Un accidente que dejó el proyecto sin líder

May Ortiz jugaba al balonmano en el Elche Mustang. Hacía algo más que jugar al balonmano. Era abogada y se había puesto al frente de una de esas batallas pequeñas y largas que hacen cambiar poco a poco la vida de la gente. Estaba peleando para que las jugadoras de balonmano tuvieran su propio convenio colectivo, para que se reconociera su condición de deportistas profesionales, para garantizar todas las coberturas médicas que necesitan, algo que a estas alturas en este país sólo tienen aseguradas los deportistas profesionales de este país cuando son hombres. Un estúpido accidente de tráfico dejó todo el proyecto sin su líder.

Cuando Zulai Agirre habla de May se emociona. Zulai había jugado con ella y con Nuria, la otra jugadora que se mató en el mismo accidente, el año que pasó cedida en Elche. Allí se hicieron amigas y esa amistad llevó a Zulai a la Junta directiva de la asociación de jugadoras de balonmano. Ahora trata de que no se apague la llama que encendió su compañera desaparecida.

Dice Zulai que May era una chica muy hábil, inteligente y luchadora. Dice que tenía una capacidad de trabajo y una fuerza personal que le llevaron a tener cada vez más responsabilidad en la asociación. Dice que defendía a sus compañeras en todas las circunstancias. Dice que no le importaba coger el coche y marcharse de Elche a Sevilla para ayudar a una jugadora en apuros. Dice que le asesoraba, que le contaba todo lo que necesitaba. Dice que todo ese trabajo lo hacía a cambio de nada.

Ahora May ya no está. La ponencia que preparaba hubo que rescatarla del ordenador que había quedado también atrapado entre los restos del coche. Al menos se pudo recuperar su trabajo. Otras chicas, amigas suyas, tratarán de llevarlo a puerto.