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JAVIER GUILLENEA
Viernes, 13 de enero 2017, 13:43
«Los hechos se han precipitado». La frase es del obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, que ayer por la tarde compareció en una rueda de prensa de urgencia para afrontar en solitario una avalancha que no ha hecho sino crecer desde que el pasado martes la Diócesis de San Sebastián, reconoció que el exvicario general, Juan Kruz Mendizabal, 'Kakux', fue condenado eclesiásticamente en julio de 2016 por abusos a dos menores ocurridos en 2001 y 2005.
Este reconocimiento se produjo después de que los dos afectados denunciaran públicamente lo sucedido. «En el momento en que las dos víctimas decidieron hacer público su caso, con el deseo de ayudar a que aflorasen otros posibles casos ocultos, nosotros hicimos público inmediatamente nuestro comunicado, dando cuenta del proceso canónico contra el sacerdote Juan Kruz Mendizabal», dijo ayer Munilla.
Con rostro serio y gesto nervioso, el obispo reveló durante su comparecencia que esa misma mañana había recibido la visita de una persona decidida a presentar una nueva denuncia contra Mendizabal «por hechos similares acontecidos en 1994», un año en el que el sacerdote ejercía como auxiliar en la parroquia Santa María de Tolosa. «El denunciante ha manifestado los hechos acontecidos entonces, refiriéndolos con una serie de detalles que les otorga un alto grado de verosimilitud», afirmó Munilla.
La víctima fue un adolescente de 14 años -ahora tendría 36- que sufrió los abusos en el transcurso de un campamento en el que participó Mendizabal. Es el mismo escenario en el que vivieron la misma situación las dos personas que el pasado martes levantaron una polvareda que ha sacudido al Obispado. Ese día, dos afectados por «tocamientos deshonestos» admitidos por el propio Mendizabal ante el tribunal eclesiástico que le juzgó hicieron público un comunicado en el que narraban su experiencia. Estas dos personas, que en la actualidad tienen más de treinta años de edad, señalaron que habían decidido dar a conocer los hechos ante la existencia de rumores sobre «otro posible caso de abusos cometidos por Juan Kruz Mendizabal».
El obispo Munilla aseguró ayer que estos rumores «no han podido ser confirmados a día de hoy». «Al respecto de este tercer hipotético caso no confirmado, quiero decir que este obispado ha realizado las gestiones oportunas para intentar verificarlo, sin poder conseguir el testimonio directo del supuesto afectado. En cualquier caso, estamos en contacto directo con la Fiscalía, en cuyas manos ponemos los datos recabados en nuestras indagaciones», señaló el prelado. El Ministerio Público ya ha anunciado que va a actuar de oficio para investigar los posibles abusos, pero es poco probable que pueda seguir adelante porque los hechos hace tiempo que han prescrito.
Ante las denuncias de abusos sexuales a menores cometidas supuestamente por el que fuera vicario general de San Sebastián, Save the Children ha emitido un comunicado en el que condena los hechos y valora la actuación de la Fiscalía Provincial de Gipuzkoa, que anunció que iniciará diligencias de investigación para depurar posibles responsabilidades penales de los hechos.
El abuso sexual es la expresión más terrible de violencia hacia la infancia. Impacta en la vida de los niños y niñas de forma dramática y condiciona su desarrollo. Condenamos estos hechos y hacemos un llamamiento a las instituciones y al conjunto de la sociedad para que no se tolere ningún tipo de violencia hacia la infancia, subraya Eva Silván, Responsable de Save the Children en Euskadi.
La organización insta a las instituciones vascas a impulsar un Plan Integral de prevención y atención a niños y niñas víctimas de violencia, que genere un cambio de percepción hacia la violencia contra la infancia. Queremos que este plan sirva para mejorar la detección decasos de violencia y la protección de las víctimas menores de edad, concluye Silván.
Medidas preventivas
El nuevo caso surgido ayer, el tercero casi confirmado y a falta de un cuarto relegado por ahora a la condición de rumores, es el que ha precipitado los hechos. Las pruebas presentadas ante el obispo deben de ser claras porque a la vista de los indicios, «y sin prejuzgar por ello la presunción de inocencia con respecto a este nuevo caso que todavía no ha sido juzgado», José Ignacio Munilla anunció ayer que ha dictado un decreto «con una serie de medidas preventivas» para Mendizabal «dada la verosimilitud del caso».
A partir de ahora, 'Kakux' tendrá prohibido el ejercicio público del ministerio sacerdotal, deberá residir en un monasterio del que solo podrá salir con el permiso del obispo, se verá obligado a proseguir con su acompañamiento espiritual y la terapia psicológica que le ha sido prescrita, y también tiene prohibido mantener cualquier tipo de contacto con menores si no es en presencia de otro adulto.
Ante los «comentarios escuchados estos días» respecto a la posible obligación de haber denunciado los hechos ante la justicia ordinaria, Munilla recalcó que la Iglesia tiene un «derecho nativo y propio, llamado derecho canónico», y cuenta con los medios jurídicos necesarios para dirimir estas cuestiones. Es una capacidad, añadió, «reconocida en los acuerdos Iglesia-Estado, no solo en España sino en la práctica totalidad de las naciones democráticas».
El problema es que no hay ninguna garantía de que no puedan aparecer nuevos casos de abusos en la Iglesia guipuzcoana. La declaración realizada ayer por el obispo no despeja la duda sobre la posible existencia de nuevos casos de abusos en los que pueda estar implicado 'Kakux', un sacerdote tremendamente popular en Tolosa, Bergara, Antzuola y Donostia, localidades en las que ha ejercido como párroco y ha estado vinculado con movimientos juveniles.
Ante la pregunta de si es posible que el caso de Mendizabal pueda hacer aflorar un reguero de denuncias, Munilla respondió que, «aparezcan o no más casos, el tema está enfilado y no nos va a hacer cambiar muestra hoja de ruta». Esta ruta pasa por mantener un contacto directo con el fiscal general del País Vasco, Juan Calparsoro, y por sacar a la luz todos los posibles casos de abusos que hayan podido llevarse a cabo en la Iglesia guipuzcoana. «En este momento, ante todo y sobre todo, quisiera manifestar mi petición más vehemente de que afloren cualquie tipo de abusos sexuales cometidos contra menores en el seno de nuestra Iglesia, así como en otros ámbitos», dijo el prelado.
El presidente de la Audiencia de Gipuzkoa, Iñaki Subijana, recordó ayer, al ser preguntado por la actuatión del Obispado de San Sebastián, que la ley «es igual para todos» y establece que «ante una situación de posible conocimiento de hechos aparentemente delictivos que afecten a menores» existe «un deber de comunicación pública al Estado» y en su caso a la Fiscalía.
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