CIUDADANOS DE MÉRITO

SAN SEBASTIÁN. DV. Cinco personas sencillas, con una labor silenciosa de décadas a sus espaldas, recibieron ayer las Medallas al Mérito Ciudadano 2006. La directora del Coro Alaitu, Mari Carmen Ganzarain; El añorgatarra Evaristo Ayestarán; el atleta veterano César Pérez; las Siervas de María, que llevan 125 años en la ciudad atendiendo gratuitamente a los enfermos; y María Dolores Arbelaitz, propietaria de la librería Manterola, se sentían pequeños en el Salón de Plenos del Ayuntamiento donostiarra, pero la ciudad les distinguió porque su calidad humana es grande. Sus amigos y conocidos llenaron los asientos de la sala junto a los miembros de la corporación, antiguos concejales, anteriores galardonados -como Vicente Zaragüeta, José Yaben o Teresa Cormenzana- y autoridades, entre quienes se encontraban la consejera de Cultura del Gobierno Vasco, Miren Azkarate, y el diputado general de Gipuzkoa, Joxe Joan Gonzalez de Txabarri.

El acto fue presentado por los periodistas Juan Carlos López y Nora Sagarzazu, quienes dieron la entrada de un vídeo que repasó la trayectoria de los cinco premiados.

El Coro Alaitu lleva 14 años repartiendo humor y alegría donde más se necesita: residencias de ancianos, centros de día y pisos de personas mayores. Su labor desinteresada y altruista -el año pasado realizó 59 actuaciones- le ha hecho merecedor del galardón. Su directora, Mari Carmen Ganzarain, nombró a cada uno de los miembros del coro para agradecerles su trabajo y afirmó que la medalla «es un estímulo que nos hará redoblar nuestra actividad en favor de las personas mayores».

Evaristo Ayestarán nació en Añorga y ha trabajado 50 años en Cementos Rezola. Muy vinculado a la cultura y el deporte, fue miembro de la Federación Guipuzcoana de Pelota, miembro del grupo de danzas Arkaitz, antiguo miembro del Orfeón Donostiarra y uno de los fundadores del otxote Ertizka. Su dedicación a Añorga le permitió ayer colgarse la Medalla al Mérito Ciudadano. Ayestarán expresó su sorpresa por el galardón «porque habrá muchas personas acreedoras en la ciudad de la medalla» y explicó que no puede ser un mérito el haberse dedicado a sus dos grandes pasiones -la pelota y el canto-. La concesión de la medalla tuvo un dulce postre para Ayestarán porque desde uno de los palcos los miembros del otxote Ertizka le cantaron un emocionado Beti Maite, que recibió un fuerte aplauso de todos los presentes en el acto.

Las Siervas de María Ministras de los Enfermos llevan ejerciendo su labor en la ciudad desde hace 125 años. La Madre Superiora, Ignacia Pérez, agradeció el premio y explicó que su trabajo consiste en «asistir a los enfermos en sus domicilios y en los centros hospitalarios, sin pedir nada a cambio». «El mejor galardón es el aprecio que nos han demostrado todos los donostiarras».

El atleta veterano César Pérez, de 48 años, ha logrado 11 títulos a lo largo de su carrera, pero ayer se colgó la medalla que más le ha emocionado. Su trabajo, incluso en el extranjero, para que la ciudad organizara el verano pasado el Campeonato del Mundo de Atletismo para Veteranos le ha supuesto la distinción. Pérez dio las gracias a su familia y sus colaboradores y concluyó que «de todas las medallas que tengo ésta será la que con más orgullo llevaré».

La librería Manterola, con su medio siglo largo de difusión del libro antiguo y de temática vasca, fue el quinto galardonado. Su propietaria, Maria Dolores Arbelaitz, emocionada, apenas pudo agradecer la distinción y se la dedicó a su padre, Juan Arbelaitz Iñarra, fundador del establecimiento. «No lo esperaba y es de lo mejor que me ha pasado en la vida», señaló.

El alcalde destacó la calidad humana de los galardonados y agradeció su «compromiso, cariño, colaboración, participación y solidaridad con la ciudad». Personas que «dan sentido al título de ciudadanía» y que hacen de Donostia una ciudad «más rica en valores y de mayor cohesión social».