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ESTRELLA VALLEJO
Domingo, 11 de junio 2017, 08:09
«Se necesitan con urgencia pisos en alquiler-venta. Gran demanda». Así rezan los carteles de varias inmobiliarias, por lo que si hay algún interesado en arrendar una vivienda, que lo hay, sobre todo si su preferencia es la costa guipuzcoana, más vale que se arme de paciencia.
viviendas
se ofertaban en Airbnb en 2011. En 2012 fueron 42; 127 en 2013; 349 en 2014; 695 en 2015 y 1.400 en 2016.
pisos turísticos
de Donostia aparecen anunciados en el portal Airbnb esta semana, frente a las 200 ofertas para uso residencial.
Donostia
Zumaia
Zarautz
Hondarribia
El principio básico de la economía de mercado se descompensa al hablar del alquiler en Gipuzkoa: poca oferta y mucha demanda, una conclusión con la que coinciden, sin la más mínima duda, inmobiliarias, estudios municipales y solicitantes, y que la constatan las cifras que aparecen en las páginas web dedicadas al sector inmobiliario.
Pero si la desproporción entre las personas que buscan un alquiler para vivir y el número de viviendas disponibles es acusada, la diferencia entre los pisos disponibles para un alquiler residencial y los que se prestan para uso vacacional es aún más drástica, sobre todo en temporada alta.
Por si hubiera alguna duda de si la irrupción de los ya de sobra conocidos pisos turísticos -fundamentalmente los no regulados- perjudica al volumen de la oferta de alquiler residencial, las cifras confirman toda sospecha. Por un lado, está la caída del 35% de la oferta registrada. Según el informe realizado por el departamento de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco, el primer trimestre del año únicamente pasaron por las inmobiliarias guipuzcoanas 151 inmuebles en alquiler libre, mientras que en el mismo periodo de 2016, se contabilizaron 232.
Por otro lado, estaría la proporción de inmuebles publicitados tanto en las web especializadas en alquileres habituales como la que aparece en las páginas específicas de reservas de pisos turísticos, donde haciendo una búsqueda se puede comprobar que la balanza se inclina hacia los pisos vacacionales sin lugar a dudas.
En Donostia, por ejemplo, hay unos 200 pisos de alquiler residencial de media en Pisos.com (101), en Fotocasa (187) o Idealista (232). Sin embargo, un turista lo tiene más sencillo porque el abanico de apartamentos turísticos se amplía hasta los 1.539 en la web Airbnb -aunque el mecanismo de gestión de anuncios muestre poco más de 300-.
La misma página recoge además el despegue de las viviendas que se han cambiado al bando del sector turístico con la llegada de esta moda. De las tres que había en 2011, pasaron a ser 42 en 2012, se convirtieron en 127 en 2013 y alcanzaron las 349 en 2014. En 2015, fueron 695, en 2016 se publicaron 1.400 anuncios y en lo que va de año ya suman más de 1.500. Es decir, que esta última cifra revela que, actualmente, de cada 100 inmuebles de alquiler ofertados en San Sebastián, 89 están destinados al turismo y solo 11 buscan un uso residencial.
Esta proporcionalidad se agrava si el foco se centra en otros municipios de la costa guipuzcoana. En Hondarribia, en base a la oferta online, de cada 100 pisos, 92 están destinados a los visitantes, quienes podrán elegir entre 175 inmuebles. Mientras que la posibilidad de los hondarribiarras de elegir una vivienda de alquiler para habitar una larga temporada se reduce a 14.
En Urola Kosta, municipios como Zumaia se enfrentan al mismo problema, con una oferta online que apenas supera los tres pisos, en el mejor de los casos, mientras que la disponibilidad de reservar un alojamiento turístico en la localidad asciende a 37 anuncios de inmuebles. Si la proporción en este caso determina que hay 93 apartamentos vacacionales de cada cien anuncios, la relación es especialmente drástica en Zarautz donde alcanza los 98, con seis pisos para residir frente a 173 turísticos.
Un problema a futuro
En este contexto, el presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Gipuzkoa, José Luis Polo, insiste en que la vivienda que entra en el sector turístico «desaparece del mercado residencial» y pone como ejemplo el caso de una familia que tras tres años residiendo en un apartamento, «el propietario les echa porque sabe que va a obtener mayor rendimiento de su inmueble destinándolo al turismo».
Pero este hecho, según señala, acarrea «un cambio de domicilio familiar, que difícilmente será en la misma zona, lo que requerirá modificar el mapa escolar de los hijos, y también el sanitario, haciendo desaparecer el médico de referencia. Es decir, no se puede reducir todo a un problema conceptual del uso que se haga de una vivienda», defiende. Este trasvase de inmuebles que históricamente han funcionado en el mercado de alquiler habitual y ahora se han adentrado en el vacacional, «es un problema que ahora parece menor pero que a futuro se agravará», vaticina Polo.
Asimismo, considera que en el momento en el que una vivienda se incorpora al sector turístico deja de cumplir su función social reconocida por ley para todas las viviendas. «La pregunta al sector político es si por el hecho de estar ocupada durante un periodo al año en el sector turístico, cumple también su función social, porque la función económica es evidente», insinúa.
Testigos de dicho cambio de paradigma son los agentes inmobiliarios que a diario reciben llamadas de clientes desesperados por encontrar una vivienda. Iñaki Arrieta, de Inmobiliaria Arrieta, señala que en el Grupo Exin10 -agrupación de agencias de Donostia- ahora constan cinco propuestas destinadas a alquiler residencial. El motivo del número tan reducido, dice, es porque «se alquilan muy rápido». Aunque reconoce que algunos de los inmuebles con los que contaban ahora funcionan como turísticos, hace hincapié en que, en caso de regular el alojamiento, son «pocos» los que consiguen sacarle una rentabilidad que compense al propietario.
Desde su agencia en Hondarribia, Belén Etxebeste reconoce que estos meses es «complicado» encontrar una vivienda de alquiler en el municipio costero, porque de hecho hay ocasiones en las que «ni siquiera llega a salir el anuncio por la gran demanda que hay». No obstante, apunta que en octubre cambiarán las tornas.
Una idea que comparte María Jesús Aldabaldetreku, quien dice tener en la inmobiliaria de Zarautz un único piso en alquiler residencial que no tardará en adjudicar más de una semana. No tiene ningún reparo en insistir en que los pisos turísticos no regulados «son un problema» y que «generan una desproporción horrible», agravada por los precios que están alcanzando los inmuebles «tanto de venta como de alquiler». La fuerte demanda la siente también Elena en su agencia ubicada en Zumaia que recibe «mucha gente a diario». «Ayer puse el anuncio de un piso y ya está alquilado. No me queda ninguno más», concluye.
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