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Ya son diecisiete, repartidas por todo el planeta. Ayer, el Gobierno Vasco inauguró en Milán la última oficina de la Agencia Vasca de Internacionalización (Basque Trade & Investment, en su denominación más internacional), que, como las dieciséis restantes, se encargará de ayudar a las empresas de Euskadi a buscar negocio y alianzas sobre el terreno y a favorecer su aterrizaje, en esta ocasión, en la tercera potencia económica de la Eurozona y uno de los principales socios comerciales del País Vasco.
El acto de la inauguración lo presidió la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, quien estuvo acompañada por el viceconsejero de Industria, Javier Zarraonandia; la directora de la propia Agencia Vasca de Internacionalización, Ainhoa Ondarzabal, y la que será la responsable de la nueva oficina, la donostiarra Ainara Isasa.
La puesta de largo de la oficina -ubicada en la sexta planta de un edificio de oficinas en el corazón de la ciudad, muy cerca del Duomo- es solo el primer plato de un viaje comercial con el que Ejecutivo de Iñigo Urkullu quiere 'abrir la lata' italiana. La agenda oficial incluye (está prevista para hoy) una reunión de Arantxa Tapia con un nutrido grupo de vascas con presencia o intereses en el país; entre ellas, bastantes guipuzcoanas como Orkli, Fagor Automation, Ulma, Soraluce o Danobat.
Precisamente, esta última será la protagonista de la jornada del jueves, pues la cooperativa, líder en el sector de la máquina herramienta, inaugura su primera planta en el país transalpino; en concreto, la firma dirigida por Xabier Alzaga presentará en sociedad la fábrica de Bistagno, situada a escasos 150 kilómetros de Milán y que dedicará sus 2.000 metros cuadrados a, entre otras cosas, la realización de pruebas de mecanizado personalizadas para sus clientes. También se acercaron a la presentación de la oficina representantes de firmas como Siemens-Gamesa, Sener, Iberdrola, Sidenor, Tubacex y miembros del Icex en Milán.
El aterrizaje de la Spri en Milán estuvo apadrinado por la poderosa Cámara de Comercio de la ciudad (conocida como Promos), cuyo director, Federico Vega, subrayó «las enormes posibilidades de colaboración futura entre las dos regiones». Además, los responsables del Gobierno Vasco estuvieron acompañados por el ministro de Desarrollo Económico de Lombardía, Alessandro Mattinzoli, quien -después de recibir como presente unos gemelos de plata que reproducían las esculturas del Peine del Viento de San Sebastián- tuvo la oportunidad de celebrar una reunión de trabajo con la consejera Tapia para conocer de su mano las principales características de la economía y la fiscalidad de la comunidad autónoma. Una economía, resaltó la propia consejera, que es realmente similar a la del País Vasco, con una apuesta muy seria por la industria, la máquina-herramienta, la manufactura avanzada o la robótica. Tras coincidir, explicó Tapia, en su «especial preocupación por las pymes», ambos convinieron en abordar «proyectos concretos, con empresas vascas y lombardas concretas», resaltó.
En su intervención, la consejera resaltó la potencia y la apuesta inequívoca de Euskadi por la industria, la innovación, la formación más avanzada para los jóvenes y la excelencia investigadora, y se conjuró para fortalecer «aún más y en más sectores la colaboración que ya desarrollan Euskadi y Lombardía». Tapia recordó que «el País Vasco es capaz de ofrecer producto y servicio de alta calidad y valor añadido» y que «los pilares del país son, precisamente, la innovación, la industria y la internacionalización».
«Euskadi y Lombardía no son ajenas a los cambios que se están produciendo en los Gobiernos de España e Italia; tiempos convulsos que atraen la mirada de Bruselas y del conjunto de la Unión Europea», afirmó. La responsable de Desarrollo Económico del Gobierno Vasco no dejó pasar la oportunidad de subrayar que «Euskadi es un país en el que implantamos políticas que favorecen la estabilidad». «Somos un país singular, que goza de una cultura, un idioma y un sistema de autogobierno político y económico que nos hace diferentes; ni mejores, ni peores, pero que nos dota de autenticidad», añadió.
Los responsables de la Spri y de la Agencia Vasca de Internacionalización recordaron que acompañar a las empresas en su salida al exterior es una de las claves de bóveda de la estrategia del departamento de Desarrollo Económico. «La apertura de la oficina facilitará a las empresas la búsqueda de nuevas vías de negocio en un país repleto de oportunidades», declaró Isasa.
Cabe recordar que, según un estudio de la propia Agencia Vasca de Internacionalización (que analiza el interés para Euskadi de 47 países de todo el mundo), Italia se sitúa en el puesto número nueve. Y es que la república transalpina, que a pesar de atravesar incontables crisis económicas y políticas en los últimos tiempos no deja de ser un país de referencia, sobre todo en el ámbito industrial, se sitúa muy bien como destino de las exportaciones vascas, así como lugar preferente para posibles implantaciones comerciales o acciones del programa Global Lehian.
Esta última es una iniciativa del departamento de Desarrollo Económico que, a través de subvenciones a fondo perdido, intenta ayudar a las empresas de Euskadi en sus implantaciones internacionales. La convocatoria de este año contempla un presupuesto de 5,5 millones de euros. En 2017, según fuentes gubernamentales, Italia protagonizó 609 solicitudes del citado programa. A pesar de esa buena nota de Italia, el estudio de la Spri no oculta que el país puntúa peor en lo que se refiere a dinamismo de mercado o consultas a la Agencia Vasca de Internacionalización.
La institución, detalló Ainhoa Ondarzabal, representa una enorme oportunidad latente para las empresas de Euskadi, que pueden encontrar en él, sobre todo en el rico e industrializado norte, un aliado fantástico en sectores con arraigo y potencial en ambos países.
La balanza comercial con Italia es positiva para el País Vasco, que exportó el año pasado al país transalpino bienes y servicios por valor de 1.100 millones de euros frente a unas importaciones cifradas en 930,3 millones, lo que ofrece un superávit de 170 millones de euros. Aunque las cifras no son desdeñables, el Gobierno Vasco destaca en algunos informes internos que hay camino por recorrer, pues hoy se está exportando menos que lo que se vendía antes de la crisis.
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