Al banquillo cuatro de los asistentes a la boda que terminó en batalla campal

Fue una de las bodas más sonadas de los últimos años en San Sebastián. Los invitados la recordarán toda la vida. No digamos nada los novios. El primer acto terminó como el rosario de la aurora, a puñetazo limpio. El segundo lo hará dentro de unos meses en un juzgado de lo Penal de la capital guipuzcoana.

Cuatro de las personas que asistieron hace dos años a los esponsales de una pareja guipuzcoana, cuyo banquete concluyó en el Hotel de Londres poco menos que en una batalla campal, se sentarán en el banquillo de los acusados. Entre ellos se encuentra el DJ al que algunos de los asistentes pidieron que pinchara una canción de Benito Lertxundi y otros reclamaron que la quitara. Ahí se gestó el enfrentamiento.

El ministerio público solicita para dos de los acusados dos años de prisión como presuntos autores de un delito de atentado a agentes de la autoridad, después de que agredieran a miembros de la Ertzaintza que acudieron al hotel a restablecer el orden y apaciguar los ánimos. Para el DJ, que también fue agredido, demanda un año y seis meses de cárcel por un delito de lesiones, por golpear a uno de los presentes. Para el cuarto imputado, pide la misma condena que para el anterior.

Además, para los cuatro acusados solicita penas de multa así como otras sumas en concepto de indemnización por las lesiones que causaron y las secuelas que padecen las víctimas. Las cantidades oscilan entre los 250 euros y 1.950.

Según el escrito de calificación elaborado por la Fiscalía Provincial de Gipuzkoa, los hechos acontecieron la noche del 27 al 28 de octubre de 2012, con ocasión de un banquete nupcial que se celebraba en el Salón Britania del Hotel de Londres. El ministerio público precisa en su escrito que, «en un momento dado», ya en la madrugada del día 28, se produjo una discusión entre varios invitados con ocasión de una canción que el DJ acusado puso del cantautor vasco, «por cuyo motivo llegaron a enfrentarse los miembros de la familia del novio con los de la novia», indica.

Dos conatos previos

El número de invitados rondaba el centenar. Fueron las diferencias ideológicas de unos y otros las que les llevaron a protagonizar el enfrentamiento. Unos eran afines a la izquierda abertzale y otros parecían más cercanos a postulados que defienden formaciones de centro-derecha. «Unos eran de los de 'viva España' y los otros de 'gora ETA'», definió entonces uno de los comensales presentes en el banquete, quien recordó que parte de la familia del novio procedía de Valladolid.

La cena se desarrolló con normalidad. Las primeras situaciones de tensión se vivieron con anterioridad al baile. Hubo dos conatos en momentos diferentes, si bien no fueron a más y se solventaron con algunas descalificaciones verbales.

El primero de ellos se produjo cuando un invitado de la parte del novio, conocido por su faceta de imitar a personalidades del ámbito de la política y el deporte, fue conminado a callarse, con gritos de «¡fuera, fuera!» que provenían de la parte de la novia cuando protagonizaba un pequeño show. El hecho no pasó a mayores.

El segundo incidente tuvo lugar en el momento en el que los amigos de colegio del novio le regalaron un banderín. Alguien de entre los invitados de la parte de la novia gritó entonces: «Mejor que le den una ikurriña». El comentario suscitó un murmullo, poco más.

El altercado que desencadenó el tumulto y las posteriores agresiones se gestó al final del baile. Uno de los presentes, allegado a la familia de la novia, pidió al encargado de la música que 'pinchara' la melodía del bardo oriotarra 'Oi ama Eskual Herri'. Cuando la canción empezó a sonar, se presentó el novio y dijo que la quitara y pusiera otras más animada, más acorde para al final de fiesta que se vivía a esas horas de la madrugada.

Todo parece indicar que esta decisión del novio pudo ser malinterpretada por familiares y amigos de la novia que lo tomaron con una desconsideración hacia lo vasco. Fue entonces cuando la tensión fue aumento. En torno a la mesa de la música empezaron a concentrarse invitados de una y otra parte. Tras algunas descalificaciones entre unos y otros, no tardaron en llegar a las manos. Una de las primeras personas en recibir un golpe fue un familiar del novio que recibió un puñetazo en la nariz.

A partir de ese instante, la situación se descontroló. Empujones, agarrones, más golpes... fue un auténtico caos, un desastre. De nada sirvieron las demandas de la novia que, micrófono en mano, imploraba a los presentes casi entre lágrimas que cejaran en la pelea y se tranquilizaran.

Agresiones

Según escrito de acusación de la Fiscalía, tras estos incidentes, agentes de la Ertzaintza se personaron en el hotel para calmar los ánimos. En su intento, dos de los agentes fueron agredidos. Ambos sufrieron sendos golpes en el pómulo derecho.

El DJ también fue agredido y sufrió golpes en la zona de la ceja, nariz y tórax, lesiones de las que tardó diez días en curar. Uno de los acusados golpeó asimismo a uno de los invitados de Valladolid que resultó con lesiones de consideración y que padece como secuelas una cicatriz de un centímetro en la zona de la nariz. Este mismo inculpado, además, profirió insultos contra los agentes de la Ertzaintza, a quienes llamó «txakurras de mierda» y dirigió expresiones como «para mí no sois autoridad», «me dais asco», «sois unos hijos de puta»...

El DJ, por su parte, está acusado de producir lesiones a una de las personas que le había agredido.

Todavía no hay fecha señalada para el juicio. Ahora corresponde a las restantes partes personadas en el proceso formular sus respectivos escritos de defensa. En cuanto los presenten en el Juzgado de Instrucción número 2 de San Sebastián, el procedimiento quedará listo para la vista oral que tendrá lugar en alguno de los juzgados de lo penal existentes en la capital guipuzcoana.

Para el día del juicio, la Fiscalía guipuzcoana ha solicitado la comparecencia de siete agentes de la Ertzaintza y así como de cinco testigos de los hechos.