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Domingo, 23 de noviembre 2014, 02:38
Las razones por las que Ana Beatriz Barros, de 32 años, se ha convertido en el último fichaje de Intimissimi, la firma italiana de lencería, son obvias. Grandes editoras de moda se han rendido a los encantos de esta brasileña de Minas Gerais y curvas de infarto. En uno de sus últimos números, la revista 'Elle' le dedicó unos halagos que para sí quisiera su compatriota y top entre las top, Gisele Bündchen, tras encerrarse entre los muros del anfiteatro romano Arena de Verona: «Mide 180 centímetros y posee un dorado de piel envidiable y una figura tan esbelta que haría que Verdi reescribiera más de una de sus obras solo para que fuera protagonista».
Además de inmensamente guapa, Barros se lo trabaja. Hay días que se levanta a las cuatro de la madrugada para que empiecen a maquillarla y protagonizar sesiones de hasta 12 horas. Es lo que siempre quiso esta apasionada de los caballos que iba para veterinaria y reconoce andar algo tardía con el reloj biológico. «Lo mismo al mío hay que darle cuerda», bromea. Descubierta con solo 13 años en una playa de Río de Janeiro, su padre se lo dejó muy clarito al cumplir los 22. Tenía tres años para triunfar. Ni uno más. Aprovechó el tiempo. Maneja como ninguna el «control de su cuerpo», pero guarda muchos más secretos.
Cada vez que se coloca enfrente de un fotógrafo y le pide que enseñe su lado más sexy, esta joven «obsesionada» con Cindy Crawford piensa en alguna «escena romántica y sensual de una película». Si ningún lunar que mostrar, Barros es una de las grandes top, ya sea posando sobre la arena, el mismo barro o donde haga falta.
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