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ANTXON ETXEBERRIA
Lunes, 16 de junio 2014, 02:09
Trikitilaris de todo Euskal Herria se reunieron en la jornada de ayer en Zarautz para demostar que sigue siendo un instrumento de gran tradición y muy vivo, que cuenta con gran cantidad de practicantes. Varios centenares de trikitilaris y panderojoles llegados desde iparralde, Bizkaia, Nafarroa, Araba o diferentes localidades de la provincia tomaron las calles de la villa costera, en una jornada alegre y musical. La Asociación de Trikitixa del País Vasco, que tiene su sede desde hace catorce años precisamente en Zarautz, organiza esta jornada desde hace una veintena de años. Hace dos años, la última vez, la fiesta se celebró en Bergara y ayer se reunieron en Zarautz.
La trikitixa sigue siendo pieza fundamental en muchas romerías de Euskal Herria, no hay romería sin trikitixa, sobre todo en localidades de menor población. Viendo la jornada de ayer, no cabe duda que se trata de un instrumento que se ha extendido mucho a nivel popular, es parte del patrimonio cultural. Ha conocido un gran auge en estos últimos años, con gran cantidad de escuelas y muchos trikitilaris, diferentes estilos, profesionales conocidos, discos. Entre los más conocidos, Kepa Junkera que precisamente el próximo sábado está anunciado en la bodega de txakoli Rezabal de Zarautz.
Para comprobar el auge de la trikitixa que mejor ejemplo que el de ayer, con unos cuatro centenares de trikitilaris y panderojoles marcando ritmo. Desde niños y niñas de corta edad, hasta acordeonistas de más edad, diferentes generaciones con un único fin, poner en valor este instrumento, a la vez que la jornada servía al profesorado y alumnado de cada una de las escuelas para estrechar relaciones e intercambiar experiencias.
La jornada arrancó con el encuentro de todas las escuelas en Musika Plaza con un hamaiketako para ir calentando el ambiente, antes de desplegarse por todos los rincones de Zarautz. Calles, plazas, txokos y malecón fueron tomados en las horas centrales del día por los trikitilaris y panderojoles, interpretando fandangos, arin-arin o 'porrusaldas'. Escuelas venidas desde el Baztan, Donostialdea, Legazpi, Irun, Errenteriaa, Asteasu, Usurbil, Beasain, Zarautz..., con mucho alumnado joven. Como bien decía el legazpiarra Ion Ibarguren, «no solo se trata de ir a la escuela, nos gusta salir y disfrutar tocando». Por cierto, la escuela de Legazpi con los hermanos Elustondo, Ion y Agurtzane como profesores. En el mismo grupo tocaban ayer al mediodía en Kale Nagusia otros conocidos acordeonistas como Joseba Tapia y Laja. No fueron los únicos acordeonistas consagrados que se dejaron ver en Zarautz para acompañar a las hornadas más jóvenes.
Al mediodía la plaza Munoa sirvió de escenario para una gran comida popular, mientras por la tarde la romería con el grupo Dantzadi puso el colofón final a la jornada. La trikitixa es, sin duda, la música vasca por excelencia, el ritmo más querido por mucha gente euskaldun y ayer quedó patente una vez más.
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