semifinal contra Beñat Rezusta.

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