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María Pilar Amaitegui y María Jesús Gómez, pasado y presente de la tienda Eskuz de Tolosa.
Los comercios abocados al cierre renacen de la mano del proyecto Berriz-enpresa

Los comercios abocados al cierre renacen de la mano del proyecto Berriz-enpresa

La iniciativa para la transmisión de negocios familiares suma más de trescientos interesados

ÁLVARO REINA

Martes, 16 de agosto 2016, 07:16

Ya hace varios años, el Gobierno Vasco constató con preocupación que no existe un relevo generacional para varios centenares de pequeños comercios, generalmente negocios familiares. En una época en la que la destrucción de empleo es una pérdida dolorosa, el Gobierno autonómico y las Cámaras de Comercio pusieron en marcha el Proyecto Berriz-enpresa, con la idea de facilitar la compraventa de negocios y evitar el cierre al que estaban abocados. La previsión hablaba de muchas clausuras en un periodo de cinco años ya en 2013, por lo que se decidió una actuación rápida para poder salvar al mayor número de establecimientos posible.

Las tres Cámaras fueron las encargadas de establecer una metodología y un sistema de ejecución que fuera sencillo, mediante el asesoramiento y seguimiento de vendedores y compradores. Amalur Anguiozar, responsable de la iniciativa en la Cámara de Comercio de Gipuzkoa, comenta que «lo más importante para poder llevar a poner en marcha el proyecto fue la confianza que las entidades han conseguido despertar en los participantes». «Nosotros fuimos los encargados de mediar y romper el hielo entre las partes, porque nuestra relación con el sector es muy buena y la transparencia con la que hemos trabajado genera confianza; en pocas palabras, nos los ganamos, confiaron en nosotros desde el principio», añade.

Anguiozar explica el procedimiento: «El programa comienza con la llamada que recibimos del propietario del comercio notifican que quiere realizar la venta». «A la vez, hemos recibido perfiles de personas que están dispuesta a hacerse cargo de ellos: gente que llega a interesarse porque cumple una serie de requisitos, porque está relacionado con su hobby, tiene experiencia en el sector o porque cuenta con ideas que permitan una mejora económica, por ejemplo». El perfil concreto del comprador se obtiene por medio de un test de idoneidad, que abre la puerta a tomar parte en Berriz-enpresa. Y, si bien al principio las cuentas pudieran ser negativas, es cierto que la inversión de entrada suele prometer una buena previsión futura. «Dentro de la transmisión», aclara Anguiozar, «una de las partes importantes es la transmisión del 'know how', del 'saber hacer', entre vendedor y comprador, porque así no hay una aparición súbita en un mercado y un ambiente que pueden ser nuevos para el receptor del comercio». «La idea es comunicar la filosofía, que suele ser fruto de muchos años de experiencia, y poner al nuevo gestor en contacto con los proveedores; en definitiva, que el negocio eche a andar lo antes posible tras el traspaso», agrega.

Las tres fases posteriores al traspaso son la de acompañamiento del comprador, la de asesoramiento acerca del punto de venta y, por último, un seguimiento menos directo para cerciorarse de que el negocio despega. «La idea es mantener el empleo, pero si además se diera un crecimiento, sería aún mejor», explica la representante de la Cámara. Se espera que, después de una campaña experimental en 2014 y la extensión a todo el País Vasco el año pasado, el presente curso rebase las previsiones. De hecho, entre enero y julio ya han tenido lugar doce transacciones, mientras que en todo el año pasado, cuando el proyecto se amplió definitivamente a todo el territorio vasco, solo se habían completado trece. En total, 318 personas han mostrado su interés en tomar parte en el proyecto.

Traspaso en Tolosa

Tolosaldea fue el lugar escogido por la Cámara como piloto para el proyecto Berriz-enpresa. La primera tienda que cambió de manos fue la conocida perfumería Maite, hace dos años. Y la antigua capital de Gipuzkoa acapara hasta ahora el mayor número de operaciones de Berriz-enpresa. En marzo de 2015, María Pilar Amaitegui pidió ayuda para vender su negocio. Con 72 años tenía ganas de «hacer de amoña, pero sabiendo que la tienda estaba en buenas manos». Eskuz, un pequeño comercio dedicado a la venta de productos de lana, ubicado en la calle Zerkausia de Tolosa, está entretejido con la vida de María Pilar, que lo considera su «segundo hogar». En el momento en que vio que aquello le superaba, pensó que lo más prudente era pedir ayuda a Tolosa&Co, la Asociación de Comercio, Hostelería y Servicios de la localidad El presidente le dijo que aquello iba a ser difícil pero, para su sorpresa, María Pilar fue con un nombre en la cabeza: su clienta María Jesús Gómez.

Esta última, con 52 años, ha trabajado varios años en comercios de complementos y era cliente habitual de Eskuz. Su hobby son las labores de lana, afición a la que ha dedicado mucho tiempo. El trato frecuente con María Pilar y el conocimiento mutuo hicieron que la propietaria de Eskuz pensara en ella para sucederle. «Mis hijas viven su vida, y no iban a encargarse del negocio», explica esta veterana comerciante, «así que cuando en marzo de 2015 comenté con María Jesús la posibilidad de retirarme, vimos que la persona idónea iba a ser ella». Dicho y hecho, en septiembre cerró temporalmente el comercio para alguna reforma y para poder introducir nuevas mercancías. El establecimiento reabrió en noviembre, «para que no se perdiera la temporada de Navidad, uno de los principales picos de ventas», explica la nueva propietaria. Desde entonces, Eskuz tiene un nuevo aspecto pero, en realidad, es el mismo negocio familiar. «Los clientes aún se sorprenden cuando me ven, porque vienen muy de cuando en cuando, pero como voy aprendiendo, ayudada por una buena maestra, nadie desconfía», comenta la nueva responsable. «Además, para diversificar un poco la oferta, he introducido una sección de complementos que gustan mucho».

María Pilar hace balance de la operación. «La tienda es ahora mismo un referente en el sector de la lana, porque muchos establecimientos de este estilo, o incluso proveedores, se han visto obligados a cerrar por la crisis». «No es raro que llamen aquí para preguntar alguna duda, hacer consultas o pedidos desde Andoain, Leiza o Beasain, incluso», apostilla con orgullo. Y esta es una realidad que la nueva propietaria se propone explotar aún más. «Mi idea», explica, «es crear un especie de denominación de origen de Tolosa con sus artesanías, ya que aquí hay muchísimos artistas de las manufacturas, y la gente con la que he hablado se muestra entusiasmada», asegura. «Además, he reunido a un pequeño grupo de personas que vienen a tejer los primeros sábados de mes, y también, quien quiera, puede venir a trabajar a la tienda», cuenta con ilusión. «Espero que de estas iniciativas salga algo grande», sentencia.

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