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J. DÍAZ DE ALDA
Martes, 6 de junio 2017, 07:07
Tras repasar el ministro Nadal las distintas ramas de su competencia en una suerte de fotografía general de su gabinete, llegó el turno de las preguntas. Y no tardó mucho en surgir el reciente compromiso del Gobierno central con el vasco (adquirido en el marco de las buenas relaciones que reinan entre el PP y el PNV) para reformar los peajes eléctricos y trasladar a un buen número de empresas de Euskadi una tarifa bastante más barata que la actual. ¿Cuándo llegará ese oxígeno? ¿Cómo se hará?, se le preguntó.
Y la respuesta fue tan directa como sincera, aunque esa falta de tapujos pusiera un tanto en cuarentena ese maná en forma de rebaja de la factura. Aún hay que salvar algunos obstáculos, advirtió el ministro. Así, Nadal, quien dejó claro que su principal premisa es que «esto no cueste un euro al resto de los consumidores», matizó que el coste del acuerdo «tiene que salir de los Presupuestos del Estado», con lo que cualquier paso se realizaría en 2018. En concreto, en la llamada orden de peajes de ese ejercicio. Pero no es ese el principal obstáculo a sortear. «Tenemos una enorme dificultad, pues (el acuerdo y, por ende, sus consecuencias prácticas) ha de ser validado como no ayuda de Estado tanto por la Comisión Europea como por la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC)», explicó.
En este punto, Álvaro Nadal dejó clara su visión del asunto, que no parece la misma de los supervisores. A su juicio, «esto es es una decisión de política industrial», mientras Bruselas y la CNMC lo ven «como un asunto de los técnicos». «Hay cierta discusión y algunos celos competenciales que complican la cuestión y que me gustaría que se resolviesen, pero sin el informe favorable de ambos no se puede», insistió. «Hay que trabajar mucho, mucho, para que esto se entienda, y necesitamos ese visto bueno, porque si se declara ayuda de Estado, todo lo que reciban las empresas lo tendrán que devolver», dijo.
«A la bayoneta»
Álvaro Nadal explicó que «este es un caso único, debido a una red mediocre creada en los años 60 y que las empresas distribuidoras podían haber ayudado a solventar en parte invirtiendo en su mejora». Así, lamentó que la actitud de esas eléctricas haya sido la de «ya tengo la red hecha, ahora que les rebajen el peaje a las empresas consumidoras».
El ministro se declaró «un convencido» de la necesidad de sacar adelante este asunto por mejorar «la competitividad de las empresas». «Pelearemos esto con la Comisión Europea a la bayoneta, pero también las distribuidoras deberían ayudar», insistió. Nadal reconoció que aunque el problema de esa tarifa poco competitiva se da en todo el Estado, el grueso de los afectados está en Euskadi.
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