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ESTER REQUENA
Miércoles, 21 de mayo 2014, 01:22
Isabel Preysler es la reina absoluta de las portadas del corazón y parecía que ya lo había contado todo de su vida pasada a sus 63 años. Pero no. Ha esperado hasta ahora para confesar que se casó de penalti con Julio Iglesias por más que siempre había defendido a capa y espada que su hija Chabeli había sido sietemesina.
«Podría decir que nos casamos porque estábamos enamorados y sería verdad, pero lo cierto es que me quedé embarazada. Entonces parecía una tragedia no pasar por vicaría. El cura que nos casó a Julio y a mí declaró que nunca había visto a una novia llorar tanto en su vida, estar tan, tan triste. Simplemente sentía que no era el momento todavía», se confiesa ahora en una entrevista a la revista 'Vanity Fair'. Aunque después no se arrepintió del paso que dio porque Julio la «adoraba»... aunque el cantante no le era fiel. Eso sí, la cosa se puso «tensa» cuando la filipina pidió el divorcio. Aun así no peleó por el dinero. «Cuando nos separamos Julio y yo teníamos una cuenta conjunta. Podría haber ido a por ella, pero nunca se me hubiera ocurrido», desvela la imagen de Porcelanosa.
Con el marqués de Griñón todo fue distinto. «Carlos es un hombre muy cosmopolita, al que le gusta mucho viajar, moverse, el campo... Era liberal de verdad, yo podía ir a fiestas, bailar y divertirme... Julio más bien era un chico de derechas, conservador, celoso y posesivo». Todo terminó por culpa de Cupido y sus caprichosas flechas. «Miguel se cruzó en mi camino. No fue culpa de Carlos, sino mía. Lo sentí mucho, pero me enamoré», entona el 'mea culpa' Isabel Preysler.
«Muy rencorosa»
Más allá de su vida amorosa, la reina de corazones también cuenta cómo Julio se «molestó» porque su hijo Enrique decidió seguir sus pasos en la música. La chispa entre padre e hijo saltó porque el vástago lo llevó en secreto, lo que hizo que ambos estuvieran sin hablarse unos años.
Tampoco se deja en el tintero su pelea con su entonces amiguísima Carmen Martínez Bordiú. Todo porque la nietísima no defendió a Chabeli en un programa de televisión. Una «tontería» que la Preysler se tomó muy a pecho y que le «llegó al alma», ya que se considera una persona muy «rencorosa». De nada le valieron entonces las disculpas de la Bordiú por carta o por teléfono. Isabel no es de las que olvidan, aunque ahora con su amiga las aguas han vuelto a la calma... Pero por si acaso no han vuelto a hablar del polémico tema.
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