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enrique echavarren
Domingo, 19 de noviembre 2017
Jokin Altuna estaba aún emocionado cuando compareció en la sala de prensa tras la entrega de trofeos. Lo hizo sin la txapela que minutos antes había conquistado en la cancha del Bizkaia. El amezketarra se desplomó en el suelo cuando Urrutikoetxea mandó la última pelota a la contracancha y luego fue estrujado por sus seguidores. «Quiero dar las gracias a toda la gente que ha venido a verme y a animarme. No solo de Amezketa, de Tolosa y también de todo Tolosaldea. He sufrido muchísimo, pero estoy muy feliz por ganar la txapela. Creo que me la merezco, es como un sueño hecho realidad. Hay que seguir así, trabajando».
«Me he llevado una buena paliza –comenzó diciendo el delantero guipuzcoano–. La final se ha jugado a mucho ritmo, ha habido mucha tensión. Ha habido un tramo del partido en el que me ha hecho mucho daño con el saque y le ha dado la vuelta al marcador. He hecho varios regalos, pero he seguido arriesgando. No quedaba otra. En el último tanto ha podido pasar cualquier cosa, como me sucedió el año pasado ante Oinatz, pero en esta ocasión me ha tocado a mí ganar la txapela. Urrutikoetxea es un gran campeón y le felicito por el partido que ha hecho. La pelea ha sido muy dura».
Altuna señaló que «era mi segunda final y si hubiese perdido de nuevo no hubiese sido ningún fracaso. Estoy muy contento del campeonato que he hecho. He ido de menos a más y ahora he ganado la txapela. No me lo creo aún. Antes del partido ves difícil ganarla y cuando lo haces quizás ya no lo valoras tanto. Con el paso de los años me iré dando cuenta de lo que logrado».
El amezketarra comenzó a ganar la final desde que salió por la puerta de casa. «Había 60 personas animándome antes de montarme en el coche para ir a Bilbao. La gente del pueblo siempre me ha apoyado, desde el primer partido que jugué en profesionales».
Y las cosas comenzaron a salirle rodadas en la cancha. Llegó a ir ganando 0-4, 1-6 y 2-7. «Al principio iba bien y acababa todas las pelotas que tenía, pero Mikel ha demostrado después que juega muchísimo al cuatro y medio. He jugado muy concentrado, el objetivo siempre era hacerle daño».
Reconoce que con el 21 iguales le vinieron los recuerdos de lo sucedido en la final del Ogueta de 2016. Incide en que «perder dos finales consecutivas hubiese sido una pena, pero al menos habría sido ante dos grandísimos pelotaris. He jugado más tranquilo que en el Gasteiz y he tenido buenas sensaciones».
Altuna también se refirió a las jugadas polémicas. «Quieres acabar el tanto lo antes posible y es normal que te cruces o estorbes alguna vez al contrario. Es parte del juego. Igual lo he hecho, pero no ha sido mi intención. Es complicado evitar las estorbadas a ese ritmo».
Casi más emotivo que verse en lo más alto del cajón con la txapela fue el abrazo con el que se fundió con Erik Jaka, su compañero y amigo, que atraviesa por momentos difíciles en el plano familiar. Al lizartzarra se le saltaron las lágrimas. A Altuna III le faltó muy poco. Jaka, sus familiares y amigos, Ekaitz Saralegi, su botillero, y Jokin Etxaniz, el director técnico de Aspe, fueron los destinatarios de su dedicatoria por un triunfo soñado y deseado.
Jon Apezetxea
«Final con mucha tensión y abundantes regalos. Pero también con bastantes remates, muy bonitos algunos. Ha quedado claro que los dos se conocen bien. Me quedo con que Altuna III ha demostrado capacidad para ganar a un Urrutikoetxea que había causado una magnífica impresión durante toda la presente edición. Siempre es complicado batirle y Jokin le tiene respeto. Pero no se ha acobardado por ello. Eso ha quedado claro sobre la cancha. El amezketarra ha jugado con decisión a partir del tanto 18 y le ha valido, aunque también es justo reconocer que el 22 podía haber caído hacia cualquier lado. Las decisiones de los jueces han alimentado la tensión sobre la cancha. Aunque no podemos olvidarnos de los fallos que han cometido, pienso que los pelotazales se han ido contentos del frontón porque han visto un partido intenso. Nadie se ha guardado nada».
Rubén Beloki
«Final compleja en la que he visto nerviosos a ambos. Altuna ha sacado su repertorio desde el inicio y Urruti ha ido contracorriente durante toda la final. Pese a ir por delante, le he visto incómodo. Me decía que era como si tuviera cemento en las piernas. Yo he vivido eso mismo. Son las finales».
Xalton Zabala
«El año pasado solté unas lágrimas el día que Jokin ganó la semifinal a Aimar. En esta edición no había llorado aún, pero tocaba en la final. Y lo he hecho. Ha sido algo grande. Pensaba para mí que Altuna estaha jugando un gran partido y, pese a ello, iba dos o tres tantos por detrás. Pero ha caído de nuestro lado».
Martin Alustiza
«La final ha tenido de todo. La clave ha podido ser que Altuna ha ido en busca del partido con más fe que Urrutikoetxea, a quien he visto tenso y sin ideas. No ha encontrado los ángulos como otros días. Pero su trabajo de hormiga a punto ha estado de darle fruto. Sobran las protestas. No son propias de la pelota».
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