Kanouté: «Una vida francesa no tiene más valor que la de un niño sirio»

Kanouté, quien siempre se caracterizó por la defensa pública de sus principios, aprovechó para defender su religión frente a los que señalan a las creencias como el principal choque entre los yihadistas y Europa. «Yo, siendo musulmán, no tiene sentido que se relacione. Hay que decir muy claro que esto no tiene nada que ver con nuestra religión. Hay que decir a la gente que no saque conclusiones rápidas como que nuestra religión empuja a la violencia o algo así. Es todo lo contrario. Todos los extremistas en el mundo han elegido un tema para justificar problemas que muchas veces son políticos, sociales, etc. Cuando se habla de jóvenes que vienen de Francia, Bélgicahay muchos problemas sociales. No quiero justificar estos actos en ningún momento. Han hecho cosas monstruosas, pero hay que pensar por qué y las razones», explicó. «Desafortunadamente desde el 11-S no he parado de tener que explicar que el 99% de los musulmanes no aceptan esas atrocidades y son gente pacífica. Pero un árbol que cae hace más ruido que uno que crece. El islam es una religión de paz y nos empuja y nos pide vivir en paz con todo el mundo: musulmanes, cristianos, etc.», argumentó.

Nacido y criado en Francia, Kanouté se convirtió al islam con 20 años y afirma que entiende el clima en el que puede el caldo de cultivo perfecto para los yihadistas. «En Francia hay problemas sociales desde hace muchos años. Cuando los chicos se ponen en ese extremismo, son chicos que no tenían sitio en la sociedad. Se sienten excluidos, se les niegan oportunidades y si encuentran una persona con mala intención que le dice que es culpa del gobierno francés que quieren hacer daño a los musulmanes, que miren Palestina y Siria les cambian las ideas y con 18 o 20 años, sin haber tenido buena educación, fácilmente se pueden dejar atrapar en estas cosas. Los problemas en Francia son sociales, no son religiosos y hay gente que aprovecha para decir que es una guerra de religión», argumentó el ariete que debutó en el Olympique de Lyon, ahora vive retirado en Abu Dabi y fomenta la formación de jóvenes en Mali con una fundación que lleva su nombre.

Por otra parte, no es la primera vez que la defensa de sus ideales le causa problemas. El 7 de enero de 2009 Kanouté marcó un gol con el Sevilla al Deportivo La Coruña en la Copa del Rey y mostró una camiseta negra que llevaba debajo con el lema 'Palestina' en apoyo al pueblo de Oriente Próximo durante el conflicto de la Franja de Gaza. El árbitro cumplió el reglamento y le enseñó la tarjeta amarilla y la Federación Española de Fútbol le impuso una multa de 3.000 euros. El delantero no ha olvidado aquello y lo comparó con la situacion actual: «En 2008 mi apoyo a Palestina era por algo mil veces peor que lo que pasó en Francia el otro día y la Liga me puso una multa por aquello. No hay que ser hipócritas y decir que es muy triste cuando le pasa algo a los nuestros y con el resto no pasa nada».