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Jorge F. Mendiola
Lunes, 12 de diciembre 2016, 07:10
Este otoño se llevan las blusas victorianas, los volantes, encajes, jaretas, bordados y lazos. Son tendencia los estampados retro, los vestidos dos piezas y los tejidos brillantes. Esta temporada, además, está de moda perder la vergüenza, vencer los miedos propios y romper tabúes, algo que en la fundación Why Not de apoyo a las personas con enfermedad mental y sus familias hacen a diario desde 2010.
Para luchar contra el estigma que muchas veces rodea a quienes padecen este tipo de trastornos, para derribar la barrera que parece separarles del resto del mundo, han decidido aceptar la invitación de Presumidas by Kris y sentirse modelos por un día con una sesión de fotos profesional en el hotel de Londres.
«Para nosotros supone un subidón de autoestima, una ocasión para sentirnos guapas, bien, importantes. Somos personas normales, muchas con familias, con hijos, con una vida laboral, algunos jubilados... Y esto es una oportunidad», explica María Asuero, de Why Not, mientras los modelos -siete mujeres y un hombre- reciben los últimos retoques de maquillaje, peluquería y vestuario.
Han dedicado los últimos días a buscar el conjunto adecuado, el que mejor se ajustara a sus gustos y siluetas. Para ello han contado con la ayuda de la asesora de imagen Cristina Pérez, quien les ha dado los consejos necesarios para un óptimo resultado final. Hasta han creado un grupo de Whatsapp donde les ha ido transmitiendo pautas y resolviendo dudas.
Ella es la principal responsable de que esta sesión fotográfica sea una realidad. Es la tercera vez que convoca a un grupo de «mujeres especiales» para que ilustren la felicitación navideña de Presumidas by Kris. En 2015 las elegidas fueron chicas 'curvies' y el pasado año se rodeó de mujeres de todos los estilos y edades, desde madres con bebés a abuelas de 80 años.
«Están emocionadas, con una ilusión tremenda y muy entretenidas. Su alegría es un regalo», cuenta Cristina Pérez cuando se abren las puertas del salón y aparecen los protagonistas de la jornada, los modelos por un día de la fundación Why Not. Allí está Yolanda, irundarra de 44 años afincada en San Sebastián, con un vestido largo de Arantxa Celaya de tul color fucsia morado, lentejuelas en el pecho y corte imperio. Ha confeccionado mucha moda, pero nunca se había puesto delante de la cámara. «Ni yo misma sé cómo he llegado hasta aquí», confiesa entre risas.
Las maquilladoras dan los últimos retoques y empieza la sesión. Al principio, con caras serias, pero los nervios desaparecen y se dibujan las primeras sonrisas. Cristina, donostiarra de 56 años, se ajusta un vestido azul largo de gasa, con el cuerpo de lentejuelas y escote de tul. «Me probé uno corto que me quedaba divino, pero no era de fiesta», puntualiza. Como sus compañeras, es debutante en estos menesteres del posado, aunque está menos tensa de lo que esperaba: «Será cosa de la edad, que ya pierdes la vergüenza».
«Buscaban un chico y...»
Joaquín es el único hombre del grupo. Nació hace 55 años en Pasai San Pedro y asegura ser «un poco tímido», pero las tablas que le da el taller de teatro de Why Not le han permitido lanzarse a la piscina. «Buscaban un chico y me he animado porque es una oportunidad única en la vida, una experiencia nueva. Hay que exprimir cada segundo», dice. Con el esmoquin y la pajarita se siente como James Bond: «Hace mucho tiempo que no me veía rodeado de tantas mujeres».
El fotógrafo dispara y las poses se suceden, cada vez con más naturalidad. La sanjuandarra Lourdes, de 51 años, se ha decantado por un vestido ceñido tipo lanilla, negro y dorado. Yolanda, salmantina vecina de Donostia de 45 años, luce un vestido negro, azul y dorado que prácticamente la eligió a ella y unos taconazos de los que aún no sabe cómo se va a bajar. A María Luisa, nacida en Beasain hace 58 años, le han convencido con un vestido negro con escote en pico y con falda de encaje color vino a media pierna con el que al principio se veía «de madrina de boda».
La veterana del grupo es la altzatarra Clarisa con 72 años. Su ilusión era vestirse de fiesta, con estilo y «hacer un poquito de pasarela». Define su vestido como sencillo, de gasa, con elegantes tonos plateados que le favorecen. A su lado, la más joven, Rebeca, de 40 años, con un vestido largo de raso con puntillas granates y media manga. Los ocho serán las estrellas de una felicitación de Navidad que aventura un 2017 lleno de conquistas sociales para las personas con enfermedad mental.
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