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DAVID TABERNA
Miércoles, 18 de junio 2014, 08:21
Desde el momento en el que baja la persiana, todos los elementos que componen una empresa empiezan a perder valor. Si esa empresa era un gigante como Fagor Electrodomésticos, las cifras hablan por sí solas. Los administradores concursales de la cooperativa cifran el valor de sus activos a 30 de abril en 272 millones de euros, lo que supone una depreciación del 66% sobre la anterior anotación de octubre del año pasado, cuando las deudas millonarias y el derrumbe del sector llevó a una de las principales empresas de Gipuzkoa a la quiebra. Según el informe provisional remitido al juez por los administradores concursales, y al que ha tenido acceso este periódico, si el valor de los activos de Fagor ascendería a 272 millones, la suma de sus deudas alcanzaría los 1.027,8 millones de euros. Los administradores concursales resumen así una situación patrimonial que los compradores interesados en Fagor mirarán con lupa de cara al inminente proceso de pujas por la empresa.
Mucho no parece que habrá que esperar. Las compañías ofertantes disponen ahora de un plazo de 25 días, a contar desde la aprobación del plan de liquidación, para ultimar sus ofertas, lo que daría paso a la adjudicación de los activos por parte del juez encargado del concurso, Pedro José Malagón. Una fase de liquidación que dirimirá finalmente qué nichos de negocio de Fagor seguirán teniendo futuro y, sobre todo, cuántos empleos se podrán salvar en la comarca del Alto Deba.
Pero para eso aún habra que esperar. De momento, lo que está ya encima de la mesa es el informe provisional que los administradores concursales presentaron la semana pasada en el juzgado de Donostia detallando la situación patrimonial, masa activa y la lista de acreedores, de Fagor Electrodomésticos. En un documento de 104 páginas, al que se suman seis anexos, la administración concursal (de la que forman parte las firmas catalanas Eve Concursal y Horwarth PLM Auditores, junto a las donostiarras Sayma y Norgestión & Audyge) repasa tanto la situación que llevó a Fagor Electrodomésticos a ser declarada en concurso de acreedores el 19 de noviembre de 2013, el estado de sus balances y la consecuente depreciación de sus activos hasta el pasado 30 de abril.
Y ese análisis que se ha demorado más de lo previsto -ha sido entregado con el concurso ya en fase de liquidación-, concluye que el valor de los bienes y derechos de Fagor se sitúa en 272 millones de euros, lo que supone una depreciación del 66% respecto a la anterior estimación de octubre y que cifraba el valor de los activos en 799 millones de euros.
Tanto el activo no corriente como el corriente han sufrido una importante depreciación, a juicio de los administradores concursales. Así, la valoración del inmovilizado intangible -que incluye la I+D, y la marca y la propiedad industrial, entre otros- desciende de los 62 millones a apenas 7,1 millones. El valor de la I+D de Fagor, por ejemplo, apenas llega a los 1,6 millones, sufriendo así un deterioro de entre el 80 y el 100%. Así, si su coste de adquisición fue de 57 millones, y su valor contable de 29, los administradores concursales apenas lo valoran en 1,6 millones. Eso sí, los administradores apuntan la posibilidad de venta de dos proyectos de I+D, por lo que han deteriorado su valor en un 80%, frente al 100% general.
Marca Fagor
La marca de Fagor ha corrido peor fortuna. Si la empresa mantenía en su activo la licencia marca Fagor por un importe de 9,5 millones, los administradores deprecian el valor en su totalidad, al entender que se trata de una «licencia (del grupo Fagor), no de la propiedad de la marca».
Ahora bien, no todo Fagor Electrodomésticos se ha deteriorado. El valor del inmovilizado material -terrenos, construcciones, maquinaria, mobiliario...- aumenta en quince millones de euros, hasta los 80 millones. La maquinaria, por ejemplo, pasa de 37 a 54 millones.
Por supuesto, Fagor Electrodomésticos no solo debía dinero. También se lo deben. Sin embargo, obviamente el valor contable de los deudores comerciales también ha menguado considerablemente. Así, si el valor neto contable de la deuda a cobrar ascendía a 196 millones, los administradores la dejan en 72 millones. ¿A qué se debe? Fundamentalmente a que los saldos a cobrar de las filiales comerciales extranjeras de Fagor se encuadrarían en el capítulo de 'ciencia ficción'. Los administradores apenas valoran esta deuda a cobrar en 3,7 millones, frente a los 83 millones anotador por Fagor.
Si los activos de Fagor Electrodomésticos se han reducido notablemente, la deuda sigue siendo despiadada. Los administradores cifran el valor del pasivo en 1.027.829.618 euros. Del total de deudas con proveedores, entidades bancarias, instituciones o trabajadores, 121 millones serían créditos con consideración de privilegio especial, 34 de privilegio general, 447 ordinarios y 424 subordinados; además de 7,7 millones contra la masa, los primeros en cobrarse.
El agujero de 1.027 millones afectaría a más de 3.000 empresas, grandes y pequeñas, de diferentes latitudes, lo que da una imagen del impacto que el cierre de Fagor ha podido tener en el tejido empresarial vasco y guipuzcoano.
En una providencia fechada este lunes, el titular del Juzgado Mercantil de San Sebastián, Pedro Malagón, ha ordenado comunicar a los acreedores el informe de la administración concursal de la compañía, así como darle publicidad.
Los acreedores dispondrán de un plazo de diez días, desde la notificación, para discutir si están incluidos o excluidos todos los bienes de la empresa, así como el importe y calificación de sus crédito. En caso de disconformidad, podrán presentar un incidente concursal con el objetivo de impugnar el inventario y la lista de acreedores, según recoge la Ley Concursal.
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