La fiscalidad entra de lleno en la campaña

Gipuzkoa ya está en campaña electoral, y los candidatos a diputado general (Xabier Olano, por Bildu; Markel Olano, por el PNV; Denis Itxaso, por el PSE, y Juan Carlos Cano, del PP) se esmeran en detallar sus propuestas para tratar de convencer a los ciudadanos para que les entreguen su confianza y, con ella, su preciado voto. La fiscalidad a aplicar en el territorio durante los próximos cuatro años es, como siempre, uno de los grandes caballos de batalla.

La pugna pivota sobre el polémico Impuesto a la Riqueza instaurado por Bildu con el apoyo del PSE. Un gravamen del que Olano (Xabier) se muestra orgulloso por cuanto supone, dice, acabar con el «paraíso fiscal» que era antes el territorio.

Frente a esta visión, la de todos los demás. O casi. El candidato jeltzale, igual que el popular, ya han advertido de que trabajarán para eliminar esa peculiaridad fiscal guipuzcoana que, dicen, ahuyenta a los empresarios o, lo que es lo mismo, la riqueza y, por tanto, el empleo y el futuro del territorio. Ambos apuestan por armonizar ese gravamen con el de Patrimonio existente en Bizkaia y Álava.

Denis Ixaso, por su parte, aboga también por homogeneizar esos tributos, pero navega entre dos aguas al afirmar que «no queremos que Gipuzkoa sea un paraíso fiscal, pero tampoco que los contribuyentes guipuzcoanos salgan perjudicados sólo por residir en el territorio». Así, apuesta por los acuerdos para no imponer lo de un territorio a otros «ni tampoco lo contrario».

Por lo conocido hasta ahora, y más allá de algunas bonificaciones para las empresas que inviertan en I+D, creen empleo o abran nuevos mercados, planteadas sobre todo por Olano y Cano, en lo que coincide la oposición a Bildu es en la necesidad de reforzar la lucha contra el fraude. En tiempo de crisis, duele mucho ver que algunos se olvidan de aquello de que «Hacienda somos todos».